Una derecha que parece sin rumbo

06/01/2014 - 12:00 am

Cuando se habla de partidos políticos en México, generalmente se usan estereotipos que cada uno se ha forjado a pulso: por ejemplo, al Revolucionario Institucional (PRI) se le atribuyen el clientelismo y las chapuzas electorales; a Acción Nacional (PAN), el ser elitista y conservador; y al de la Revolución Democrático (PRD) el de los que protestan por todo, hacen marchas y se pelean entre ellos.

Pero en el año que concluyó parece que algunos rasgos partidistas empezaron a entremezclarse en el PAN que tras perder la Presidencia de México, en julio de 2012, lejos de reinventarse y salir de las cenizas como el Ave Fénix está envuelto en una serie de pugnas internas en las que su dirigente, Gustavo Madero Muñoz, libra con sus militantes una ruidosa batalla por mantenerse al frente del partido.

Pero también, el grupo a fin al ex Presidente Felipe Calderón Hinojosa lucha fuertemente por no perder sus espacios de control.

Estos dos frentes al interior de Acción Nacional nos hace preguntarnos ¿qué le espera a la derecha este año? En el que debe resolver sus pugnas internas de cara al proceso electoral de 2015 para recobrar algunos de los millones de votos perdidos en 2012.

Pero para el partido el terreno no se ve fácil, sobre todo si nos remitimos a marzo del año pasado cuando los albiazules reventaron su 17 Asamblea Nacional, luego que 14 de 28 delegaciones abandonaran el evento, un acto atribuido a los calderonistas, encabezados por el ex Secretario de Hacienda, Ernesto Cordero Arroyo.

Días después, Madero cobró venganza al destituir a Cordero Arroyo de la coordinación de la fracción en el Senado, lo que provocó una división aún más profunda y grietas bastantes visibles hacia el exterior, a tal grado que el ex Presidente Calderón, en un golpeteo por Twitter, lamentó que se hubieran violado “códigos” de ética del partido que establecían cómo las diferencias entre sus miembros deberían discutirse al interior y no en los medios de comunicación.

El contragolpe vino después, cuando en agosto, inconformes reventaron nuevamente la asamblea nacional del PAN, y al grito de ¡fraude, fraude!, traspasaron las vallas de contención para reclamar a su líder su supuesta intención de imponer criterios sobre la decisión de los convocados.

Ese día hubo de todo, como si de tratara de un enfrentamiento entre tribus del PRD: golpes, gritos, reclamos, manotazos.

No obstante, Madero se salió con la suya y se aprobó su reforma de estatutos, que establece que la elección del nuevo presidente nacional del partido será por el voto de toda la militancia.
Según las reglas internas, el periodo de Madero concluyó en diciembre pasado, pero será hasta este mes cuando se reanude la sesión para dinamizar la renovación de los órganos partidistas.

La Sesión Ordinaria de Consejo Nacional está citada para los próximos 18 y 19 de enero, fecha en la que tendremos una oportunidad más para analizar si el PAN encaja aún en su estereotipo de partido político, se renueva o, nuevamente, sus dirigentes se convierten en líderes tribales y a punta de gritos tratan de defender sus intereses.

Por donde se le vea, este será un año complicado para Acción Nacional reinventarse no es cosa fácil y el partido deberá definir hacia dónde va, antes de que al interior quede más fraccionado y de que al exterior pierda más espacios.

Redacción/SinEmbargo

Redacción/SinEmbargo

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