Alejandro Calvillo
08/02/2025 - 12:05 am
Cáncer por alcohol y tabaco
"En México existen dos iniciativas académicas y civiles que son un ejemplo en el compromiso de los especialistas y organizaciones de la sociedad civil para enfrentar estos daños".
Las muertes por drogas legales rebasan por mucho las provocadas por las ilegales. La anterior afirmación no debe interpretarse como un llamado a prohibir las drogas legales, argumentando que, si se fueran a la ilegalidad, si fueran prohibidas, causarían menos muertes. Sabemos lo que pasó en los Estados Unidos con la prohibición del alcohol. Lo que si debemos reflexionar es el impacto que tiene una droga o sustancia altamente adictiva cuando entra al mercado legal, impulsado por grandes corporaciones globales que invierten en su multimillonaria publicidad y su omnipresencia a unos metros de cada ciudadano en gran parte de la población mundial.
Como lo comentamos anteriormente, en los Estados Unidos no se habla de que las muertes por alcohol llegaron en 2022 a 178 mil, muy por encima de las 107 mil por sobredosis de drogas. En los Estados Unidos hay más de 29 millones de personas con consumo dañino de alcohol. El consumo de alcohol ha estado asociado a 4 de cada 10 actos de violencia, a 4 de cada 10 siniestros fatales vehiculares, y 4 de cada 10 personas que delinquieron y estaban en prisión declararon haber cometido el delito habiendo consumido alcohol. El alcohol se ha consumido en un gran número de culturas y a lo largo del tiempo; en otras, ha estado prohibido su consumo. Donde se consumía de forma tradicional, se circunscribía a eventos y festividades bien determinadas. Cuando el alcohol entra a ser producido, publicitado y comercializado por las grandes corporaciones globales, su consumo es promovido desde muy temprana edad y se convierte en un problema que afecta a una parte importante de la población, ya que su impacto no queda en quien lo consume, sino que se extiende a las familias y comunidades de quien lo consume deforma adictiva.
Tanto las corporaciones del alcohol como del tabaco buscan la adicción de los consumidores. Las corporaciones del tabaco negaron durante años el impacto adictivo de su producto y sus daños en salud, a pesar de que, como se descubriría después, tenían documentos internos donde reconocían el severo daño de su consumo. El tabaquismo causa más de 8 millones de muertes al año: más 7 millones se deben al consumo directo, y alrededor de 1.3 millones son consecuencia de la exposición de personas no fumadoras al humo ajeno. Asimismo, alrededor de 65,000 niños menores de 5 años fallecen como consecuencia de infecciones respiratorias ocasionadas por la inhalación involuntaria de humo de tabaco ambiental.
En México existen dos iniciativas académicas y civiles que son un ejemplo en el compromiso de los especialistas y organizaciones de la sociedad civil para enfrentar estos daños: el Comité Interinstitucional para la Lucha contra el Tabaco y el Comité Técnico Interinstitucional sobre Alcohol, que recientemente instaron también a las autoridades a fortalecer la prevención y el control de ambas sustancias, enfatizando las estrategias que informen y sensibilicen a la población sobre la contundente evidencia que vincula el consumo de alcohol y tabaco con múltiples formas de cáncer.
Sabemos bien que el cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel mundial. En nuestro país, es una de las principales causas de fallecimiento. En el 2021, los tumores malignos ocuparon el cuarto lugar entre las principales causas de muerte en México En 2022, se registraron 89,574 muertes por tales tumores, lo que representa un 10% del total (847,716) de defunciones registradas en el país.
El alcohol, es la droga que más se consume en el mundo y es también un carcinógeno reconocido, algo de lo que muy poco se habla. El Cirujano General de los Estados Unidos, ha recomendado que en las etiquetas de estas bebidas se ponga la advertencia de que aumenta el riesgo de cáncer. Desde 1988, la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) clasifica al alcohol como carcinógeno del Grupo 1, el de mayor riesgo, pues hay suficientes evidencias científicas de que causa cáncer en los humanos. En este grupo se incluye también al tabaco y otras sustancias como el asbesto, varios tipos de radiación y las carnes procesadas.
Ha sido común escuchar que el consumo de pequeñas cantidades de alcohol tiene cierto beneficio; sin embargo, existe la evidencia de que el consumo moderado de esta sustancia aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de cavidad oral, faringe, laringe, esófago, colon-recto, mama e hígado.
Por otro lado, en el humo de tabaco se han identificado más de 7,000 sustancias químicas, entre las cuales al menos 80 se relacionan con el desarrollo de cáncer. Fumar causa la mayoría de los cánceres de pulmón. Casi 9 de cada 10 muertes por cáncer de pulmón se debe a su inhalación directa o a la exposición al humo de segunda mano. A la fecha, el cáncer de pulmón continúa siendo el más letal, frente a otros tipos de cáncer.
El riesgo de sufrir cáncer de pulmón es entre 20 y 25 veces superior en personas fumadoras (hombres y mujeres) que en no fumadoras. El riesgo aumenta según el número de años de consumo, el número de cigarrillos fumados diariamente y la edad de inicio.
Actualmente, se tienen evidencias científicas de que los nuevos productos de tabaco, como cigarrillos electrónicos, vapeadores y productos de tabaco calentado también generan carcinógenos y por tanto es fundamental evitar su uso (CDC, 2023).
La combinación de ambas sustancias -alcohol y tabaco- es aún más peligrosa. Puede aumentar el riesgo de cáncer de la cavidad oral y la garganta (faringe) y tiene efecto multiplicador del riesgo.
El Comité Interinstitucional para la Lucha contra el Tabaco y el Comité Técnico Interinstitucional sobre Alcohol hicieron un llamado a atender de manera urgente la grave crisis de salud pública provocada por el consumo y la falta de regulación rigurosa de dichas sustancias. Hicieron un llamado al Ejecutivo federal y a las y los legisladores a implementar políticas fiscales, considerando que estas desincentivarán el consumo de tabaco y alcohol. Asimismo, señalaron: “Deben fortalecerse y cumplirse las disposiciones y restricciones a la publicidad, promoción y patrocinio e impulsar acciones significativas para regular la disponibilidad, especialmente entre los niños y adolescentes. Además, es necesario actualizar y homologar restricciones de comercialización, tales como horarios de venta, densidad de puntos de venta (especialmente en zonas cercanas a escuelas), licencias comerciales, entre otros”.
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