Emiliano Monge

Justo antes del final: el retrato de una madre y del enloquecimiento del mundo

Emiliano Monge

Justo antes del final: el retrato de una madre y del enloquecimiento del mundo

Emiliano Monge

Justo antes del final: el retrato de una madre y del enloquecimiento del mundo

02/10/2022 - 12:00 am

Emiliano Monge habló con SinEmbargo sobre su más reciente novela, un relato “sobre la memoria familiar y la construcción de los recuerdos en torno a la figura de la madre”.

Ciudad de México, 2 de octubre (SinEmbargo).– Justo antes del final (Random House) es un libro que muestra un aspecto personal de Emiliano Monge: la historia de una madre, su madre, y que al mismo tiempo es un relato de la salud mental y un recorrido por su historia universal, que inicia en 1947 y culmina en 2016.

“La novela trata un poco de retratar esas dos cosas, la historia de ella, la intimidad, y el mega macro sobre el mundo, sobre la Historia, con mayúscula, no digamos desde el tratamiento de las enfermedades pero también del enloquecimiento progresivo del planeta y de las colectividades”, comentó el autor en entrevista con SinEmbargo.

Monge dijo que es un libro extraño, “porque es personal y no, es decir, no existe un personaje que sea yo, central, como en No contar todo (su otro libro), si había tres personajes y uno era Emiliano, acá hay un personaje central que este personaje de la madre del narrador, que es como el todo en la novela, o uno de los dos todos, porque el otro es el mundo”.

El autor compartió que este proyecto nació al recurrir a las historias que tenía a la mano, particularmente dos, la de sus abuelos: “por un lado, el abuelo paterno que tuvo que ver con la fundación del narcotráfico, tal y como es en México, que se hizo el muerto, eso me parecía que ahí había una historia que contar, y por otro lado un abuelo que había sido un psiquiatra, fundamental en el paso de las terapias de electroshocks a las farmaceútica, digamos, a las píldoras, a las medicinas, como terapias mejores, o menos invasivas”.

Justo antes del final parte de este último de sus abuelos, quien además fue perito médico en muchos juicios, entre ellos el del multihomicida Goyo Cárdenas.

“Me parecía que ahí también había una historia, pero las abandoné, nunca supe qué hacer con ellas en su momento, y después vino una época en la que pensé que no iba a hacer nada autobiográfico, y curiosamente al final encontré, primero No contar todo, y ahora, Justo antes del final un poco como la manera de escribir desde la autobiografía pero yendo más allá, en uno los temas de la violencia, cómo nace la violencia en la intimidad, y en el otro cómo es el cuidado del otro, y cómo es la búsqueda de protección y de la búsqueda de un lugar del mundo, y al mismo tiempo la historia de la locura en nuestro país, en la intimidad, en general y en el mundo”, indicó.

Portada del libro Justo antes del final. Foto: Random House

Justo antes del final relata la vida de la madre del narrador, que ha sido marcada por la invisibilidad, la enfermedad, la locura y las violencias, pero también por la resiliencia, la voluntad, los afectos y el cuidado de sí y de los otros. Todo ello entra en tensión con algunos de los grandes acontecimientos mundiales: la llegada de la píldora anticonceptiva, la invención de la cámara instantánea, el desarrollo de tratamientos para las enfermedades mentales, la carrera espacial y la carrera por la prótesis auditiva perfecta, el descubrimiento de la antimateria, entre otros eventos que son narrados cronológicamente.

Emiliano Monge explicó que uno de los aspectos que muestra en su libro es echar por tierra la idea de que la locura emerge de repente, que alguien se volvió loco cuando en realidad es todo un proceso muy largo.

“Hay formas de locura para las que necesitan tres generaciones, es decir que sólo se puede acceder a esas formas si eso se ha ido gestando durante tres generaciones, es decir, solamente el nieto de quien empezó un proceso de descomposición de cierto tipo, accede a la locura o termina en esa forma de locura, es decir , son procesos de larguísimo tiempo, de fermentación larga, y eso me parecía interesantísimo, como ir rastreando cómo se va construyendo, cómo se va apoderando o cómo se va instalando ciertas enfermedades mentales en ciertas personas”, abundó.

En el caso de la novela expuso que esto es muy claro en uno de los hermanos de la protagonista, uno de los tíos del narrador, al que el lector va acompañando el proceso desde su infancia hasta su muerte, “y vamos viendo cómo su vida, no solamente cómo una forma de locura lo va tomando, también cómo va condicionando su existencia, y cómo va el personaje transformándose a través de esta condición, cómo va limitando su propia existencia a través de esta condición, a través no solamente de la enfermedad, sino también del estigma que hay de la enfermedad”.

Cuestionado sobre la presencia constante de la locura la vuelve un personaje más de la novela, indicó que es un tema fundamental, pero en cuestión de personajes de este relato él identifica más al caos y al orden: “esos sí son los dos personajes aparte de la madre, que son fundamentales, el caos y el orden, manifestados, además, o ejemplificados en locura y cordura, por un lado, pero también en luz y oscuridad, en cuidado y descuido o cuidado y sobre cuidado, porque también hay un asunto de sobre cuidado, en un montón de cosas que creo que son más allá, es decir, los personajes, todos, están buscando un modo de ordenar algo que está de origen desordenado o de escapar al caos, y ese caos, claro, puede ser la locura, pero también puede ser muchas otras cosas, y sí, efectivamente, son personajes centrales de la novela”.