Chicago, 30 ene (dpa) - El fabricante de aviones Boeing ganó 3.900 millones de dólares en 2012 y confía en aumentar su volumen de negocios también en 2013, a pesar de la actual prohibición de vuelo de su modelo Dreamliner tras varios fallos, según apuntó hoy el presidente de la compañía estadounidense, Jim McNerney.
En el ejercicio de 2012, que no se vio afectado por los problemas del Boeing 787 (Dreamliner), la empresa aumentó su volumen de negocio un 19 por ciento, hasta los 81.700 millones de dólares (60.700 millones de euros).
Los beneficios de la empresa retrocedieron un 3 por ciento hasta los 3.900 millones de dólares, debido a los elevadas obligaciones de haberes pasivos, pero aún así superaron las expectativas de los analistas. Los dividendos por acción cayeron un 4 por ciento, hasta los 5,11 dólares.
Para 2013 se espera que los dividendos sean de entre 5 y 5,20 dólares y que la cifra de negocio ascienda hasta entre 82.000 y 85.000 millones de dólares.
Sin embargo, todavía está por ver los costes que pueden acarrear los fallos del Dreamliner, sobre el que pesa una prohibición de vuelo tras un incendio a bordo y un aterrizaje de emergencia debido a un fallo en las baterías cuyo origen aún no se logró determinar.
"Nuestra primera tarea para 2013 es solucionar los problemas de las baterías del 787 y hacer volar de nuevo a los aviones de forma segura", afirmó McNerney, que no hizo declaraciones respecto a los posibles costes que podrían tener los fallos del Dreamliner para Boeing.
La empresa estadounidense cuenta con fabricar este año entre 635 y 645 aviones, por encima de los 601 construidos en 2012. Sin embargo, entre esos aparatos figuran también 60 Dreamliner, cuya producción seguiría al parecer en marcha.
Las entregas de este modelo se paralizaron ante la prohibición de vuelo impuesta por la Agencia Federal de Aviación (FAA) y la Agencia Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) estadounidenses.
El origen de la prohibición se remonta al fuego sufrido por un Dreamliner de Japan Airlines en Boston y al aterrizaje de emergencia de un aparato de All Nippon Airways debido a problemas con una batería.




