Washington, D.C., 19 de diciembre de 2011 - La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) publica hoy el Informe El trabajo, la educación y los recursos de las mujeres: la ruta hacia la igualdad en la garantía de los derechos económicos, sociales y culturales.
El informe que hoy publica la Comisión parte de la premisa de que la discriminación contra las mujeres en la región aún se encuentra "engranada" en desigualdades e inequidades estructurales entre hombres y mujeres. Estos problemas imperan de forma persistente en todos los sectores sociales, incluyendo los ámbitos de la economía, la educación, el trabajo, la salud, la justicia, y la toma de decisiones. En muchas partes de la región, las mujeres tienen menores posibilidades que los hombres de satisfacer necesidades básicas, tales como la alimentación, el acceso a vivienda, y a servicios de salud especializados, siguen particularmente expuestas a formas de violencia física y sexual, y tienen opciones limitadas de obtener un trabajo decente y de incidir en la agenda pública de sus países. Los Estados miembros de la OEA han reconocido en procesos regionales e internacionales que la pobreza afecta de forma particular a las mujeres, en todas sus manifestaciones, y que su acceso desigual e inequitativo a los recursos económicos continúa siendo un obstáculo para la promoción y protección de todos sus derechos humanos.
La Comisión ha identificado tres ámbitos en particular en donde se manifiestan formas de discriminación contra las mujeres en el ejercicio de sus derechos económicos, sociales y culturales; el trabajo, la educación y esferas relacionadas a su acceso y control de recursos económicos. La garantía de estos derechos tiene un efecto multiplicador en el ejercicio de todos los derechos de las mujeres. La CIDH considera que una primera aproximación al problema de la discriminación, desde el punto de vista de estos tres ámbitos, puede abrir la puerta para un análisis más integral y abarcador por parte del sistema interamericano, de los factores que aún obstaculizan el ejercicio de los derechos económicos, sociales y culturales de las mujeres.
Las recomendaciones contenidas en el informe se relacionan con el diseño de intervenciones y medidas estatales destinadas a garantizar el ejercicio de las mujeres de su derecho al trabajo, a la educación y a su acceso y control de recursos económicos en condiciones de igualdad y libre de toda forma de discriminación.
La elaboración de este informe es el resultado de un proceso de recopilación y análisis de información que se realizó con el apoyo financiero del gobierno de España.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.
ALGUNOS DATOS IMPORTANTES QUE CONTIENE EL INFORME:
El informe reporta que según Amnistía Internacional, un estudio realizado en Estados Unidos mostró que, en las escuelas públicas, el 83 por ciento de las niñas de octavo a undécimo curso (de entre 12 y 16 años) sufrían alguna forma de acoso sexual.
Indica que en Latinoamérica se ha visto que el acoso sexual en la escuela es un fenómeno generalizado en la República Dominicana, Honduras, Guatemala, México, Nicaragua y Panamá, entre otros países.
Los altos niveles de embarazo adolescente es un problema grave en la región latinoamericana. Anualmente se registran alrededor de 2 millones de madres entre 15 y 19 años y aproximadamente 54 mil nacimientos de madres menores de 15 años de edad.
En cuanto a la matriculación en la enseñanza preescolar, la Comisión no tuvo acceso a cifras desagregadas por sexo. Entre 1999 y 2007, la tasa bruta de escolarización en América Latina y el Caribe aumentó un 17%, con aumentos de más del 50% en Ecuador, México, Nicaragua y Panamá, y disminuciones de más del 25% en Chile, Costa Rica y Guatemala. Es decir, se observa que en América Latina y El Caribe, la tasa de matriculación ha aumentado considerablemente pero con variaciones entre los países.
La tasa neta de escolarización primaria en América Latina y el Caribe es bastante alta, ascendiendo a un 94%. Esta expansión de la enseñanza primaria ha ido acompañada hacia la paridad entre los sexos. Según la UNESCO, 25 de 36 países de América Latina y el Caribe de los que se dispone de información correspondiente al 2007 han alcanzado la paridad.
En materia de adquisición de la tierra, las mujeres siguen teniendo menores probabilidades de participar exitosamente como compradoras en el
mercado de bienes inmuebles.
La Comisión Interamericana fue informada que entre las razones que explican esta situación se encuentran las diferencias de ingresos masculinos y
femeninos ligados a las diferentes posibilidades de empleo y remuneración para hombres y mujeres en el mundo rural. En el mercado agrícola el hombre es un trabajador permanente y la mujer es temporal, y aún en el caso que el hombre y la mujer tienen el mismo trabajo, la mujer puede recibir un salario más bajo. Estos factores influyen en la capacidad de ahorro de la mujer y por lo tanto en su participación en el mercado de tierras como compradoras.
La CIDH recibió información durante las reuniones de expertas y expertos organizadas en el marco de este proyecto indicando que en el caso de la mayoría de las mujeres que no son propietarias de bienes inmuebles que puedan fungir como garantías, éstas no pueden tener acceso a préstamos bancarios que les permitan a su vez obtener otras tierras, vivienda u otros bienes. UNIFEM – ahora parte de ONU Mujeres - observa que sin tener tierra como respaldo, las mujeres a menudo tampoco tienen acceso a otros servicios financieros vinculados a la tenencia de la tierra, tales como seguros y cuentas de ahorro, que les permiten acumular bienes y mitigar la pobreza.