El procurador general de Justicia del estado, Tomás Coronado Olmos, informó hoy que esperan que familiares identifiquen los tres cuerpos encontrados ayer en el edificio de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).
Además, de acuerdo con el informe de autopsia, agregó, que las causas de muerte de los tres hombres fueron heridas por agente punzocortante en tórax y abdomen.
Estimó que los cuerpos localizados tenían de cuatro a seis días de descomposición, pero el Ministerio Público ordenó un estudio para establecer con más exactitud el tiempo que tenían de fallecidos.
Mientras tanto, algunos medios señalan que ya se hallaron los dos cuerpos faltantes, que pertenecerían a Armando Gómez y su hijo, Francisco Ismael Gómez.
También se encontraron en las instalaciones de la Federación de Estudiantes de Guadalajara, lugar en el que se supone tenían una cita para arreglar un asunto de permisos.
En rueda de prensa, el procurador manifestó que la búsqueda de las personas es parte de las investigaciones que el Ministerio Público realiza desde la semana pasada en respuesta a la denuncia de la desaparición de cinco personas.
“Los indicios que tenemos en este momento, que son las ropas que se encontraron de estos cadáveres, es que sí corresponden a jóvenes, pero no queremos adelantar hasta que oficialmente los familiares los identifiquen y sean entregados como marca la ley”, apuntó.
Coronado Olmos puntualizó que la PGJE corrobora la identidad de los tres cadáveres que fueron encontrados ayer miércoles, al realizar un cateo en el edificio de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG), ubicado en la calle Carlos Pereira, de la colonia Miraflores.
Dijo que se tiene la presunción de que se trata de los cuerpos de Gabriel Morán Cervantes, de 17 años, vecino de la colonia Villa de Guadalupe; Juan Pablo Valentín Guerrero, de 16, quien vivía en la colonia Constitución, y Francisco Javier Carrillo García, de 17, con domicilio en la colonia Bosque Escondido, los tres con residencia en Zapopan.
Apuntó que los cuerpos de los jóvenes fueron encontrados enterrados, cubiertos aparentemente con cal, en una fosa que se localizó en un espacio de tierra, ubicado entre los vestidores de las canchas de futbol y frontón de las instalaciones de la FEG.
