BRASIL TIENE LA MESA PUESTA, 5 ESPECIALIDADES QUE PROBAR

07/06/2014 - 12:00 am

Dentro de algunos días, gran parte del mundo se contagiará de la pasión futbolera que sólo se experimenta cada cuatro años con la celebración de la Copa Mundial, que en esta ocasión se llevará a cabo en Brasil, que fuera de sus problemáticas económicas y sociales, se percibe como uno de los países más festivos y diversos del mundo.

Por ello, el futbol no será el único tópico a tratar, si no también lo que este país ofrecerá a los millones de visitantes y a quienes, aunque estemos lejos, queremos vivir la experiencia brasileña.

La gastronomía es una de las mejores maneras de sentirse cerca de un país, y la brasileña definitivamente encanta a los mexicanos, sobre todo por incluir ingredientes con los que ya estamos familiarizados, como la carne de puerco, coco, los frijoles y en algunos casos, como la zona de Bahía, el chile.

La cocina de Brasil tiene varias influencias, tanto de las múltiples tribus que habitan en sus más de ocho millones de kilómetros cuadrados de territorio, como de los conquistadores portugueses y la importancia de la cultura africana, presente en otros aspectos de la vida brasileira.

Platillos Típicos

 

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Imagen: Wikimedia Commons
Imagen: Wikimedia Commons

Considerado como el platillo nacional de Brasil, la Feijoada está hecha a base de frijoles negros y distintas carnes de cerdo como el tocino, las costillas y longaniza ahumadas; además de darle sabor con cebolla, ajo, tomates y acompañarla con arroz y algunas rebanadas de naranja.

 

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Fotografía: Wikimedia Commons
Fotografía: Especial

Más que un plato, es todo un concepto de cocina al que recurren las churrasquerías (típicos restaurantes brasileños), cuyas principales características es que el precio por cubierto es fijo, los alimentos se sirven al centro hasta que el cliente indique lo contrario, y lo más importante, la carne de res, cerdo, embutidos y pollo se presenta en la misma vara donde se asó al carbón, por lo que se les conoce como espadas.

Alrededor del mundo es éste es el concepto más extendido para identificar los restaurantes de comida brasileña, en los que al “buffet” fuerte, en este caso las espadas de carne, desfilan después de alguna sopa típica, una barra de ensaladas y a la par de un conjunto de guarniciones, como la yucca (planta nativa de Centroamérica), plátano y arroz.

La carne más representativa del Brasil es la picanha, un corte salido de la parte de la res que se encuentra en la parte del lomo más cercana a la cola de la vaca.

 

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Foto: Wikimedia Commons
Foto: Wikimedia Commons

La moqueca es básicamente una mezcla de leche de coco con mariscos, generalmente camarones y pez espada, acompañados de pimientos, algunas especias, tomate, arroz y el peculiar sazón que le da el aceite de palma.

 

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Fotografía: Wikimedia Commons
Fotografía: Wikimedia Commons

Una de las comidas más populares de la zona costera de Bahía es el acarajé, que es una especie de pan que al interior lleva una especie de frijoles, conocidos como judías de careta, además de camarones secos y cebolla, todo esto frito y bañado con una salsa de pimienta y otras especias.

El platillo se suele vender en puestos callejeros atendidos por mujeres vestidas con trajes blancos típicos, quienes han mantenido una disputa con la FIFA, debido a que el organismo prohíbe la permanencia de vendedores ambulantes a un radio de 2 kilómetros de distancia de los recintos deportivos.

 

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Foto: Wikimedia Commons
Foto: Wikimedia Commons

Ésta es la bebida nacional de Brasil y uno de las principales exportaciones del país sudamericano para el resto del mundo.

Las caipiriñas, por su escritura en español, están preparadas con cachaça, un aguardiente de caña cuya graduación alcohólica va de los 38 a los 54 º, además de limón y azúcar.

Todo eso dispuesto en un vaso no tan alto y con un popote, para poder disfrutar por completo la mezcla de los sabores.

Los mejores de Brasil

“A gastronomia brasileira é um sonho viável (La cocina brasileña es un sueño viable)” Alex Atala

Alex Atala, chef de D.O.M / Foto: theworlds50best.com
Alex Atala, chef de D.O.M / Foto: theworlds50best.com

Fuera de la comida más tradicional que ha servido para identificar la cultura gastronómica brasileña fuera de sus fronteras, en el país hay chefs que se han esforzado por reinventar estas recetas, sacarlas de los puestos callejeros, las casas o los restaurantes familiares, para llevarlas a sitios lujosos que con el tiempo figurarían en listas internacionales. Y al parecer, éste fue el año de Brasil, también en cuanto a comida.

La marca de agua Pellegrino y la Academia World’s 50 Best Restaurant publicaron a inicios del mes pasado su lista de los mejores restaurantes del mundo, así como la de los más destacados de América Latina. En la primera, los brasileños lograron posicionar dos de sus cocinas; en la local, metieron nueve.

El caso más destacado es el de D.O.M., encabezado por Alex Atala, quien comenzó su aventura en 1999, cuando decidió abrir su propio restaurante en São Paulo con el fin de explotar la riqueza que brinda la selva amazónica, eso sí con un toque europeo. Esto debido a que comenzó a cocinar durante su estadía en diversos países europeos como Bélgica, Francia e Italia, en donde además de aprender de chefs distinguidos, se dio cuenta que nunca sería capaz de cocinar los platillos típicos igual que los nativos, así como los extranjeros no podrían jamás dominar al 100 por ciento la diversidad gastronómica brasileña.

Platillo servido en el D.O.M / Foto: theworlds50best.com
Platillo servido en el D.O.M / Foto: theworlds50best.com

Bajo esta idea, y en un tiempo en el que los restaurantes con prestigio eran de comida francesa e italiana, Alex decidió que lo mejor era que un oriundo tomara la sartén por el mango y extrajera desde las entrañas de la selva amazónica los principales sabores de Brasil.

Y así lo hizo, además de ser chef, pintor, decorador y dj, el ahora ganador del premio Chef’s Choice de la lista Pellegrino, también es ya un historiador y botánico, gracias a los constantes viajes que hace a la selva con científicos y antropólogos en busca de ingredientes para completar su menú.

Tal es el caso de la cambucá, un fruto endémico de la región parecido a las guayabas -y según la información, de los más ricos y jugosos- que a inicios del siglo XX fue muy popular en el país, sin embargo, ahora es difícil conseguirlo.

Asimismo, ocupa la yuca brava (también conocida como mandioca), la raíz de un arbusto que en su estado natural contiene agentes venenosos, pero tras la adecuada cocción, desaparecen, y se puede aprovechar también su jugo, llamado tucupí.

Otro de los ingredientes a los que mayor provecho y difusión le da la nueva cocina brasileña es el açaí, un fruto parecido a la uva, que fuera de las fronteras brasileñas se utiliza sobre todo para preparar cocteles, y en las comunidades indígenas de la amazonia es parte fundamental de su dieta.

Como se mencionó al principio, el D.O.M (de la frase en latín Deo Optimus Maximus, o “al Dios óptimo y máximo”) fue sólo el primer gran reivindicador de este tipo de cocina, a él se le han unido varios más que continúan por la misma línea.

Uno de los platillos de Maní / Foto: theworlds50best.com
Uno de los platillos de Maní / Foto: theworlds50best.com

Tal es el caso de Maní, que ocupa el número 5 entre los mejores de Latinoamérica, y el 36 en la lista mundial, ubicado en una de las zonas más lujosas de São Paulo, nació en 2006 de la conjunción de dos chefs, una nacida en Porto Alegre y el otro en Cataluña, España.

Así, Helena Rizzo y Daniel Redondo, montaron un restaurante que pone especial énfasis en la estética, tanto del lugar, diseñado por la brasileña Mariana Kraemer, que recibe a sus asistentes por un largo pasillo que da hasta el comedor perfectamente iluminado y decorado con árboles, como en la manera de presentar sus recetas.

Los chefs, que además son marido y mujer, basaron su menú en productos de origen orgánico en donde las influencias brasileñas, españolas e italianas convergen en platillos como la insignia del lugar: las mandiocas horneadas, servidas con espuma de tucupí, leche de coco y una capa de aceite de oliva a la trufa blanca.

La ciudad más importante del país no se podía quedar atrás en su gastronomía, y para muestra está Roberta Sudbrack, un bistro que lleva el nombre de su chef y creadora, ubicado, por supuesto, en Río de Janeiro.

Fotografía: Instagram (Robertasudbrack)
Fotografía: Instagram (Robertasudbrack)

La chef originaria de Porto Alegre estuvo trabajando siete años en el palacio presidencial de Brasil, en donde encontró inspiración para llevar la comida prestigiosa a las calles, específicamente a un área lujosa ubicada cerca de los Jardines Botánicos de Río.

Las especialidades del menú van desde carnes de cordero, bacalao, puerco, pato y langostinos. Además de la oferta de postres basada en frutas brasileiras que cambian conforme a la temporada.

De manera más discreta y hasta humilde, el Mocotó se ha logrado meter en varias listas que premian a lo mejor de la gastronomía, tal como la de los 50 mejores restaurantes de Pellegrino, como la de la revista Newsweek y otros medios locales.

Tradición brasileña en Mocotó / Fotografía: mocoto.com.br
Tradición brasileña en Mocotó / Fotografía: mocoto.com.br

Éste es un restaurante con más de 40 años de existencia en Villa Medeiros, São Paulo, un barrio popular del sureste de Brasil, cuya especialidad es justo el platillo del que acuñó su nombre el lugar, el mocotó, hecho con pezuñas de vaca, frijoles y vegetales.

El chef Rodrigo Oliveira, actualmente a cargo, heredó buena parte de las recetas de su padre, las cuales tienen influencia total del estado de Pernambuco, de donde son oriundos, pero le ha dado frescura al menú al involucrar nuevos elementos a sus sencillas pero sabrosas composiciones.

Otro de los platillos destacados es el Baião-de-dois, guiso preparado con arroz, frijoles, queso, cecina, chorizo y tocino, o las alas de pescado pintado, es decir aletas empanizadas con tapioca.

 

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