Tomás Calvillo Unna

La vigilia que enaltece

"El cosmos abreva en los sueños del manantial nocturno".

Tomás Calvillo Unna

02/11/2022 - 12:00 am

“La ofrenda del ser”. Pintura: Tomás Calvillo Unna.

El Látigo de la luna

que sacude el cuerpo;

su biológica posesión,

esa química de la marea,

en la oscuridad que se despliega,

endurece el corazón

y nubla el paisaje.

 

El cosmos abreva

en los sueños

del manantial nocturno;

espejos que se rompen

en el líquido devenir

de los sucesos.

No lejos,

el cauce de los ríos retorna,

la geografía humana de los días

y su portentosa noche reaparece

en la milenaria tertulia de estrellas.

 

Es el hondo palpitar

del ciclo carmesí;

el sacrificio silencioso,

la desnuda incógnita del ser

a la intemperie;

su intrigante soledad que circunda

el paulatino paso de las horas.

 

Ellas miran tras la puerta

y contemplan desde las ventanas,

las edades,

cuyas huellas acompañan

hasta el último aliento.

 

El augurio retorna en sus labios,

sacude los argumentos de la realidad;

en ocasiones, el mismo destino

se atrapa y enreda

en sus oníricas madejas;

pareciera ceder su quehacer

al hado de lo imponderable;

el inesperado azar

su inagotable presencia,

la sorpresa siempre inédita.

 

Ellas de pie saben esperar,

la frente en alto y la limpia mirada

que desprecia las dudas

La certeza de dar

sin temor a perder.

 

La travesía de los segundos,

que son días y noches.

La vigilia que enaltece

en la inagotable suma

de los anhelos.

 

Ellos esperan en los muelles,

llevan el golpe del viento en las velas,

ese rumor de alta mar,

el silbido,

las redes arrojadas en la noche,

el cúmulo de sal

en las líneas de las manos,

en las crestas de las olas,

que se rinden a las húmedas arenas

de la luna.

La eminente partida,

hacia esa luz

que despunta en el horizonte.

Tomás Calvillo Unna

Tomás Calvillo Unna

Lo dice el reportero