“El trabajo es la Dictadura”, “El trabajo es la Dictadura”: la última travesura de Santiago Sierra

15/01/2013 - 10:41 am

–Con información de la agencia EFE.

 Ciudad de México, 15 de ene (SinEmbargo).– Santiago Sierra, el artista conceptual madrileño, ha contratado a 30 personas , con el salario mínimo recomendando por el Servicio Público de Empleo del gobierno español, para participar durante nueve días en un performance que presentará entre el 22 y el 30 de enero próximos en el espacio Ivorypress.

La acción se enmarca en el lanzamiento de un nuevo volumen de la serie LiberArs, colección de libros de artista de pequeño formato de la editorial Ivorypress.

Bajo el título “El trabajo es la Dictadura”, el libro de Santiago Sierra será el fruto de el performance. Las 30 personas contratadas rellenarán a mano los mil ejemplares que se publicarán del libro, copiando una y otra vez la frase “El trabajo es la Dictadura”.

Para contratar a los trabajadores se ha publicado una oferta de trabajo en el Servicio Público de Empleo Estatal, por lo que se tratará de personas en situación de desempleo.

Con un bolígrafo convencional y sobre los libros aún vacíos, impresos tan sólo con líneas azules que emulan el papel que se usa en los cuadernos escolares, su trabajo servirá de reflexión y denuncia de la situación actual del empleo en España.

El público podrá asistir al performance, que estará abierto en Ivorypress Space del 22 al 30 de enero, y la edición resultante del libro de artista se pondrá a la venta a un precio de 18 euros.

Este proyecto está en línea con el trabajo artístico de Santiago Sierra, que ha realizado en los últimos 10 años un gran número de performance reivindicativos en las que han participado personas que son, de alguna manera, víctimas de la situación que se denuncia.

Así, en 2012 colocó a veteranos de diversos conflictos armados como los de Afganistán, Colombia, Vietnam, Irak o Irlanda del Norte cara a la pared, en acciones realizadas en Nuremberg (Alemania), Adelaida (Australia), Manchester (Reino Unido) o Bogotá (Colombia), entre otras ciudades.

Además, en 2010 contrató a una serie de trabajadores para que permanecieran encerrados en el interior de cajas de cartón en el Castello del Roccolo en Busca (Italia) y, ese mismo año, enterró completamente a diez trabajadores en la arena de la playa de Calambrone (Italia).

Coincidiendo con la acción que el artista realizará en Ivorypress Space, el público podrá visitar en la galería Helga de Alvear la exposición “Los Encargados”, muestra realizada por Santiago Sierra conjuntamente con el artista madrileño Jorge Galindo.

Santiago Sierra (Madrid, 1966) es licenciado en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, pero ha desarrollado la mayor parte de su carrera artística en México, donde residió entre 1995 y 2006. Actualmente está afincado en Madrid, aunque lleva a cabo sus performances y acciones en todo el mundo.

Su obra ha sido expuesta en destacados museos, centros de arte y galerías como el Museo Kiasma de Arte Contemporáneo ARS 01 (Helsinki), el Kunst-Werke (Berlín), el Artium (Vitoria), la Kunsthaus Bregenz (Austria) o el PS1 del MoMA (Nueva York).

SIEMPRE EN CONTROVERSIA

El artista madrileño siempre ha estado en el ojo del huracán.

En noviembre de 2010, por ejemplo, rechazó el Premio Nacional de Artes Plásticas, un galardón que otorga el gobierno español, dotado de un premio en efectivo de 30 mil euros y que ha sido otorgado a artistas como Juan Muñoz, por provenir de un mandato que está “comprometido a desmantelar el Estado de bienestar en beneficio del interés minoritario”.

En una carta dirigida al ministro español de Asuntos Culturales, Sierra se autodenominó entonces como un “artista serio” y destacó que “los artistas serios” no tienen que ser “explotados por un país... con un desprecio por su mandato de trabajar por el bien común”. Además, afirmó, no puede recibir un premio de un gobierno que “da gratuitamente público dinero a los bancos privados” y permite a la corrupción estar por todas partes, “creando inhumanidad amplia e institucionalizada”.

Algunas de sus obras han sido muy polémicas.

Por ejemplo, en 2000 pagó a refugiados chechenos salario mínimo para permanecer ocultos en el interior de cajas de cartón en una galería durante largos periodos. También, en 2004, pagó a inmigrantes iraquíes para rociarlos con espuma de aislamiento; en 2009 también utilizó prostitutas a las que pagó con heroína para tener el privilegio de tatuarlas públicamente en la espalda.

Para sus críticos, Sierra utiliza el dinero para comprar a las personas y someterlas a la degradación y al maltrato.

Sin embargo, otros más consideran que Sierra hace un espectáculo gratuito de la violencia ética, con el fin de reflejar y exponer su proliferación en la “sociedad”. Y el espectáculo continúa debido a que, como Sierra expuso en la carta de rechazo del Premio Nacional de Artes Plásticas, “la libertad que el arte me ha dado... es a lo que yo no estoy dispuesto a renunciar”.

Redacción/SinEmbargo

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Lo dice el reportero