México, 3 Feb. (Notimex).- Investigadores de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) patentaron un sistema automatizado para diagnosticar y corregir el estrabismo, trastorno en el cual los dos ojos no se alinean en la misma dirección.
Víctor Rogelio Barrales, investigador del Departamento de Electrónica de la Unidad Azcapotzalco de la UAM, indicó que el padecimiento que se conoce como "ojos bizcos" afecta a una de cada 10 personas en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En un comunicado, añadió que el sistema patentado es capaz de evaluar el grado de estrabismo en una persona diagnosticada con este trastorno, como lo hacen los equipos oftalmológicos comerciales de su clase.
El padecimiento se puede diagnosticar, incluso, por simple inspección, ya que es manifiesta la desviación de uno o ambos ojos en el paciente, expuso el especialista.
No obstante, destacó, es crítico para la corrección del trastorno evaluar el grado de la restricción oculomotora provocada por el estrabismo, con lo cual se puede iniciar un tratamiento para alinear la visión del paciente.
Detalló que el sistema, cuya patente se otorgó en mayo de 2013, automatiza la prueba estándar utilizada por los oftalmólogos para cuantificar el grado de estrabismo, conocida como prueba Hess-Lancaster.
Se sabe que lentes especiales son capaces de corregir el daño oculomotor de los pacientes con estrabismo, pero éstos han de graduarse de acuerdo con el grado de la restricción oculomotora, especificó el especialista.
Lo anterior, precisó Barrales, se consigue a partir de los datos proporcionados por la prueba, los que permiten determinar el número de dioptrías con que debe contar el lente.
El investigador añadió que el nuevo sistema oftalmológico para llevar a cabo la prueba Hess-Lancaster ha sido patentado con base, principalmente, en su ventaja para obtener, con mayor precisión, los resultados de la prueba de cara con respecto a la técnica tradicional.
Refirió que luego de que los datos proporcionados por el equipo han permitido establecer el número de dioptrías necesarias de la lente correctora, el oftalmólogo manda a fabricarla y el paciente lo usa durante un determinado tiempo, según la gravedad del problema.
En la siguiente visita, se constata el avance de la corrección para volver a graduar la lente hasta corregir totalmente la desviación ocular y cuando el ojo alcanza su posición correcta se retira la lente, apuntó.
Aclaró que no todas las personas con estrabismo son candidatas a este tratamiento, como es el caso de las personas con un alto grado de ceguera, ya que, como la prueba depende de la colaboración del paciente y de una correspondencia retiniana normal, el padecimiento secundario hace imposible determinar un número de dioptrías con la prueba Hess-Lancaster.
Señaló que el procedimiento se automatizó para que el médico oftalmólogo tenga con una herramienta que le permita hacer mediciones exactas y, por tanto, ofrecer un diagnóstico más certero mediante gráficas.
“Con la información generada por el nuevo equipo, los lentes que se fabrican especialmente para el paciente, resultan muy bien graduados y mejor adaptados, lo que no ocurría anteriormente”, subrayó el investigador.
Sostuvo que la técnica se puede aplicar a todas las personas con estrabismo, independientemente de su edad, aunque la recuperación es pronta en pacientes jóvenes, ya que sus músculos y sus cartílagos “son dúctiles”.
El investigador de la UAM mencionó que la recuperación puede llevar de cuatro a ocho meses, dependiendo del grado de estrabismo y alertó que si no se atiende a una temprana edad, el problema es más difícil de revertir en la edad adulta.




