Opinión en video
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19-03-2024 - 12:05 am
"Nadie le niega a Salinas Pliego, el propietario de Televisión Azteca que tanta ostentación hace de su riqueza, su derecho a ir a los tribunales, pero los mexicanos también tenemos derecho a saber que se niega a cumplir con sus obligaciones tributarias sólo porque le da la gana".
Doce personas del Poder Judicial de la Federación, uno de los tres poderes del Estado, tienen en sus manos la decisión de hacer justicia o de someterse al poder económico y mediático del multimillonario Ricardo Salinas Pliego para que se salga con la suya de no pagar los impuestos que debe, que es dinero escamoteado a los mexicanos.
Se trata de 12 magistrados del Poder Judicial que deberán resolver como última instancia cuatro créditos fiscales de Grupo Elektra que suman 26 mil 888 millones de pesos. Salinas Pliego quiere que el fallo se aplace tanto como sea posible, hasta después de que Andrés Manuel López Obrador concluya su periodo como Presidente de México, y que recaiga en los tres de un único Tribunal.
Estos 26 mil 888 millones de pesos son uno de los tres paquetes de créditos fiscales del Grupo Salinas y que involucran a más de 67 mil millones de pesos, una cantidad que representa la tercera parte de la fortuna de Salinas Pliego.
Los abogados del Grupo Elektra han promovido recursos jurídicos para que todos los juicios de amparo que radican en el segundo, décimo, décimo octavo y vigésimo Tribunal Colegiados en Materia Administrativa del Primer Circuito se concentren sólo en el último para que sea éste el que emita una resolución final de todos.
De ser así, corresponderá a los magistrados del Vigésimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito, presidido por Salvador Alvarado López e integrado por Martha Llamile Ortiz Brena y Yuritze Arcos López, los que resuelvan si le dan la razón a Salinas Pliego o le ordenan que pague lo que adeuda.
También los abogados de Salinas Pliego han combatido la solicitud de la Procuraduría Fiscal de la Federación para que haya una resolución pronta de los casos, porque la apuesta a que termine el Gobierno de López Obrador y haya otras condiciones para no pagar.
Salinas Pliego pretendió ganar tiempo y sobre todo que la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le diera la razón en que no adeuda impuestos cuando, en diciembre de 2022, el Ministro Luis María Aguilar congeló el expediente del adeudo y, una vez que en agosto pasado López Obrador lo denunció, se determinó en septiembre que el caso se devolviera a los tribunales colegiados donde actualmente se encuentra.
Ahora está en manos de los tres magistrados mencionados el crédito fiscal de mayor cuantía, por 18 mil 455 millones 467 mil pesos, correspondiente al ejercicio fiscal de 2013, que los abogados de Salinas Pliego quieren que también resuelvan los otros tres créditos: Uno por cuatro mil 916 millones 910 mil pesos, otro por dos mil cuatro millones 834 mil y el último por mil 431 millones 466 mil pesos.
Nadie le niega a Salinas Pliego, el propietario de Televisión Azteca que tanta ostentación hace de su riqueza, su derecho a ir a los tribunales, pero los mexicanos también tenemos derecho a saber que se niega a cumplir con sus obligaciones tributarias sólo porque le da la gana.
Es deber de los periodistas revisar la actuación de los poderes constitucionales tanto como de los fácticos, que a menudo se esconden con el pretexto de que son instituciones privadas. Pero cuando se trata de concesiones de bienes y de recursos públicos, es obligado que también rindan cuentas a la sociedad. Y en un país de leyes los tribunales también deben estar bajo escrutinio de los ciudadanos y de los periodistas, que deben vigilar las decisiones que toman, sobre todo con el esquema jurídico que ha utilizado Salinas Pliego para escabullirse de sus obligaciones tributarias.
El caso de Salinas Pliego, concesionario de frecuencias de televisión, y el de las resoluciones de los tribunales son de interés público, sobre todo si se trata de dinero de contribuyentes que eluden o evaden el pago de impuestos, como los 67 mil millones de pesos que engloba de manera preliminar la deuda de este magnate.
El Presidente López Obrador había decidido, en una negociación iniciada a petición de Salinas Pliego el año pasado, otorgarle una quita de alrededor de ocho mil millones de pesos, como aquí se informó.
Y este lunes 18, en su conferencia de prensa, celebró que su propuesta no haya sido aceptada por el magnate de la televisión. “Se le planteó y dijo no. No. Yo hasta descansé porque imagínense la sospecha que iba a despertar. ‘¿Por qué el trato preferencial a su amigo Salinas Pliego?’ Por buscar una salida consideraba buena, yo iba a quedar bajo sospecha. Sus mismos amigos de clase social iban a decir qué pasó, cómo hubo rebaja”. Ahora el balón está en el cancha del Poder Judicial, que definirá de qué lado está: De la justicia o de los privilegios.
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19-03-2024 - 12:04 am
Se diría que el superávit comercial que tiene México respecto a Estados Unidos es algo virtuoso. Pero ese pudiera no ser el caso. Un déficit muy alto en la balanza comercial de Estados Unidos con México podría llevar al gobierno estadounidense a cancelar el T-MEC en 2026.
Uno de los cambios notables en las ciudades mexicanas en los últimos años es la presencia de autos de origen chino en sus calles y avenidas. Esto es algo nuevo y habla del gran crecimiento industrial experimentado por China. Lo normal antes era la circulación predominantemente de coches japoneses, europeos (principalmente franceses y alemanes) y, por supuesto, estadounidenses.
Visto en abstracto, se pensaría que esto es positivo para México, pues se está expandiendo el catálogo de socios comerciales.
Como sabe cualquier interesado en el asunto, hay un recrudecimiento de la rivalidad económica (crecientemente política y militar) entre Washington y Beijing. Como resultado de esto el gobierno estadounidense ha impuesto una serie de restricciones a sus importaciones de productos chinos.
Esta política ha tenido cierto efecto y ha ocasionado que México haya reemplazado a partir de 2023 a China como principal exportador al mercado estadounidense.
Esta situación abre la posibilidad de que México pueda ampliar su infraestructura industrial para reemplazar a Asia en la exportación de productos de alto valor agregado como los semiconductores. Hasta ahora lo que ha sucedido es el establecimiento de compañías de Asia en México – incluyendo las chinas – que buscan acercarse al mayor mercado del mundo. Esto no es necesariamente negativo.
Por ahora el problema es que el gobierno mexicano está aprovechando que China tiene un acceso al mercado mexicano para introducir productos cuyo propósito no es el consumidor final, sino que sirven como valor agregado a productos finales que se manufacturan en México y luego se exportan a Estados Unidos.
En particular, esto está ocurriendo con las exportaciones chinas de acero y aluminio, materias primas para la producción de automóviles. Operando desde el 2020, el T-MEC establece que un determinado porcentaje de valor agregado en las mercancías intercambiadas en el mercado común debe originarse en cualquiera de los tres países signatarios. Sin embargo, al parecer hay evidencia de que estas materias primas de origen chino se están presentando como si fueran de origen mexicano. Si este fuera en verdad el caso, podríamos decir que el gobierno obradorista pretende engañar a las autoridades aduaneras de nuestro vecino del norte.
El potencial negativo de esta situación no debe ser menospreciado, ya que pudiera llevar, como lo ha alertado el semanario The Economist, a una guerra comercial entre México y Estados Unidos.
Se diría que el superávit comercial que tiene México respecto a Estados Unidos es algo virtuoso. Pero ese pudiera no ser el caso. Un déficit muy alto en la balanza comercial de Estados Unidos con México podría llevar al gobierno estadounidense a cancelar el T-MEC en 2026, sobre todo si Trump triunfa en noviembre. Esto sería desastroso para la economía mexicana.
Ante está realidad y este escenario, lo prudente sería establecer conversaciones honestas y de buena fe con nuestras contrapartes en Washington para aclarar posibles malentendidos. Debe quedar claro que la relación prioritaria de nuestro país es con Estados Unidos, aunque sin menoscabo de nuestras buenas relaciones con países como la misma China.
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19-03-2024 - 12:02 am
México debe recuperar la rectoría de los servicios de salud y quienes lo hagan deben advertir que esto llevará dos o tres décadas.
Son tres la necesidades de la población de las naciones del mundo que se desarrollan en un contexto de libertad. Estas necesidades deben ser garantizadas por los gobiernos. No solo para el bienestar de las personas sino también para cumplir la letra de la constitución. Ahí se describe la responsabilidad del Estado para crear el marco social ideal en el cual el libre desarrollo de la personalidad se lleva a cabo con las mayores ventajas posibles.
Estas necesidades son la seguridad, el acceso a la educación y la salud universal de calidad.
En la segunda mitad del Siglo XX el régimen neoliberal fue ensayado como forma de Gobierno en muchas naciones. Esta teoría política y económica propone un papel mínimo del Estado en todas las actividades de las personas de una nación. El cumplimiento de las necesidades de la población están sujetas a las leyes del libre mercado, se sustentan en la desregulación y en la privatización. La salud, la educación y la seguridad son un negocio.
No es difícil identificar y hasta asociar personas a la ruta que siguieron la educación, la seguridad y la salud en México durante los años del sistema neoliberal. En esta columna les platicaré de la salud. La educación y la seguridad han sido y serán revisadas por otras personas con mas experiencia y lo mas importante, con acceso a información comprobable, medible que sustente esas revisiones.
Una vez que la Secretaria de Salud en México fue cediendo la rectoría de la distribución de medicamentos, otorgamiento de servicios de salud desde primer nivel hasta los institutos nacionales de salud se diseñaron programas que intentarían reducir el papel del estado y las regulaciones o vigilancia serian cada vez menores.
El producto final fue el llamado”Seguro Popular”. Una vez que este programa se instauró es justo mencionar que algunos de los procesos de prestación de servicios y distribución de medicamentos, materiales de curación, equipamiento e incluso los recursos humanos, servicios de nutrición y seguridad ya habían iniciado una transición.
Desde el análisis de la salud pública se puede afirmar que los indicadores de salud no se modificaron positivamente. Las personas no vivían mas, ni la calidad de vida era mejor. Las enfermedades mas frecuentes, con mayor prevalencia, siguieron siendo las mismas. La pobreza se incrementó y con ello incrementaron las llamadas “enfermedades de la pobreza” como son las enfermedades prevenibles con programas de detección oportuna como el cancer, la obesidad, enfermedades infecciosas, accidentes y violencia.
La compra, venta y distribución de medicamentos se encareció entre 300 por ciento y 400 por ciento. Surgieron comercializadoras y distribuidoras de medicamentos las cuales su único papel era ser intermediarios. En este jugoso negocio figuraron nombres de esposas e secretarios de salud, politicos, periodistas y empresarios cercanos a los grupos de poder. Las personas expertas en compra, distribución de medicamentos se contrataban para areas operativas con salarios magros. Algo similar a lo que sucedió al contratar personal para la atención medica y para labores administrativas de las instituciones de salud. Se les ofrecían, a estas personas, “contratos temporales” los cuales se renovaban cada tres meses. Se violaban las leyes laborales desde la secretaria de salud. Durante muchos años se violaron flagrantemente los derechos laborales de cientos de miles de empleados del sistema de salud.
El equipamiento de los hospitales se hacia a través arrendamiento lo que empobrecía a las instituciones y la solución en muchas ocasiones eran los servicios que se prestaban fuera de las paredes de las instituciones en otra fuga de dinero conocido como “servicios subrogados”. Como consecuencia de ello las cadenas de hospitales privados florecieron y vimos, en los últimos 25 años una proliferación de grandes hospitales privados mientras los gobiernos iniciaban proyectos de construcción de hospitales los cuales nunca se terminaban. Solo se otorgaban los recursos multimillonarios y no se concluían. Del año 2000 al 2018 se dejaron inconclusos 317 hospitales en todo el territorio nacional. De hecho 160 grandes proyectos sumando miles de millones de pesos debieron ser suspendidos ya que eran inviables por encontrarse en zonas con fallas geológicas, sin acceso a agua, sin vías de acceso o comunicación, incluso algunos ya iniciados tenían fallas estructurales o eran inoperables ya que el diseño era mas el de un hotel que el de una institución de salud. Ningún funcionario, político ni empresario constructor han sido sancionados por ello.
El modelo del Seguro Social, incluyendo la atención medica y su programa de pensiones fue replicado en algunos países, no solo del continente americano si no del mundo. Incluso el diseño arquitectónico contemporáneo de los edificios del seguro social se podía observar en otras naciones en los años 70 del siglo pasado, México importaba vacunas de extraordinaria calidad a mas de una docena de países. Como lo escribió la periodista Thelma López del Universal en el 2009, durante la pandemia del virus H1N1, México desoyó a la OMS y desmanteló lentamente, durante 30 años a la institución insignia de la vacunación en Latinoamérica, desarticularon Birmex desde sus cimientos.
México debe recuperar la rectoría de los servicios de salud y quienes lo hagan deben advertir que esto llevará dos o tres décadas. Sembrar expectativas irreales solo abre la puerta a pensar que se estaba mejor, lo cual no es cierto. Desde que los politicos y funcionarios corruptos de la mano de personas sin escrúpulos disfrazadas de empresarios se apropiaron del sistema de salud las personas en Mexico no viven mejor, no viven mas y la calidad de los servicios de salud es buena como una excepción no como una regla.
Muchas gracias
Referencias
Forbes 2019. Inservibles, 50% de los hospitales donde invirtió el gobierno de Peña Nieto.
Gómez, T. México desoyó a la OMS. El Universal, 30 abr. 2009.
IMSS Patrimonio Arquitectónico 2012. Arquitectura Contemporánea del IMSS. https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/715973/PATRIMONIO_ARQUITECTONICO_Arquitectura_contempora_nea.pdf
Laurell, A. C. La Lógica de la Privatización en Salud. In: IBENSCHUTZ, C. (Org.). Política de Saúde: o público e o privado. Rio de Janeiro: Fiocruz, 1996. p. 31-48.
Piñón Avilés, Ó. A., & Contreras Landgrave, G. Salud Pública y desigualdad social en México.
Tamez González, S., & Eibenschutz, C. (2008). El seguro popular de salud en México: pieza clave de la inequidad en salud. Revista de salud pública, 10, 133-145.
Tamez, S., Eibenschutz, C., Zafra, X., & Ramírez, R. (2016). La articulación público-privada en la producción de vacunas en México. Saúde em Debate, 40, 9-21
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18-03-2024 - 12:05 am
Arrastraron a Xóchitl (sumo a los calderonistas) a golpear a López Obrador como estrategia única. Está bien por ellos, que quieren vengarse. ¿Pero le servirá a ella? Mi respuesta es contundente: NO. Por la evidencia acumulada en los últimos seis años. Las mediciones al Presidente dicen que crece o se mantiene entre más le pegan y las encuestas electorales siguen casi iguales que hace seis meses, y a este paso, según mis cálculos, si Gálvez saca la mitad de los votos que sacaron PRI, PAN y PRD en 2018, será un verdadero milagro.
Xóchitl Gálvez ya no es la misma. Cualquiera podría explicarlo con el argumento de que es un acomodo natural de personalidad porque intenta hacerse ver como presidenciable. Pero no es la evolución per sé (que podría ser comprensible en alguien que pasa de ser “trotskista” a abrazar a las derechas), sino hacia dónde se movió. Lo que ha perdido es aquello que la hacía auténtica y distinta; lo que le permitía tomar distancia de los intereses que la rodean.
Quizás deba explicarlo de manera distinta. Lo voy a intentar.
Xóchitl era promovida como una ciudadana (aunque es panista) desinteresada en los grupos de poder (aunque viene de ellos), que no gravitaba en la grilla de los partidos ni se resbalaba con la baba de las élites intelectual, mediática y académica y que, por lo tanto, no iba a subordinarse a ellas. Se le hizo ver como una outsider del tipo Milei o Trump; la que irrumpe en la escena, se sobrepone a las agendas ya manoseadas y sorprende a todos. Esos personajes son los peligrosos. Ella así parecía. Pero ha renunciado a serlo.
Creo que, en busca de una imagen que corresponda a quienes manejan su campaña, dejó de lado a la Xóchitl anterior y se fue comprando las agendas que era previsible que se comprara, digamos, un Santiago Creel Miranda. En aquel discurso en el que el dirigente panista llora por razones incomprensibles estaba la agenda más obvia: que el presidente es un desgraciado y que cómo se atrevió (léase lo anterior con gritos ahogados y lágrimas en los ojos). El odio a “López” estaba allí, en Creel, cantado. Pero Xóchitl parecía decir: a ver, no me tengan miedo que no vengo a destruirlo todo sino a mejorarlo todo; no vengo, como pedía Vicente Fox, a poner a trabajar a los adultos mayores ni a restituir las pensiones de los expresidentes, no; vengo a mejorar las pensiones y a confirmar lo que se ha ganado en Estado de bienestar. Y eso la hacía peligrosa porque coqueteaba con los votantes de Morena al tiempo que ofrecía un cambio a los duros del PRIAN.
Sin embargo, esta nueva Xóchitl está concentrada en López Obrador. Intenta hacerlo ver como un narcotraficante, a la manera Claudio X. González; dirige ataques a los hijos sin que existan datos comprobables de sus supuestos delitos, salvo las diatribas que difunden los periodistas agrupados por el clan Roberto Madrazo. Su campaña se transformó en una especie de vendetta personal contra el Presidente porque combina los deseos de dos grupos muy específicos que lo odian: las élites, y los calderonistas.
Xóchitl estaba quizás en otro lado cuando el odio de intelectuales, académicos, periodistas y un grupo de empresarios llevaron al PRIAN al fracaso, en tiempo récord. Los jefes de esas élites (Claudio X. González padre, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín) tenían y tienen ganas de vengarse de López Obrador porque es una afrenta muy personal lo que ha hecho con su reputación, justo en el último tramo de sus vidas. Y quieren vengarse, hundirlo, destrozarlo con los dientes. Y arrastraron a esa estrategia (que no es estrategia) a los dirigentes del PRI, PAN y PRD, y se entiende porque Alejandro Moreno, Marko Cortés y Jesús Zambrano no son muy inteligentes que digamos. El asunto es que esas élites no acompañaron el odio con una estrategia electoral; simplemente jalaron con todo lo que había disponible para golpear a “López” sin pensar si con eso ganaban votos. Y ya vimos: no ganaron votos.
Arrastraron a Xóchitl (sumo a los calderonistas) a golpear a López Obrador como estrategia única. Está bien por ellos, que quieren vengarse. ¿Pero le servirá a ella? Mi respuesta es contundente: NO. Por la evidencia acumulada en los últimos seis años. Las mediciones al Presidente dicen que crece o se mantiene entre más le pegan y las encuestas electorales siguen casi iguales que hace seis meses, y a este paso, según mis cálculos, si Gálvez saca la mitad de los votos que sacaron PRI, PAN y PRD en 2018, será un verdadero milagro.
No quiero darle consejos a nadie, mucho menos a un proyecto basado en el odio. Pero es bueno dejar claras las responsabilidades, porque esas élites han actuado durante décadas detrás de las cortinas y nunca se llevan la culpa en los fracasos aunque sí cobran los triunfos. La nueva Xóchitl es básicamente un muestrario de los odios de todos los grupos que quedaron fuera del poder con la llegada de AMLO a la Presidencia. Seguramente ellos estarán satisfechos. Pero no veo cómo podría jalar los votos que no tiene y que están en la izquierda.
Hay un núcleo duro de derechas que ve un país deshecho; un Presidente narco y dictador; una economía derrumbándose y ciudadanos que marchan por “las libertades que se han perdido”. Ese núcleo, que no siempre se reconoce de derechas y muchas veces se hace pasar por “ciudadano”, ve el fin de las instituciones y de la democracia y está convencido de que así es y así se despierta por las mañanas: busca en la prensa una confirmación de lo que cree, y rechaza las noticias que lo conduzcan a otra idea.
Ese núcleo está convencido de que López Obrador lleva a México hacia la pobreza y lo rechaza incluso desde antes de que asumiera la Presidencia. Se explica bien en aquél video del día de la elección (en 2018), donde una jovencita llora desconsolada y dice: “Vine a votar y estoy llorando y estoy muy triste porque todo el mundo está votando por AMLO. Vamos a ser pobres todos por elección propia y no lo puedo creer. Neta, estoy asustada de que todos estén votando por AMLO. Vamos a vivir como Venezuela. Todos vamos a ser pobres y nos vamos a morir de hambre porque están votando por AMLO todos aquí. Estoy harta”. Y llora, y llora. Desconozco si su opinión ha cambiado desde entonces pero es altamente probable que no.
No tiene hambre, cinco años después, pero no es necesario: está convencida de que en algún momento la tendrá. Y en el fondo desea que México se desplome de golpe, porque de esa manera satisface lo que cree. Nadie quiere llorar en vano, por fantasmas.
A ese núcleo es al que se dirige la nueva Xóchitl Gálvez, influenciada por las élites y los calderonistas. Le habla al oído, le dice que el Presidente es un dictador y que el país se encuentra en ruinas y ellos contentos. ¿Quién no lo va a estar, si confirma lo que piensa desde hace muchos años? El problema de esa campaña es cuando sale del núcleo duro. Para alguien más, el diagnóstico parece una broma pesada, producto de campañas mediáticas, y le da razón al Presidente cuando dice que es víctima constante de la desinformación.
Lo mismo le pasó al PRI, PAN y PRD: se compraron el discurso radical de las élites y se pusieron a predicarle a los conversos sin armarse siquiera un plan alternativo de Nación. Se dedicaron a bloquearlo en el Congreso tenga o no tenga razón. El resultado es un desplome histórico. Es probable que incluso los intelectuales, académicos, medios y ese grupo de empresarios en el fondo tampoco vean al Presidente como un dictador y que el país se encuentra en ruinas; no ven todo color de rosa, por supuesto, pero no ven blanco y negro. Pero a ellos no les importa la verdad o construir una estrategia electoral: buscan venganza. Se las debe López Obrador y quieren hundirlo, destrozarlo con los dientes. Y en la tarea de vengarse no les importó hundir al PRIAN como tampoco les importa hundir a Xóchitl.
A las élites se les olvidó por qué la habían seleccionado y ella rápido se abandonó a sí misma para compararse la agenda de las agruras. En seis años, ni partidos opositores ni élites pudieron armar una propuesta para el país y se dedicaron a odiar al Presidente. Y Xóchitl hace lo mismo, y ni siquiera dicho por mí (que así lo creo) sino por los que se identifican con ella, como Jesús Silva-Herzog Márquez, quien escribía en Reforma: “La campaña de Xóchitl Gálvez no ha resuelto sus contradicciones. Sigue siendo una campaña que arranca y se detiene, que da un campanazo y se atasca poco después. No ha logrado cuadrar el sentido de la coalición que la respalda ni formular una propuesta que sea, al mismo tiempo, sensata y atractiva. Lo que conocemos de su plan de gobierno, que no es mucho, es un listado de iniciativas dispersas que no encuentran una cuerda de enlace y que están lejos de presentarle a la ciudadanía un relato seductor”.
Xóchitl supo decirles que no, y aceptó las mismas piedras con las que ya habían preparado el caldo aguado que los llevó a la desnutrición. Ahora lamen juntos las piedras en busca de que les salga algo. Y no, a las piedras no les sale nada. Estaba comprobado. Desde endenantes.
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18-03-2024 - 12:04 am
"La agenda pública es un termostato de las preocupaciones y prioridades de los ciudadanos en un momento dado, influyendo en la dirección de las discusiones políticas y las acciones gubernamentales".
La información es poder, pero su verdadero valor yace, no sólo en poseerla, sino en nuestra capacidad para cuestionarla, comprenderla y utilizarla para desafiar las estructuras existentes, transformándola así en un cambio consciente y deliberado en la trama de nuestra sociedad.
La agenda pública muchas veces la identificamos solamente con la agenda política, pero Ortega y Gasset la definió como: “la agenda que engloba los asuntos académicos, intelectuales, sociales, religiosos e, incluso, de usos y costumbres como la gastronomía y estilo de vida”. Si tomamos esto como cierto, podemos definir que la agenda pública es sinónimo de vida social y para ello, entonces entramos en la actividad de la participación ciudadana en los asuntos públicos.
La agenda pública muestra lo que una sociedad quiere y valora, lo que nos preocupa, indica lo que nos es importante para la comunidad con sus diferencias de perspectivas y valores. Este aspecto de la vida social es crucial para la democracia y tiene el potencial de transformar sociedades enteras, derribar barreras injustas y forjar un futuro más equitativo y democrático para todos.
La utilización de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC’s) están revolucionando la forma en que los ciudadanos interactúan en los espacios públicos y privados, e incluso los políticos. Decía Franz Fanon: “lo que importa no es conocer el mundo, sino cambiarlo”.
La Inteligencia Artificial (IA) se está utilizando de forma analítica para mejorar la comunicación entre los ciudadanos y los representantes políticos. Los chatbots, por ejemplo, pueden proporcionar información instantánea sobre trámites gubernamentales, políticas públicas o eventos políticos, facilitando una mayor interacción ciudadana.
Otras de las tecnologías adoptadas es la Realidad Aumentada (RA) y Virtual (RV) para la Educación Cívica. Ambas son tecnologías emergentes que pueden ser usadas para crear experiencias inmersivas que nos enseñen sobre la historia, el sistema político o los procesos legislativos, y así, fomentando una comprensión y compromiso más profundo con los asuntos públicos.
Herramientas de Vigilancia Ciudadana y Reporting, cómo el Centro de Integración Ciudadana (CIC), que permiten a los ciudadanos reportar problemas locales (baches, fallas en servicios públicos, lugares o actos inseguros etc.) directamente a las autoridades y así, mejor la eficiencia de comunicación y más fácil la respuesta de los servicios públicos.
Datos Abiertos y Big Data: los gobiernos y las organizaciones están utilizando estas herramientas para mejorar la transparencia y permitir un análisis más profundo de los problemas públicos.
Sin embargo, en la utilización de las TIC’s existen riesgos que deben de ser considerados ya que estas facilitan una rápida difusión de la información falsa, lo que conocemos como FAKE NEWS. Esto puede llegar a confundirnos y polarizar aún más los debates afectando la realidad, la calidad del discurso democrático y manipular la opinión pública.
Por ejemplo, el uso de bots y trolls en redes sociales para influir en los procesos electorales; recordemos los casos de Cambridge Analytica o la manipulación de los menajes que llevaron a los hechos violentos del 6 de enero del 2021 en el capitolio en Washington DC.
La agenda pública es, por tanto, un termostato de las preocupaciones y prioridades de los ciudadanos en un momento dado, influyendo en la dirección de las discusiones políticas y las acciones gubernamentales. Utilicemos las herramientas para compartir, informar, generar criterios y empoderarnos como ciudadanos de forma responsable, y cuidando su buen uso; pues hoy son fundamentales en la vida de la mayor parte de la sociedad.
No podría dejar de mencionar la importancia que estas tecnologías tienen en los jóvenes que son hoy el grupo más importante al que motivar para que participe en política, ejerciendo la acción básica que es el ir a VOTAR de manera informada para su mejor futuro. #OpiniónCoparmex
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18-03-2024 - 12:03 am
"Hoy creo haber abierto la última capa que guardaba de sabiduría esa experiencia y, también, lo que encierra ese nuevo viaje que Tiresias aconseja a Odiseo, y que yo hice prematuramente".
Hay ideas que uno busca, las persigue; son escurridizas, no se dejan atrapar, y hay otras, en cambio, que salen al camino y se instalan de modo taladrante sin que uno entienda por qué, pues no parecen prometer nada importante. A veces estas últimas se fijan como una obsesión impertinente y reaparecen una y otra vez en el escenario de la conciencia.
Hace meses, releí la Odisea de Homero con enorme cuidado y, como siempre, me detuve con deleite en el Canto XI donde ocurre la visita de Odiseo al inframundo, el hades. Ahí seguía Tiresias, el adivino que aún después de muerto conserva su sabiduría y su poder vaticinador, y ahí se encuentra la idea que se me quedó prendida sin darme tregua. De hecho, esta formulada en las últimas palabras que Tiresias dice a Odiseo: luego de prevenirlo de los peligros que habrá de vencer para volver a Ítaca y de los que encontrará en su palacio, le aconseja que una vez que todo esté resuelto, emprenda otro viaje: pero esta vez tierra adentro.
Ha de llevar un remo en la mano y cuando llegue a un punto donde nadie sepa qué es un remo y nadie haya nunca oído hablar del mar, ahí debe clavar el remo, pues entonces, y sólo entonces, podrá regresar a vivir en paz con su familia hasta una edad avanzada en la que le sobrevenga una “dulce muerte”. ¿Por qué este ultimo viaje para llevar a cabo una acción tan extraña: cargar un remo hasta un lugar donde nadie sepa que es un remo ni nadie sepa nada sobre el mar? Qué insensato, qué oscuro designio. ¿Para qué…? Esta idea, en un principio, me pareció un despropósito, un mero capricho de Tiresias. Odiseo ha pasado por tanto que lo que uno esperaría es que al cumplir con su máximo deseo —volver a Ítaca— y superar tantos obstáculos, incluso en su propia casa, se quede ya instalado a disfrutar la vida… ¿Por qué otro viaje y, además, para llevar a cabo una misión que no tiene sentido: un remo tierra adentro?
Hoy creo haber descubierto el sentido del enigmático Tiresias, y lo encontré en mi propio pasado: hace más de 50 años, cuando me iniciaba como profesor de filosofia, por razones que no vienen al caso, conocí a una anciana que vivía en una humilde cabaña en la cima de una cerro. Era muy amable y me preguntó que a qué me dedicaba. Yo había comenzado a impartir la cátedra de Ontología, y de cien maneras distintas traté de explicárselo. En algún momento, viéndome derrotado ella me dijo: “Ya, joven, ya. No se apure. Yo cardo lana desde que era niña y le voy a enseñar lo que hago”. Tomo un poco de las pelusas ya escarmenadas de borrego que tenía en un cesto a su lado y con el pulgar y el índice fue sacando un hilo muy fino que monto en un uso que hacia girar y en menos de un minuto hiló la lana y llenó medio carrete. La mire extasiado. “Ándele, joven, anímese”, me dijo. Hundí mis dedos en la cesta y poco a poco fui aprendiendo a hilar, aunque mi hebra salía de distintos calibres. “No le jales tan fuerte”, me decía.
Bajé de aquel cerro avergonzado, prometiéndome abandonar mi cripticismo, ser siempre claro, diáfano: que el hilo de mi discurso fuera tan fino como el de la anciana. Sin embargo, aunque su enseñanza me fue de mucho provecho, no comprendí a fondo el significado de mi encuentro con esa anciana. Solo entendí una parte.
Hoy creo haber abierto la última capa que guardaba de sabiduría esa experiencia y, también, lo que encierra ese nuevo viaje que Tiresias aconseja a Odiseo, y que yo hice prematuramente. Yo llegue muy temprano a un punto del camino donde una anciana no reconoció mi remo y nunca había oído hablar de filosofia. Y sé cuál es el sentido de llevar un remo a ese remoto viaje: hay que ir hasta el sitio donde todo lo que ha sido importante para uno, ni siquiera sea reconocible para los demás. Odiseo (guerrero que había vivido siempre junto a los remos y bogado sobre el mar) debía ir a un sitio donde su vida no tuviese sentido para nadie, pues solo así, dándose cuenta de la futilidad de sus hazañas, de sus anhelos, de sus guerras… en la absoluta incomprensión de los demás, se percataría de lo vano de todo aquello a lo que entregó su vida y, entonces sí, podría esperar una “dulce muerte”.
Twitter @oscardelaborbol
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18-03-2024 - 12:02 am
Es muy posible que sea Claudia Sheinbaum quien refuerce y lleve más adelante un proyecto de “nación” que va en la misma sintonía de las élites en un marco de redefinición de las cadenas de suministro globales.
Conforme el tiempo pasa, es cada vez más claro que la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo —Coordinadora de Defensa de la Cuarta Transformación (4T) y candidata única de la alianza Morena, Partido del Trabajo (PT) y Partido Verde para la Presidencia de México— será la triunfadora en el proceso electoral del 2 de junio del presente año. Todas las encuestas y proyecciones varias le dan un amplio margen de ventaja. Ella, además de ser la favorita de las mayorías que apoyan al Presidente Andrés Manuel López Obrador y su proyecto, parece contar también con la venia de las élites globales. Asimismo, tiene la fortuna de contar con una rival que deja bastante que desear en todos los sentidos. Cabe destacar que es cada vez más evidente la enorme fragilidad del proyecto opositor que esta última dice representar.
La Sra. Xóchitl Gálvez—a la que algunos se refieren como la “Sra. X” o la “Señora Tache”—junto con la mayoría de los candidatos de oposición, parecen tener una enorme desventaja en relación con los representantes de la alianza morenista. En efecto, la alianza opositora en México no parece tener un proyecto de nación articulado o viable, ni una plataforma coherente que convenza a las mayorías en un país cansado de los pésimos resultados de las anteriores administraciones del PRI y el PAN. Dicha fuerza política, parece reciclar a políticos rancios que se apoyan en voceros, intelectuales y comunicadores ya bastante desprestigiados. Asimismo, sus liderazgos en el sector empresarial navegan entre la torpeza y desatino (véase texto titulado: “El fracaso de un ‘junior’ equis” en https://www.sinembargo.mx/28-11-2022/4290617).
En lo que va del proceso electoral, la candidata presidencial de la alianza opositora y sus asesores han jugado un papel francamente bochornoso. Desde lo que pareció la pegada de un chicle debajo de una silla en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) hasta sus desafortunados discursos—muchos de ellos carentes de propuestas o contenido serio—Xóchitl Gálvez sigue dejando mucho que desear. Sus apariciones recientes en distintos foros, incluyendo los estadounidenses, la han dejado muy mal parada. Impreparada, obtusa y a veces prepotente e irrespetuosa para con el electorado mexicano en lo general, Gálvez insiste en exhibirse y en construir lo que parece el preámbulo de un rotundo fracaso.
Más allá de las preferencias electorales y las ideologías, sólo algunos despistados como el periodista y columnista Andrés Oppenheimer, rancios opositores o fanáticos cegados por su anti-obradorismo pueden pensar que la llamada Sra. X es “formidable” o que tiene posibilidades reales de gobernar México. Lo que parece verdad es que la Sra. Xóchitl Gálvez se aleja cada vez más de la victoria y ha resultado ser un verdadero lastre para el movimiento opositor en el país. No obstante lo anterior, esto no parece ser su culpa; en realidad, fue elegida por las cúpulas que ostentan el poder real dentro del movimiento opositor. Dicha decisión resulta sorprendente, pues parecería lógico que una persona con sus características y limitaciones nunca llegaría a ser presidenta de México—sobre todo en las condiciones que se viven actualmente en el país y con los grandes apoyos que ha cultivado el movimiento obradorista.
Es especialmente interesante, en medio de una estrategia electoral aparentemente fallida en extremo, analizar la dirección del discurso de la candidata presidencial opositora. Es curioso detectar las características básicas de su plataforma electoral que cristalizan en el entreguismo ante el vecino país del norte y la sumisión ante los grandes capitales. Llaman la atención sus discursos locuaces y serviles con los más ricos, que prometen no subir impuestos, cancelar importantes refinerías del noreste mexicano (claves para el desarrollo de México), además de retomar el aeropuerto de Texcoco. Asimismo, destaca el panorama negro para la democracia y las instituciones que pinta, junto con otros opositores, haciendo un llamado a la intervención de actores externos en la resolución de los problemas nacionales.
La Sra. X es muy ocurrente; es hasta cómica; incluso dice groserías y se altera o salta de júbilo según sea la ocasión. A veces nos recuerda a la conocida actriz y comediante mexicana Maribel Fernández, en sus roles más icónicos en cine y televisión. En sus spots de campaña ha llegado incluso a utilizar el llamado “chingonario”, que es un diccionario que se centra en un solo verbo utilizado popularmente en México: “chingar”. Esto lo hace para presentarse [disculpen la frase] como una “chingona” y denostar, en su percepción, al gobierno actual. La Sra. Gálvez es todo un personaje. Hasta pareciera que está ahí para hacernos pasar un rato alegre, mientras dinamita lo que queda de la oposición.
Hasta pareciera que con sus impertinencias, ocurrencias y desvaríos, la Sra. Gálvez estuviera haciendo proselitismo a favor de la Dra. Claudia Sheinbaum y la continuidad de proyecto de la Cuarta Transformación. En el espectáculo actual de la política mexicana, desviamos nuestra atención con los dislates de una candidata que ofende y se embrolla a menudo; por ejemplo, recientemente dijo que la fascinante ciudad de Tijuana no es un lugar “nada bonito como Cancún” y confundió la ubicación de la llamada “ruta del vino” [dijo que está en Mexicali].
Mientras los candidatos opositores, encabezados por Gálvez, se abocan a hacer una representación cada vez más burda en el espectáculo de la política mexicana, la Cuarta Transformación avanza a pasos agigantados. No sorprendería que ganaran una supermayoría en el Congreso, lo que les permitiría aprobar el Plan C y lograr la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Entre las ocurrencias de Gálvez, la ausencia de proyecto de nación alterno, así como la superficialidad y banalidad de gran parte de los candidatos del bloque opositor, avanza el Partido Morena y sus aliados, se perfila la Dra. Sheinbaum como futura presidenta y se consolida el proyecto de la Cuarta Transformación.
En otras palabras, se avanza hacia un régimen de partido dominante—quizás único efectivamente—que lo “atrapa todo” y “de todo” y que responde al llamado de “unidad” de quien toma el bastón de mando. En este nuevo contexto—que más bien nos recuerda a la era priista—las fuerzas armadas ocuparían un papel central que se extendería más allá del monopolio legítimo de la violencia. Siguiendo un pragmatismo multifacético en el ejercicio del poder, se romperían los contrapesos democráticos que obstruyen decisiones clave para ejercer la autoridad. Bajo este nuevo esquema, el entreguismo descarado de Gálvez no resultaría ser tan apetecible para los grandes capitales. Se avanza, en este sentido, por el otro lado.
Los antecedentes profesionales de la Dra. Sheinbaum como científica ecologista, su preparación, disciplina y su compromiso con el movimiento progresista parecen ser mucho más atractivos para las agendas de la élite global. Militarismo, ambientalismo, asistencialismo e hipervigilancia en el marco de un partido efectivamente dominante podrían constituir el panorama más deseable para los grandes capitales. Entonces, es muy posible que sea Claudia Sheinbaum quien refuerce y lleve más adelante un proyecto de “nación” que va en la misma sintonía de las élites en un marco de redefinición de las cadenas de suministro globales. Por lo tanto, no resulta descabellado decir que en este 2024 #EsClaudia y que sí arrancará el “segundo piso” de la Cuarta Transformación.
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18-03-2024 - 12:01 am
En todo esto no está de más reivindicar el principio histórico de la separación de las iglesias y el Estado, obra de Juárez y los liberales del siglo XIX, pero que no llegó sola sino de la mano de separarlo también del poder castrense, que ahora recorre como fantasma todo el país.
El actual proceso electoral, fundamentalmente el que tiene que ver con el relevo en la Presidencia, está marcado por la agenda de seguridad pública. La presencia del crimen organizado y el temor de la incidencia del narcotráfico, han sido puestos en la mesa por voces muy calificadas en las que se incluyen organismos muy influyentes, que van desde La Internacional Socialista, las Naciones Unidas, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, medios de comunicación poderosos y hasta el Tribunal Electoral de la Federación.
Todo parece indicar que el mantra de la narcopolítica ronda por prácticamente todo el país. En ese contexto se publicó el documento “Compromiso por la Paz”, emitido por la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y otras corporaciones religiosas y organizaciones de la sociedad civil.
En el arranque de la campaña presidencial, esta convocatoria contó con la presencia de los tres candidatos registrados. La fuerza no alcanzó para que esta presencia fuera simultánea, sino que fue escalonada y en tiempos diferentes para que no se cruzaran en el mismo lugar, particularmente Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez, que son las que realmente están en la contienda.
Reconozco que el documento emitido es un esfuerzo que se centra en la paz y que da pie a la apertura del diálogo en un país altamente polarizado, en el que deliberar y hacerlo en público es algo que se va estrechando peligrosa y lamentablemente.
De esta manera, el que haya habido una convergencia de los actores políticos, llama la atención, aunque no deslumbra. El documento realmente fue consultado y consensuado ampliamente en todo el país, a través de las redes muy tupidas de la Iglesia católica, exaltándose por algunos analistas que la presencia de la Compañía de Jesús le da la presunción de certeza dado el rigor intelectual de algunos de los soldados de Ignacio de Loyola.
Empero, bien mirado el documento, no es más que un extenso manojo de propuestas que ya se han presentado en otras ocasiones, convirtiéndose en letra muerta porque nunca se asumen los compromisos implícitos en una agenda gubernamental, de hechos tangibles y medibles.
Pero aún así, valen las propuestas. Tanto es así que los aspirantes presidenciales lo suscribieron, más como una muestra de buena intención que como una plataforma a tomar en cuenta a la hora de diseñar el Plan Nacional de Desarrollo, en este delicado tema de la seguridad pública que mantiene al país literalmente en llamas y que no se puede remediar sin el respeto integral de los derechos humanos.
Las candidatas Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez llegaron al evento acompañadas de parte de sus respectivos equipos y asesores de campaña, quizás algunos integrantes de lo que se denomina “cuartos de guerra”, en esta ocasión atinadamente, pues lo que tenemos en presencia es una guerra.
Menudearon las presencias de personajes impresentables a estas alturas de la crisis de México, como la mala compañía de “Alito” Moreno con Xóchitl, y Eruviel Ávila con Claudia. Son dos políticos que en los hechos ya demostraron que no están a la altura de las circunstancias que reclama México en este momento. Pero a final de cuentas, vale pronunciar el conocido refrán, “dime con quién andas, y te diré quién eres”.
En toda esta parafernalia, ni siquiera los candidatos se han percatado de que esas presencias son absolutamente innecesarias, que la forma en que se hacen las cosas revela el fondo que a la postre se va imponiendo en compromisos y trabas para encarar graves problemas nacionales, uno en especial: la seguridad del país, pero sobre todo de su gente.
El documento de la CEM está redactado con la finalidad de obtener consensos, y ahí está su debilidad. Y esa debilidad la mostró al reseñar, y sólo pongo un ejemplo, el tema de la militarización creciente y la impunidad que se ampara en deficientes aparatos de justicia, fiscalías de todo nivel y poderes judiciales también de todo nivel.
Claudia Sheinbaum le puso algunos sinembargos al documento. Subrayó sus “no coincidencias” y además pidió que su texto denominado “Sigamos Dialogando” se anexara al de “Compromisos por la Paz”. En otras palabras, que corran en paralelo ambas visiones, con sus coincidencias, divergencias y disensos.
No podía ser de otra manera si tenemos presente que Claudia Sheinbaum es la candidata del oficialismo, de la continuidad, de quien pretende seguir “haciendo historia”, en la línea del que a todas luces aparece como el coordinador de su campaña: Andrés Manuel López Obrador.
No obstante eso, hay una lógica que explica que la señora Sheinbaum haya reaccionado de la manera que lo hizo: en primer lugar, su corresponsabilidad en lo que actualmente tenemos, aunque ella presuma, en exclusividad, lo que hizo en la Ciudad de México.
La fábula habla de ella, y por tanto es explicable que respingue en temas tales como el futuro de la Guardia Nacional, el sentido de la militarización del país, el continuar en la línea de responsabilizar a Felipe Calderón, y en general al pasado neoliberal, desentendiéndose de que si llegaron al poder fue para corregir las cosas, y esto no ha sucedido.
Sheinbaum tuvo que hacer lo que a su juicio es el Debe y el Haber, pues ella es parte sustancial de lo que tenemos ahora. En otras palabras, ella es parte del problema. Por eso se opone a que haya mecanismos internacionales de supervisión de la impunidad, atrocidades y corrupción que subsisten en el país y que se han agravado.
Hasta ahora es obvio que ni Felipe Calderón, ni Enrique Peña Nieto, han sido tocados por el brazo de una justicia que se ofreció como implacable.
Finalmente, conviene enfatizar dos aspectos: explícitamente o entre líneas está refrendando que el proceso de militarización continuará y que la destrucción del Poder Judicial de la Federación, que ciertamente requiere reformas a fondo, contarán con su venia para que jueces, magistrados y ministros hasta eventualmente sean producto de la tómbolacracia.
Hay ceguera en la visión de Claudia Sheinbaum cuando afirma en su documento que México inició un proceso democrático en 2018. Es el regateo a reconocer que la ruptura sucedió en 1988, precedida por la de Chihuahua en 1983, y que desde entonces el régimen de partido de Estado se vio condenado a la desaparición inevitable, y que ahora se quiere reeditar al abrigo del uso ventajoso de la historia.
En todo esto no está de más reivindicar el principio histórico de la separación de las iglesias y el Estado, obra de Juárez y los liberales del siglo XIX, pero que no llegó sola sino de la mano de separarlo también del poder castrense, que ahora recorre como fantasma todo el país.
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17-03-2024 - 12:05 am
"Más allá de lo que a cada quien le merezca esta propuesta, encierra en el fondo el reconocimiento de una terrible realidad: no importa lo que haga Xóchitl, el resultado no va a depender de ella".
Que Xóchitl es frívola e inconsistente es lo menos que se dice en las redes sociales afines al obradorismo. En lo personal no tengo una mala impresión de la candidata, con quien conversé en un par de ocasiones por razones periodísticas cuando ella era Delegada en Miguel Hidalgo. Me pareció un cuadro político peculiar, no particularmente dotada para la administración pública, pero muy crítica de las malas prácticas del PRI, con buena dosis de sentido común y no se le advertía la voracidad que caracteriza a la mayor parte de sus colegas de la clase política. Si la escena pública fuera una obra teatral, me pareció que sería una buena actriz de reparto, de aquellas capaces de provocar la carcajada en medio de la trama en la que se desangran los personajes centrales. Si fuera jugador de futbol sería un hábil driblador de una jugada por partido, pero con escasa visión de conjunto del juego y pocas veces decisivo en la anotación de los goles. Cuando se disfrazó de dinosaurio en el Senado me pareció confirmar aquella primera impresión.
El problema fundamental de Xóchitl Gálvez es la escasa sustancia presidencial que se le percibe. Visto así, la responsabilidad, más allá de haber aceptado la candidatura, no es suya sino de quienes la pusieron. Dentro de lo que cabe, con aciertos y desaciertos, ha hecho un esfuerzo para dotar de mayor contenido a sus frases; se ha multiplicado para aprovechar todas las oportunidades para subirse al ring a partir de expresiones de López Obrador y Claudia Sheinbaum; intenta ser ingeniosa, provocadora, convertirse en lo que cada auditorio, por distinto que sea, desearía ver. No está funcionando, o al menos no para hacer alguna diferencia.
Jorge Castañeda ha dicho que la única posibilidad de que Xóchitl remonte la considerable distancia que le saca la puntera residiría en una guerra sucia, mentiras incluidas, capaz de dañar a su rival. Más allá de lo que a cada quien le merezca esta propuesta, encierra en el fondo el reconocimiento de una terrible realidad: no importa lo que haga Xóchitl, el resultado no va a depender de ella. Las esperanzas de la oposición no residen en mostrar las supuestas virtudes de su candidata para sentarse en la silla presidencial, porque en sí misma no las tiene. No, el argumento más bien reside en movilizar el voto para que Claudia no sea la que se siente en esa silla.
Lo anterior refleja una realidad aún más preocupante para los adversarios del Gobierno de la 4T. López Obrador ganó con 53 por ciento de los votos, algo que no sucedía desde Carlos Salinas, hace cuatro décadas, cuando el PRI podía generar las mayorías que necesitaba. En este voto se mezclaron dos cosas: la esperanza de un cambio a partir de lo que prometía el tabasqueño, pero también un rechazo a lo que ofrecían los gobiernos del PAN y del PRI. Eso nunca lo entendió la oposición. Durante cinco años se dedicaron a criticar al nuevo Gobierno, confiados en “desenmascarar el engaño del populista”, pero se desentendieron de la verdadera tarea que era construir un proyecto alternativo para apelar al voto inconforme que había dejado de creer en ellos. Bien mirado lo que está sucediendo en la campaña, apelar al voto negativo, no a apostar por el positivo, es lo que la oposición hizo a lo largo de todo el sexenio.
Incluso si hubiera funcionado muy posiblemente no hubiera tenido éxito. Me explico: si su narrativa antilopezobradorista hubiera logrado que la aprobación de AMLO se desplomara ¿qué habría sucedido? ¿los votos habrían regresado al PRI y al PAN? A saber, pero lo que vimos en Nuevo León o en Jalisco es que los ciudadanos salieron a buscar lo que pudieron encontrar que no fuera una cosa ni la otra. Queda para la especulación, obviamente, porque López Obrador conservó el apoyo popular y nunca se creó el vacío para el surgimiento de alguna figura carismática. Cosa que sí sucedió con Macron en Francia, que ganó con un partido nuevo, o con Trump y Bolsonaro, en Estados Unidos y Brasil respectivamente, que utilizaron una fuerza existente de la que prácticamente se apropiaron.
Durante un sexenio la oposición dinamitó irresponsablemente la imagen de la opción que había dado esperanza a mayorías molestas, sin saber realmente que habría pasado de haber tenido éxito. ¿Un regreso a ellos? ¿inestabilidad política por el desencanto de los inconformes y la desconfianza en las opciones políticas? ¿surgimiento de un Trump, un Bronco a nivel nacional?
La oposición nunca hizo la tarea. El triunfo de Morena en 2018 revelaba el desacuerdo de muchos con el modelo existente. Las élites adversas a la 4T tendrían que haber construido una propuesta que tuviera sentido para esas mayorías respecto a la pobreza, la corrupción, la inseguridad o la desigualdad social. No lo hicieron. Les resultó más sencillo e, insisto, irresponsable, simplemente acribillar lo que hacía el Gobierno sin ofrecer nada a cambio, salvo, y de manera implícita, un regreso a lo que había antes.
Lo que hicieron esas fuerzas políticas y sociales a lo largo del sexenio es, insisto, lo que están haciendo en la campaña; es decir, atacar a su rival, no construir una propuesta para solicitar el voto.
Xóchitl está allí porque fracasaron en la tarea de erosionar el apoyo del que goza López Obrador. Se vieron obligados a escoger a una candidata que ni siquiera es plenamente uno de ellos. Fueron por la que menos “desentona” con las mayorías que no pudieron quitarle a Morena. Se trajeron una manzana para hacer limonada.
Los que no quieren a la 4T comentan preocupados sobre la estrategia de campaña de Xóchitl Gálvez. Leo y escucho comentarios de lo que debería hacer o dejar de hacer. Me parece que es pedir demasiado y, en cierta forma, descargar su propia irresponsabilidad en un cuadro político que no estaba en condiciones de echarse la obra de teatro sobre sus hombros o conducir la remontada histórica en un partido de futbol en desventaja. La derrota se había cocinado a lo largo del sexenio.
@jorgezepedap
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17-03-2024 - 12:04 am
Es más que razonable el enojo contra el grupo mafioso de la ASF ante la indolencia de los grupos políticos.
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