
Ciudad de México, 4 diciembre (Sin Embargo).– “Estoy cansado de ser un autor difícil”, dice el escritor mexicano Álvaro Enrigue, quien presentó Muerte súbita, novela ganadora del Premio Herralde 2013, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
“Nunca he vendido nada y pertenezco al género de los escritores resentidos que ven con envidia cómo sus colegas sí venden muchos libros, pero en estos días que lleva la novela en el mercado ha tenido buenas críticas y parece que le ha gustado a varios”, dice el escritor nacido en 1969 y también autor del reciente ensayo Valiente clase media, en entrevista con dpa.
Muerte súbita es una obra original, según el fallo del jurado del Premio Herralde, que comienza con la recreación de un partido de tenis imaginario entre el pintor Caravaggio y el poeta Quevedo en 1599. Sigue con una muy en apariencia documentada historia sobre el también llamado “deporte blanco”, aunque es el propio Enrigue el encargado de no dar mucho crédito a sus datos.
“Todo está intervenido”, comenta con humor, un día antes de presentar formalmente su novela premiada en un acto donde estuvo acompañado del editor Jorge Herralde. En el público estaba su madre, que nunca falta en estos actos y “La Flaca” Valeria Luiselli, su esposa y una de las voces más prometedoras de la nueva literatura mexicana según la crítica.
- Decía ayer Mario Vargas Llosa que al ver cuánta gente viene a la Feria por un libro, deja de temer por el futuro de los libros
- Bueno, no soy “librólatra” aun cuando lo que he hecho durante toda mi vida ha sido leer y escribir. Y cuando no escribo ni leo es porque estoy dando clases de literatura o estoy editando libros. Pero creo que los libros son un fenómeno cultural muy parecido a los periódicos. Nacieron en un momento y se van a acabar en otro. No me importa si cambian los soportes ni pienso que el libro vaya a salvar a la República Mexicana. Me parece que hay que ocuparse de la educación y ahí vendrá la lectura en el paquete.

- Entonces no le importa, por ejemplo, tener un presidente que no lea…
- Me parece natural que el presidente no lea. Si leyera no trataría de ser presidente de este país. Obviamente ni el periódico había leído cuando decidió ser candidato. La literatura siempre ha sido un fenómeno minoritario.
- Un hecho que ante sus ojos no desmerece a la literatura…
- Claro que no. Lo que digo es que no todo el mundo tiene que leer literatura ni todo el mundo tiene que escuchar reggae. Al menos yo no escucho reggae ni como berenjenas.
- Ni juega al tenis
- No. Jugué alguna vez cuando mi hijo mayor tenía 9 años y practicaba tenis en el colegio. A los 11, mi hijo comenzó a ganarme así que dejé. Nunca vi un partido de tenis por televisión, además.
- Aunque el tenis en su novela, igual que la esgrima, es un pretexto para diseñar un héroe individual
- Sí, porque la leyenda dice que el “Yo” nació en la Ilustración y creo y digo que nació en el Renacimiento. La modernidad empieza con “Yo soy Leonardo Da Vinci”, “Yo soy Miguel Ángel”.
- Las extremas medidas de seguridad impuestas en la Feria del Libro con la visita de Shimon Peres hacen tambalear un poco la condición del “Yo”
- ¿Me lo dices a mí que vivo en Nueva York, el Estado más policial del mundo occidental? Vivimos en un mundo donde las libertades individuales se respetan cada vez menos y como ejemplo está la ley que acaban de aprobar en España y que atenta en forma inverosímil contra la libertad de expresión.
Con información de dpa




