El Ejército pide una solución pacífica a la crisis política paquistaní

01/09/2014 - 2:39 am

Islamabad, 1 sep (EFE).- El Ejército paquistaní pidió al Gobierno y a la oposición que solucionen la crisis política sin recurrir a la violencia, tras los tres muertos y más de 500 heridos durante los choques del fin de semana en Islamabad.

“Un mayor uso de la fuerza solo agravará el problema. La situación debe ser resuelta políticamente, sin tiempo que perder y sin recurrir a la violencia”, afirmó el Ejército en un comunicado ayer a última hora de la noche.

El jefe del Ejército paquistaní, general Rahil Sharif, mantuvo un encuentro con altos cargos militares tras los enfrentamientos del fin de semana, en el que declararon su apoyo a la democracia y expresaron su preocupación por la situación.

La reunión de la cúpula militar disparó los rumores de que el Ejército podía poner fin a la crisis por su cuenta, en un país que ha sido gobernado la mitad de su historia por el ejército.

La violencia estalló el sábado por la noche cuando los manifestantes trataron de llegar a la residencia del primer ministro de Pakistán, Nawaz Sharif, a quien exigen que dimita.

La Policía trató de detener la marcha con gases lacrimógenos, a lo que los manifestantes respondieron con el lanzamiento de piedras.

Liderados por Imran Khan, al frente del Pakistan Tehreek-e-Insaf (PTI), y el clérigo Tahirul Qadri, miles de personas han acampado en Islamabad las dos últimas semanas para pedir la dimisión de Sharif por corrupción y fraude electoral.

Tras los choques del sábado noche, Khan reafirmó su postura y aseguró que no pondrá fin a las protestas.

“Estoy preparado para morir aquí”, dijo a sus seguidores, de acuerdo con la prensa local.

Khan y Qadri pretenden aprovechar el descontento de la población por la crisis energética, el aumento de los ataques insurgentes y la mala situación de la economía para forzar la dimisión del primer ministro, que obtuvo la mayoría absoluta en los comicios de 2013.

Sharif, quien fue depuesto en un golpe de Estado de los militares en 1999, ha mantenido una difícil relación con los uniformados desde su elección por su intento de acercamiento a la India y el juicio por traición al exdictador militar Pervez Musharraf.

La ofensiva en Waziristán del Norte contra los insurgentes que comenzó en junio y que Sharif retrasó en favor del diálogo también ha sido una fuente de tensión.

Analistas y observadores afirman que aunque Sharif supere la crisis quedará debilitado el resto de su mandato y que el Ejército tomará el control de la seguridad y la política exterior. EFE

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