Ciudad de México, 24 de junio (SinEmbargo).– Parece una partida de Monopoly: el hombre más rico de México y el tercero a nivel mundial, Carlos Slim Helú, concretó la compra de Banco Walmart por 3 mil millones de pesos; ahora la entidad financiera de una de las principales cadenas de supermercados de México y el mundo pertenece a Banco Inbursa.
El empresario mexicano ya tiene un banco, tiempo atrás casi se adueñó de uno de los diarios más influyentes a nivel internacional (The New York Times); podría decirse que para Slim, con el mercado mundial basta y sobra.
Sí, es muy parecido a una partida a un juego de Monopoly. Sólo que en ese tablero se pueden comprar casas y hoteles. Pero Slim ya tiene eso y más. Posee bancos, tiendas, medios de comunicación, controla la telefonía... y está ya en el negocio del petróleo. Pese a que distintos sectores han señalado que bajo la actual administración federal las empresas nacionales han sido de las más afectadas al no ser tomadas en cuenta en los grandes proyectos, hace apenas unos meses se anunció que Slim, a través de Carso, buscaría aprovechar los beneficios de la Reforma Energética.
