Cuidad de México, 12 de febrero (SinEmbargo).– Un contingente de estudiantes de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) se manifestó frente al Ayuntamiento de la entidad, en protesta al “levantón” que sufrieron alumnos de esta casa de estudios el pasado domingo por la madrugada.
Otro contingente se reunió en el Zócalo de la entidad, junto al edificio “Carolino” donde realizaron un mitin en el que exigieron justicia para los compañeros golpeados en el desalojo realizado en las primeras horas del domingo por parte de supuestos “grupos porriles”.
Carlos Ramos, un estudiante de la Benemérita dijo que a pesar de la postura oficial del rector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, la realidad es que cerró los espacios para dar educación gratuita, lo que propició la huelga de hambre en la que finalmente fueron atacados.
Al menos 500 personas marcharon por la principales avenidas de la capital de Puebla hasta concentrase en el Zócalo. En el contingente participaron algunos de los estudiantes golpeados y reportan que dos mujeres permanecen internadas, aunque estables.
El pasado lunes la organización estudiantil informó que ocho universitarios fueron secuestrados durante horas por los “grupos porriles” en una camioneta negra. Precisó que entre los detenidos estaban tres jóvenes que estaban en huelga de hambre. Informó que las personas que permanecían en el Zócalo de la Ciudad de Puebla fueron golpeadas con tubos y diversos objetos.
Cinco de los ocho jóvenes aparecieron públicamente casi 24 horas después de la agresión con golpes y signos de tortura, en el momento en que se daba una rueda de prensa para denunciar el desalojo del que fueron víctimas por parte de presuntos “grupos porriles” custodiados por policías estatales y municipales.
Cinco de los ocho jóvenes aparecieron públicamente casi 24 horas después de la agresión con golpes y signos de tortura.
Dos hombres y tres mujeres narraron a la prensa que el grupo de choque que los agredió, además de golpearlos con bates, varillas, tubos, macanas y desarmadores, los mantuvo secuestrados durante al menos una hora y media bajo la amenaza de que los desaparecerían.
El estudiante Fidel Sánchez relató cómo fueron sorprendidos cuando al menos 25 personas llegaron en evidente estado de ebriedad, armados con bats y tubos. “Uno se bajó la bragueta. Sacó su parte, su sexo y nos dijo que nos iba a cargar la chingada, ellos se acercaron con palos, varillas, macanas de policías. Arribaron seis patrullas que venían escoltando y supervisando su trabajo”, relató.
