Frente a la casa de la jefa de gobierno, que al parecer no se encontraba allí, miles de personas realizaron pitadas con silbatos. Otros pusieron en el suelo coronas fúnebres. Los medios tailandeses calcularon que en toda la ciudad había decenas de miles de manifestantes en las calles.
Los manifestantes paralizaron el tráfico con concentraciones en importantes cruces de la capital. Su líder, Suthep Thaugsuban, había anunciado que congregaría en las calles a un millón de personas. El movimiento de protesta en Tailandia no está de acuerdo con la decisión de la primera ministra de convocar elecciones anticipadas para el 2 de febrero y reclaman su renuncia.
Los manifestantes exigen la formación de un gobierno de tecnócratas, no salido de las urnas, para que reforme el sistema político con el objetivo de impedir una nueva victoria de los seguidores de Yingluck o de su hermano Thaksin, que vive en el exterior desde 2008 para eludir una condena a dos años de prisión bajo el cargo de abuso de poder.
La familia Shinawatra tiene su base de poder en las regiones rurales del norte del país. Los habitantes de las ciudades y los tailandeses más acomodados del sur atribuyen a la primera ministra juegos de poder y maniobras populistas para su propio beneficio.
El líder opositor Suthep pretende establecer un consejo popular encargado de elaborar proyectos de ley para reformas, una iniciativa que muchos observadores extranjeros consideran anticonstitucional.
El partido Pheu Party, de Yingluck, había ganado las elecciones celebradas en julio de 2011 con una ventaja de cuatro millones de votos sobre el Partido Demócrata.




