Legado del escenógrafo y bailarín mexicano Raúl Flores Canelo, continúa vigente a 22 años de su muerte

02/02/2014 - 3:27 pm

México, 2 Feb. (Notimex).- El bailarín, escenógrafo, coreógrafo y diseñador mexicano Raúl Flores Canelo, a quien se recuerda mañana que se cumplen 22 años de su muerte, es evocado como uno de los pilares de la danza nacional, por su narrativa coreográfica auténtica y profunda.

La obra del considerado una de las figuras más destacadas del panorama dancístico del siglo pasado ha trascendido en el tiempo, entre diversas generaciones y estratos sociales, gracias al ballet independiente que fundó y que lleva su nombre.

Raúl Flores Canelo, cuyo segundo apellido fue González, nació el 19 de abril de 1929, en Monclova, Coahuila, reseña su perfil biográfico publicado en el portal electrónico del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta).

Realizó estudios en Artes Plásticas en el Arizona State College, Estados Unidos, y en la Academia de San Carlos de la Ciudad de México.

Posteriormente, ingresó a la Academia de la Danza Mexicana del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), indica el sitio electrónico “arts-history.mx”.

Fue alumno de personalidades como Ana Mérida (1924-1991), Guillermina Bravo (1920-2013), Xavier Francis (1928-2000), Marcelo Torreblanca (1907-1986), José Limón (1908-1972), Lucas Hoving (1912-2000) y Anna Sokolow (1915- 2000).

Entre 1953 y 1966 fue parte del Ballet Nacional de México; además, fue solista y coreógrafo de esa compañía, entre 1961 a 1966.

También fue bailarín solista de la Compañía Oficial de Danza del INBA, hasta 1961, y coreógrafo huésped del Conjunto Nacional de Danza de Cuba.

En 1965, la Fundación Ford le otorgó una beca para estudiar en Nueva York, Estados Unidos, y ampliar su desarrollo coreográfico profesional en prestigiadas compañías y escuelas de danza, apunta el portal de Internet “balletindependiente.mx”.

Regresó a México un año después y fundó el Ballet Independiente, del cual fue director y coreógrafo principal; agrupación que hoy lleva su nombre.

En esta compañía reflejó, a través de coreografías vanguardistas que experimentaron técnica y conceptualmente, al México colorido, alegre, sarcástico y burlón.

Bajo el patrocinio del Ministerio de Cultura francés, fue representante de los coreógrafos latinoamericanos en el Coloquio Internacional de Coreógrafos que se llevó a cabo en 1974 en Angers, Francia.

Asimismo, diseñó las coreografías y los vestuarios de sus propias obras, así como de las piezas de diversos coreógrafos mexicanos y extranjeros.

Desde el punto de vista creativo, Flores Canelo se mantuvo fiel todo el tiempo a las características de la danza moderna, señaló en una ocasión el investigador y crítico de danza Alberto Dallal.

Sus piezas presentan una “expresión destacada pero suave en los movimientos de los bailarines, ausencia de alardes físicos de otras técnicas, suave simbolismo mexicanista, uso tradicional de los elementos escénicos”, indicó Dallal.

En sus obras dancísticas Flores Canelo abordó temas polémicos, desde el desarraigo social hasta la homosexualidad, pasando por las drogas y el alcoholismo, señala el portal electrónico “zocalo.com.mx”.

A decir de Magnolia Flores, directora del Ballet Independiente y viuda del artista, el coreógrafo siempre pensó en los problemas del ser humano y quiso plasmarlos en el escenario con gran talento, a partir de un lenguaje universal como es la danza, señala el sitio web “difusioncultural.unam.mx”.

Abundó que el legado que dejó el pilar de la danza se refleja en las posibilidades que tiene el cuerpo para expresar ideas entendibles; el hecho de pensar en el público para enviarle un mensaje descifrable a través de la danza; la importancia que dio a los creadores para destacar en su país, pero con temáticas mundiales, y la introducción de elementos mexicanos.

A lo largo de su trayectoria, el bailarín fue reconocido con n numerosos galardones tales como el premio de la Unión Mexicana de Cronistas de Teatro y Música, la medalla “Una Vida en la Danza” y el Premio “José Limón” (1990).

En reconocimiento a su legado, el Conaculta, la Secretaría de Cultura de San Luis Potosí, el Instituto Potosino de Bellas Artes y la Coordinación Nacional de danza del INBA crearon, en 1993, el Premio “Raúl Flores Canelo”, que distingue las aportaciones que realicen los maestros a la enseñanza dancística en el país.

Además, en 1995, se inauguró un teatro con su nombre en el Centro Nacional de las Artes (Cenart) en la Ciudad de México.

Raúl Flores Canelo, quien creía que el arte y la labor de los artistas eran fundamentales para que el mundo se transformara, falleció el 3 de febrero de 1992 en la Ciudad de México.

Entre sus piezas coreográficas destacan “Jaculatorias”, “Pastorela” (1958), “Tema y evasiones” (1972), “La espera” (1973) y “El bailarín” (1988).

Redacción/SinEmbargo

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