Ciudad de México, 1 de enero (SinEmbargo).– Aquellos que definen a Twitter como pensar en voz alta, se encuentran bastante cerca de su definición. Su tónica monologal semeja más a mandar un mensaje en una botella que a un intercambio de ideas fluido.
Ahora, de acuerdo con un estudio basado en una muestra en la red social de microblogging de 400 mil cuentas escogidas de manera aleatoria en el que mide la relevancia de los mensajes, la conclusión es clara, cruda y, para muchos, una obviedad: “La mayoría de los mensajes se ignora”.
Este fue el resultado obtenido por Jon Bruner, un especialista en criba de datos quien observó que del total los perfiles estudiados solo 458 cuentas se encuentran en el 10 por ciento con más seguidores, publicó el diario español El País.
De acuerdo con el estudio, para llegar a este nivel, basta con una suma de dos mil 991 seguidores. Por otra parte, en casi todos los casos se trataba de cuentas gestionadas por expertos en tema concretos, comentaristas reconocidos o algunos de los usuarios que se dieron de alta primero en Twitter y fueron acumulando seguidores.
No obstante, en el otro extremo menos exitoso, una cuenta activa sigue, en promedio, a 117 perfiles, mientras que la mayoría, un 76 por ciento de los tuiteros, sigue a más gente que seguidores tiene.
Por otra parte, otra cosa que confirma este análisis, son las sospechas que sus detractores le achacan a la red social, mismas que ya habían sido apuntadas Evan Williams, uno de los cofundadores, en 2010: Twitter es un entorno de consumo más que de creación, un buen lugar para ver lo que otros difunden.
Aunque, oficialmente, la actitud es la contraria y es evidente que muchos usuarios se mueren por tratar de que así sea, no precisamente con buenos resultados.
Así, se hace clara alusión a la página de inicio de Twitter, en la cual se invita a los recién llegados a “empezar una conversación”, cuando –en realidad– la relación es claramente asimétrica. De este modo se tiene un escenario en el que 230 millones de usuarios activos se encuentran observando de manera pasiva las conversaciones, mientras que –por el lado contrario– son muy escasos los que en algún momento la lideren.
De este modo, dentro de esta estrategia de buscar el enganche entre la audiencia más pasiva y aquellos que marcan tendencias o, bien, temas de conversación, se encuentra el hecho de sugerir usuarios famosos, ya sea que gocen de este estatus en el mundo real o que se trate de celebridades cuya fama se ha labrado dentro de la red de los 140 caracteres.
Sin embargo, también hay que aclarar que estas sugerencias tampoco son garantía de productividad, ya que, a pesar de que muchos de estos grandes usuarios o cuentas sean ampliamente seguidos, no todos son prolíficos en sus tuits.
Por tal motivo, el estudio pone como ejemplo el del ex director del New York Times, Bill Keller, cuya cuenta tiene miles de seguidores que fueron acumulados durante sus primeros meses en Twitter, a pesar de sólo compartió ocho mensajes a lo largo de su primer año.