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Maite Azuela

04/04/2017 - 12:05 am

Violencia sexual integrada

Al subir al transporte colectivo Metro de la Ciudad de México, los usuarios se encuentran algo fuera de lo común. Pareciera que varios cuerpos de hombres desnudos se han apoderado de algunos asientos. Los contornos protuberantes no solo se pueden ver, sino se pueden sentir. El respaldo tiene un pecho desnudo y el asiento un […]

Es sumamente útil que se haga visible de un modo confrontante y que muestre el impacto del acoso sexual en los espacios públicos. Foto: Especial

Al subir al transporte colectivo Metro de la Ciudad de México, los usuarios se encuentran algo fuera de lo común. Pareciera que varios cuerpos de hombres desnudos se han apoderado de algunos asientos. Los contornos protuberantes no solo se pueden ver, sino se pueden sentir. El respaldo tiene un pecho desnudo y el asiento un pene descubierto. Como es de esperar, aunque el vagón vaya a reventar, esos lugares permanecen desocupados. Nadie en sus cinco sentidos elige sentarse ahí.

Además, las pantallas de televisión que hay en algunas estaciones muestran imágenes que concentran su foco en los traseros de varios hombres que aparentemente transitan en los pasillos. Las reacciones de quienes observan estas cápsulas audiovisuales revelan lo poco común que resultan para los hombres las típicas actitudes de acoso sexual que se ejercen contra las mujeres. El video ha sido también compartido en redes sociales y ha rebasado ya los 10 millones de reproducciones.

Estas creativas intervenciones del espacio público son parte de una campaña contra el acoso sexual que lanzaron conjuntamente la Organización de las Naciones Unidas ONU y el Gobierno de la Ciudad de México. La revelación de que tan integrada está la violencia sexual a nuestra cotidianeidad está perfectamente representada en la figura masculina intimidante fundida en un asiento del transporte público. El llamado es para que se entienda que el acoso “no es de hombres”. Y la campaña no es un capricho provocador, sino que surge de evidencias escalofriantes.

Por mencionar algunos de los datos sobre acoso sexual en nuestro país, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) 2015, solo ocho de cada cien personas que sufrieron algún abuso, hostigamiento, estupro, violación o acoso sexual, decidieron levantar una averiguación previa ante el Ministerio Público. La violencia sexual en México es un delito que se ha incrementado drásticamente. De acuerdo con cifras de Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2016 se denunciaron casi 30 mil casos nuevos de posibles delitos sexuales en todo el país, cifra superior en tres mil casos a la registrada apenas un año antes, en 2015, cuando se reportaron 27 mil denuncias. Este año no es la excepción, incluso el incremento de delitos con esta tipificación, se ha elevado ocho por ciento durante el primer bimestre.

La mayoría de los hombres considera que los actos de acoso no son violencia sexual y normalmente son permisivos y poco conscientes del fenómeno. Por ello es sumamente útil que se haga visible de un modo confrontante y que muestre el impacto del acoso sexual en los espacios públicos. Otra arista que requiere concientización, es recalcar la importancia de que las mujeres no duden sobre lo que el acoso implica y en la medida de lo posible, venzan el miedo a ser re victimizadas y denuncien.

Requerimos desincorporar del imaginario colectivo la normalización con la que el acoso sexual se ha fundido en nuestra tolerancia cotidiana.

Despedida y agradecimiento

Hace un año tuve la oportunidad de incorporarme como parte del equipo de columnistas de SinEmbargo. Es muy reconfortante escribir para generar diálogo, para provocar debate, para motivar la reflexión plural. SinEmbargo es sin duda un campo fértil para el intercambio de ideas y propuestas. Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida, no sólo por la total libertad editorial con la que conté siempre, sino por las ricas conversaciones que los lectores generaban a partir de los textos. Cierro un ciclo y no puedo más que agradecer tanto a Jorge Zepeda Paterson, admirable escritor y ser humano, como a Alejandro Páez Varela, valiente y ecuánime periodista, por el acceso a este poderoso amplificador de voces alternativas.

Maite Azuela
Analista Política y Activista por los derechos humanos y la rendición de cuentas. Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Concordia, Canadá. Colaboradora de Uno Noticias. Dirige la organización Dejemos de Hacernos Pendejos y forma parte de redes ciudadanas para el impulso de los derechos políticos y la defensa de los derechos humanos. Fue servidora pública durante una década y entre las instituciones para las que laboró están el Instituto Nacional Electoral (INE), el Instituto Electoral del Distrito Federal (IEDF) y el Instituto Nacional de Acceso a la Información Pública (INAI).

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