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La NOM-051 se creó en 1994 y sus cambios más recientes, de acuerdo con expertos del sector, tendrán un gran impacto sobre la publicidad de productos alimenticios.
El bajo flujo sanguíneo cerebral es el predictor número uno de imágenes cerebrales que predice que una persona desarrollará la enfermedad de Alzheimer. También se asocia con la depresión, el TDAH, el trastorno bipolar, la esquizofrenia, las lesiones cerebrales traumáticas, las adicciones, el suicidio y otras afecciones.
Las enfermedades crónicas ligadas a la mala alimentación agravan la actual pandemia de COVID-19 en México, afirma la Secretaría de Salud. A pesar de la advertencia, los distintos niveles del Gobierno de México adjudican cientos de millones de pesos cada año para alimentar a funcionarios y ciudadanos con botanas, dulces, galletas, postres y refrescos. Así ah sido, al menos, en los últimos 18 años o tres sexenios.
Las estrategias de publicidad con personajes atractivos y ambiente de aventura o fantasía, proyectadas en televisión, redes sociales, videojuegos, advergaming, sports, series, con influencers y plataformas como YouTube Kids, ha jugado un papel clave en ello, sin la suficiente regulación del Gobierno mexicano, expusieron investigadoras durante un foro virtual.
Además, el funcionario señaló que en el país existe una sobre oferta de alimentos industrializados de muy bajo nivel nutricional y alto valor calórico, lo que pone en riesgo a la población mexicana pese a ser muy joven en comparación con otros países.
Según el Secretario neoleonés, el hombre fue sometido al estudio epidemiológico por el que resultó positivo al virus, no obstante, se esperan los resultados de las pruebas para conocer si existe otro caso de contagio entre sus familiares.
El 71 por ciento de mexicanos adultos padecen exceso de peso, mientras que el problema afecta a tres de cada 10 menores de edad.
El etiquetado de alimentos preenvasados y bebidas no alcohólicas, las envolturas y envases deberán incluir un etiquetado frontal que advierta al consumidor sobre la alta cantidad de azúcares, grasas trans, grasas saturadas, sodio y calorías que contienen.
“Ya hay una ley aprobada por unanimidad por todos los partidos y ahora corresponde al Ejecutivo definir la normatividad”, indicó el Presidente.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), cada mexicano compra en promedio 214 kilos de alimentos ultraprocesados: casi el doble del consumo promedio en Brasil y Colombia. México es el país de América Latina que más demanda este tipo de productos. Durante este tiempo, los distintos gobiernos han hecho poco para impulsar políticas públicas que frenen este consumo masivo.
Actualmente, una medida que se utiliza para saber si las personas se encuentran en un peso “saludable” es el índice de Masa Corporal (IMC). Sin embargo, un cuerpo delgado no es sinónimo de cuerpo saludable, pues existen personas con “sobrepeso” que son metabólicamente saludables, mientras personas delgadas pueden desarrollar trastornos alimenticios, tal como el trastorno de alimentación selectiva.
De acuerdo con los datos más recientes del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos, la prevalencia de la obesidad es de aproximadamente un 40 por ciento en el país norteamericano, lo que supone que alrededor de 93 millones de estadounidenses la sufren.
También el cambio en la alimentación afecta demasiado a los jóvenes que han sustituido a las frutas y verduras por comida rápida. “Desde hace 30 años, en el país hay una transición alimentaria que no ha concluido: el consumo de frutas y verduras cayó 30 por ciento, y el de frijol casi 50 por ciento”, dijo la especialista en Ciencias de la Salud por la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional.
El consumo de frutas y verduras cayó un 30 por ciento en México en los últimos 30 años, uno de los factores que provocó el aumento de sobrepeso y obesidad en la población, dijeron este domingo expertos de la Universidad Nacional Autónoma (UNAM).
Desde el 2014 la Ley General de Salud en Materia de Publicidad prohibe a las empresas promover hábitos alimenticios nocivos en la televisión y otros medios informativos. Sin embargo, las normas no prohiben a estas participar en las políticas públicas de salud, otra forma de publicidad indirecta y de promoción de consumos de sus productos. Organizaciones de la sociedad civil denuncian que a través de programas como “Ponte al 100” la industria de alimentos ha logrado entrar las escuelas sin que existan frenos para garantizar el derecho humano a la buena alimentación.
La coalición Contrapeso acusa que el OMENT fue creado para abrir la puerta a las empresas, que a través del órgano pueden autoregularse y servirse con la cuchara grande, aún a costa de la salud de los consumidores.