¿Enloquecerá Frank Underwood en la temporada 3 de “House of cards”?

02/03/2015 - 12:04 am
El matrimonio Underwood va a por todas en la tercera temporada. Foto: Netflix
El matrimonio Underwood va a por todas en la tercera temporada. Foto: Netflix

Ciudad de México, 2 de marzo (SinEmbargo).- Mucha más intriga y mucha más obsesión por el poder entrega la tercera temporada de la aclamada serie House of cards, cuyos nuevos 13 capítulos ya están a disposición de los espectadores de Netflix desde el viernes.

Sin “espoilear” demasiado (o nada) puede decirse que el presidente suplente Frank Underwood atraviesa al inicio de esta temporada el peor momento de su despiadada carrera hacia el poder y corre el peligro de quedarse solo merced a las maniobras de sus enemigos potenciales y directos, que esta vez cobran la forma de sus propios compañeros de Partido.

Aunque es más afecto a los sándwiches de mantequilla y jalea que a las drogas duras, hay escenas donde el personaje magistralmente encarnado por Kevin Spacey parece estar al borde mismo de la escena final de Scarface, el narcotraficante fronterizo creado por un joven Al Pacino para Brian de Palma.

Secundado por su esposa, la soberbia y voraz Claire Underwood, que no le escatima esfuerzos a su lucha por ser algo más que la decorativa Primera Dama, a nadie sorprendería que estos dos hicieran consumir en llamas la mismísima Casa Blanca.

Foto: Netflix
Foto: Netflix

Sin embargo, quien todo debe todo teme, así que no hay tiempo para perder la compostura y uno alaba la destreza que muestra el par en el ejercicio de lamerse rápidamente las heridas e ir sin vértigo hacia el próximo movimiento de ajedrez, rumbo a la cima.

Doug Stamper, el fiel colaborador y acaso la única persona leal que le queda a Mister President, trata de recuperarse de un coma fruto de una tremenda golpiza recibida en el último capítulo, pero la tragedia ronda su departamento solitario y algo hace intuir que más temprano que tarde se convertirá en otra pieza reemplazable para el matrimonio más perverso de la política estadounidense. Sin embargo, Doug todavía tiene algunas armas escondidas y sabrá como defenderse, pero…

EL FENÓMENO DE “HOUSE OF CARDS”

Con más de 13 millones de espectadores en Netflix y 100 millones de presupuesto para la producción, House of cards, basada en la novela homónima del británico Michael Dobbs y que diera origen a la serie de 1990 en la BBC, se ha constituido en un verdadero fenómeno de audiencia en lo que se conoce como la nueva televisión.

Como productores ejecutivos obran el propio Spacey y el reconocido director de cine David Fincher (El club de la pelea, La red social y El curioso caso de Benjamin Button), quienes han hecho ganar mucho dinero a Netflix, con un beneficio de más de US$70 millones y la cobertura en 2016 en 200 países.

¿Es sólo la política como dice la mayoría de los críticos lo que interesa a los cada vez más fanáticos espectadores de la serie? Probablemente ese dibujo implacable en las entrañas de un poder que el mismísimo Barack Obama –un gran seguidor del show- ha calificado de “familiar” sea lo que atrae a la primera vista, pero hay líneas colaterales nada desdeñables como la relación fieramente sexual e indestructible de Claire (enorme Robin Wright) y Frank Underwood o la soledad abismal que experimentan los personajes secundarios, tan cerca de los privilegios y tan lejos de sí mismos.

Para Kevin Spacey, un actor “renacido” gracias al servicio de streaming, lo más interesante de la flamante tercera temporada de House of cards es que “Frank ya no está en la sombra y veremos cómo funciona bajo los focos”.

En una entrevista otorgada a varios medios en forma simultánea, el actor nacido en Nueva Jersey hace 55 años y ganador de dos premios Oscar, levantó una bandera por su personaje, admitiendo que no lo juzga, precisamente para poder interpretarlo en forma cabal.

"No juzgo a mis personajes", dice el protagonista de House of cards. Foto: Netflix
“No juzgo a mis personajes”, dice el protagonista de House of cards. Foto: Netflix

“No pienso si estoy de acuerdo con sus acciones o sus ideas. No es mi trabajo. Mi papel es servir a la escritura, interpretar el personaje lo más abierta y honestamente que pueda”, dijo el también director del teatro Old Vic en Londres, a quien no le sorprende el auge de las nuevas tecnologías aplicadas a la televisión, como Netflix.

“Cuatro o cinco años antes de House of cards, ya se veía un nuevo patrón en los hábitos de consumo televisivo. La gente descubría series muy interesantes que por un motivo u otro se había perdido cuando estaban en antena y se pasaba el fin de semana en casa devorando temporadas enteras de Dexter o de Breaking bad. El modelo Netflix sólo siguió ese camino. Aprendió la lección que la industria musical no ha aprendido: si das a la gente lo que quiere, cuando quiere y con un precio razonable, lo comprará y no lo robará”, concluyó.

 

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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