InSight Crime
El aumento en los ataques con drones en ciertas zonas del estado de Guerrero, al suroeste de México, atribuidos a una alianza entre dos grandes grupos criminales, ha causado el desplazamiento de cientos de personas.
Estos desplazamientos y asesinatos obedecen, presuntamente, a una escalada relámpago entre facciones asociadas a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, de la cual dan testimonio grabaciones de video que circulan en las redes sociales en las que se ven “narcotanques” haciendo guardia en Frontera Comalapa.
Dada la presencia del CJNG en todos los estados que rodean Tamaulipas —Nuevo León, San Luis Potosí y Veracruz— es posible que las facciones del Cártel del Golfo estén haciendo nueva alianzas con el grupo como una manera de sobrevivir a lo que ven como una inevitable toma del poder.
Ahora, uno de los grupos criminales más formidables del país, el CJNG, puede estar intentando aprovechar esa fragmentación para sus ambiciones de expansión.
El conocimiento es poder, así que no es sorpresa que en los últimos años los químicos se hayan convertido en objetivo del crimen organizado. Un grupo de profesores de química del estado de Baja California confesaron que sentían temor de ser blanco de grupos criminales.
Los investigadores estimaban que había tres “químicos legítimos” y “muchos más” químicos clandestinos o “cocineros” trabajando para los cárteles de la droga. Su objetivo era entrenar a los cocineros para trabajar en los lugares de “confección” donde podían usarse precursores de fentanilo.
Muchos niños estaban expuestos al crimen organizado desde temprana edad y ello facilitó la transición a su ingreso a los cárteles de la droga.
Para calcular el total de metanfetamina producida en México (MPM), es preciso calcular cuánto puede consumirse en los principales mercados, cuánto puede perderse en decomisos y cuánto puede terminar como inventario.
Hay otros productos químicos que también son esenciales para la fabricación de la metanfetamina y el fentanilo, como los aglutinantes, colorantes, solventes, catalizadores y reactivos.
Las autoridades estadounidenses y mexicanas han enfocado gran parte de su estrategia contra el tráfico de drogas sintéticas en capturar a los cabecillas de los carteles.
Esta investigación pretende comprender el flujo de estos precursores para la producción de drogas sintéticas en México, específicamente la metanfetamina y el fentanilo.
La participación del CJNG en el fraude de tiempo compartido es la punta del iceberg en relación con su implicación en empresas del sector turístico de Puerto Vallarta, que por años ha sido una mina de oro para el grupo.
Mientras México enfrenta un juicio contra fabricadores y distribuidoras de armas en Estados Unidos, otros países de Latinoamérica como Brasil, Colombia, Jamaica y otros más, también intentan tomar acciones para evitar el flujo ilegal de armas.
Las víctimas de un delito recurrente pueden con el tiempo dejar de verlo como un delito. Es el caso de los dueños de negocios que llevan tanto tiempo pagando cuotas extorsivas que las ven como un gasto de operación al mismo nivel que los impuestos.
El pasado 14 de abril, el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló las acusaciones contra 28 personas, físicas y morales, incluidos cuatro “Chapitos”, que son los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán y líderes del Cártel de Sinaloa, así como empresas de China, por la fabricación, producción, traslado y venta de fentanilo, que ha provocado una epidemia de sobredosis y muertes en aquel país.
Con el récord constante de producción de cocaína, los traficantes pueden estar dispuestos a afrontar más riesgos para atravesar el océano Pacífico, al sopesar el potencial de ganancias. Por Scott Mistler Ciudad de México, 17 de abril (InSight Crime).– Dos decomisos de cocaína de varias toneladas cerca de Australia y Nueva Zelanda alcanzarían en las […]