Roma, 12 Mar (Notimex).- El ex primer ministro de Libia, Ali Zeidan, desafió la prohibición de viajar y huyó hacia un “país europeo”, probablemente a Alemania, un día después de ser destituido por el Parlamento por su incapacidad de garantizar la seguridad de su país.
El depuesto jefe de gobierno llegó la noche del martes a Malta a bordo de un avión del Estado libio, pero luego abordó un jet privado con destino a Alemania, donde hace años estuvo en el exilio, según fuentes del gobierno maltés.
Esta versión de los hechos difiere ligeramente de la dada por el primer ministro maltés, Joseph Muscat, quien aseguró que el avión de Zeidan hizo una escala de dos horas en Malta para cargar combustible antes de trasladarse a “un país europeo”.
El Parlamento libio votó la víspera a favor de destituir a Zeidan, luego que rebeldes humillaron al gobierno al cargar petróleo en un buque cisterna con bandera norcoreana que huyó de las fuerzas navales libias.
El fiscal de la República, Abdel-Qader Radwan, prohibió a Zeidan viajar al extranjero debido a su presunta participación en la malversación de fondos públicos.
La votación en el Parlamento libio fue convocada después de que los rebeldes que controlan zonas del este de Libia confirmaron la huída de un buque con bandera norcoreana interceptado el lunes pasado.
Además de la del martes, Zeidan había enfrentado varias votaciones de confianza debido a que no había logrado restablecer la seguridad en Libia, dos años y medio después de la caída del régimen de Muamar Gadafi.
La huida de un buque cisterna que había cargado crudo en un puerto controlado por los rebeldes en el este de Libia intensificó las críticas contra Zeidan, sobre todo después de que las fuerzas gubernamentales no lograron detener el barco.
Los rebeldes, que se apoderaron de los puertos petroleros de Al Zawitina, Brega, Ras Lanuf y Es Sider, situados a lo largo del golfo de Sirte, demandan una mayor participación en los ingresos del petróleo y la autonomía política.
La venta de petróleo por parte de los rebeldes muestra la profundización de los conflictos en el país miembro de la OPEP, que no ha logrado contener a los combatientes que ayudaron a derrocar a Gadafi en 2011 y ahora desafían a la autoridad del Estado.




