Jenni Kivistö

Colombia fue nuestra, la búsqueda de la paz entre la polarización

Jenni Kivistö

Colombia fue nuestra, la búsqueda de la paz entre la polarización

Jenni Kivistö

Colombia fue nuestra, la búsqueda de la paz entre la polarización

30/05/2021 - 12:02 am

El documental Colombia fue nuestra, que retrata la violencia con la que nunca acabó el acuerdo de paz de Juan Manuel Santos y las FARC, ya se encuentra disponible en las plataformas de streaming de Docs en Linea, Amazon Prime Video, Apple TV, Vimeo, Google play y Mowies.

Ciudad de México, 30 de mayo (SinEmbargo).– 26 de septiembre de 2016: En una emotiva ceremonia, el entonces Presidente de Colombia Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), “Timochenko”, se estrecharon la mano, el acuerdo de paz para poner fin a más de medio siglo de violencia en el país había sido firmado. La esperanza estaba en el pueblo.

Para octubre, Juan Manuel Santos era despertado en su residencia para ser notificado que había sido seleccionado como el premio Nobel de la Paz 2016 por sus “decididos esfuerzos” por llevar la paz a su país tras 52 años de conflicto armado. Sin embargo, no había celebración de júbilo. La realidad que vivía Colombia era otra, de incertidumbre y una violencia sin fin.

El documental Colombia fue nuestra (Colombia in my arms), de los directores finlandeses Jenni Kivistö y Jussi Rastas, muestra justo el otro lado de la moneda. Más allá de acuerdo histórico, la polarización que efervescía en aquel país.

“Estuvimos justamente en Colombia al tiempo que firmaron el acuerdo de paz con las FARC. Fue un momento muy importante. Se sentía como un momento histórico importante para el país. Todo el mundo estaba con mucha expectativa y esperanza, y ahí fue cuando empezamos a pensar en esta película y tuvimos la oportunidad de ir a un campamento guerrillero y ahí fue como comenzamos”, explica la cineasta Jenni Kivistö, en entrevista con SinEmbargo.

Ambos directores, como otros periodistas, se adentraron a los campos de las FARC. Los cuatro días se les permitía en ese lugar se convirtieron en meses. Los guerrilleros les dieron su confianza y les contaron sus historias. ¿Qué los había llevado a unirse?, infancias rotas, vidas llenas de violencia, encontrar una familia, tener algo porqué luchar…

Poco después, ya era momento que las FARC entregaran las armas, y que guerrilleros como Ernesto, retratado en el filme, dieran paso a una vida “normal” y llevaran su movimiento ahora a un plano político que representara su ideología.

En un inicio, el documental retrataría sólo está transición, pero al ver que la realidad que se vivía estaba tan lejos de la paz, los directores le dieron un giro, como lo comenta Jussi Rastas:

“Al principio iba a ser un documental muy distinto. Algo poético, tranquilo, bello. Un documental completamente de otro estilo. Pero como atmósfera se empezó a intensificar tanto como en el campo como en la ciudades, sentimos la necesidad de empezar a seguir los sucesos que venían. La contradicción, porque se había firmado el cuerdo de paz pero lo que se veía en la sociedad era lo contrario, se veían protestas, protestas violentas, manifestaciones y erradicaciones de los campos de gente que trataba de sobrevivir, cosas que no eran para nada pacificas”.

El documental Colombia fue nuestra. Foto: Cortesía para SinEmbargo
Los directores se introdujeron a los campamentos de la FARC por meses. Foto: Cortesía para SinEmbargo

La incertidumbre nunca se separó de las FARC, en el pueblo colombiano y hasta en la clase alta, la desconfianza crecía con cada promesa incumplida.

“En los campos todo el mundo desconfiaba del cumplimiento del acuerdo. Ya se empezaba a manifestar la incertidumbre. Se iba cumpliendo muy poco a poco, luego como que no, luego como que sí. Esa desconfianza fue real y decidimos contar eso porque no podíamos ser infieles a lo que veíamos. No sabíamos que iba a ser tan duro o una crítica tan dura a lo que pasó con el acuerdo de paz”, relata Kivistö.

Frente a la nueva ola de violencia que se vivía en Colombia, en otras partes del mundo sólo se sabía sobre lo que era oficial: “La paz lograda por Santos con el acuerdo”, después de eso, el suceso ya era noticia vieja.

“En Europa ya no había mucha atención hacia Colombia después de la firma de la paz. De la implementación fallida no se supo. Los medios terminaron de reportar después de la firma porque suponían que todo estaba ya bien. No se cumplió el acuerdo de paz, lo modificaron mucho, y las cosas importantes para el desarrollo del país se quedaron sin cumplir”, sentencia Jussi Rastas.

Jussi Rastas y Jenni Kivistö. Foto: Cortesía para SinEmbargo

Hoy el clima de violencia no se aleja de este país. Nuevas jornadas de protestas exigen cambios de políticas al Gobierno. Las manifestaciones le han dado la vuelta al mundo por el uso de la fuerza policial que según organizaciones sociales han dejado 43 homicidios.

“Creo que este documental es oportuno en este momento que Colombia está viviendo actualmente con las grandes manifestaciones por la reforma tributaria, y con todo esto de la violencia del Estado, de la policía. El pueblo colombiano necesita ser escuchado, y curiosamente este trabajo tarta sobre las mismas cosas, sobre la desigualdad, la corrupción, el por qué no se pudo implementar el acuerdo de paz, la polarización del país. […] Puede ser interesante esa reflexión en este justo momento que se vive en Colombia”.

“No queremos aumentar la polarización. Es una reflexión cinematográfica. No está lleno de información, es un trabajo un poco distinto a trabajos que estamos acostumbrados a ver como documental que tratan acerca de sucesos problemáticos. Este trabajo cinematográfico busca llegar al espectador de diferentes partes mundo para dar a conocer los contrastantes puntos de vista. No se trata del acuerdo de paz en sí sino en el acceder a esos mundos y entender las diferentes realidades”, agrega.

Colombia fue nuestra ya se encuentra disponible en las plataformas de streaming Docs en Linea, Amazon Prime Video, Apple TV, Vimeo, Google play y Mowies.

 

Póster Colombia fue nuestra. Foto: Cortesía para SinEmbargo