Alejandro Calvillo
01/03/2025 - 12:05 am
Consumidores al Grito de Guerra
"Nuestra economía fue diseñada para exportar sacrificando sectores vulnerables de nuestra economía, en especial, a los pequeños productores del campo".
Las amenazas que lanzó Donald Trump en su primer mandato al frente de la presidencia de los Estados Unidos contra nuestro país y contra los mexicanos se están convirtiendo en realidad en este segundo mandato, al que se suma Elon Musk. Esta segunda administración de “Trump recargado”, no tiene nada que ver con la anterior. Ahora va con todo: con una política internacional apoyando a las dictaduras y organizaciones ultraderechistas, evocando al nazismo, apropiándose de recursos naturales de otras naciones, llamando al desplazamiento de poblaciones enteras para apropiarse de sus territorios, etc.
Como sabemos, estas acciones no solamente han ido contra los mexicanos y otros pueblos; están afectando a su propia población, actuando contra los sectores estadounidenses más marginados, contra su propia clase trabajadora y contra sus llamadas minorías.
Una de las respuestas más importantes que podemos realizar en México y el mundo se da a través de nuestro poder como consumidores. A través de nuestro poder de elegir al comprar, podemos tener un mucho mayor efecto que el de los aranceles que nos quiere imponer, sin ninguna justificación, a los productos de origen mexicano para entrar en su país. Como primer paso, detengamos la compra de productos estadounidenses. Habrá casos extraordinarios en que no exista una opción nacional, de acuerdo; sin embargo, para la mayor parte de los casos, hay opciones nacionales. Vayamos contra las corporaciones instaladas en México, de origen estadounidense, que han apoyado sus políticas en los Estados Unidos.
¡Consumidores al Grito de Guerra! Reconoce que ésta es una batalla y que hay costos a pagar. Que no nos digan que hay empleados de esas empresas importadoras, en esas empresas instaladas en nuestro país, que apoyan sus políticas del otro lado de la frontera. Hay muchos, muchísimos más trabajadores que dependen de las exportaciones. Nuestra economía fue diseñada para exportar sacrificando sectores vulnerables de nuestra economía, en especial, a los pequeños productores del campo.
En el interior de los Estados Unidos ya se manifiestan repuestas contra las políticas de Trump, y éstas vienen desde el poder de los consumidores. El día de hoy, que escribo esta nota, se está llamando allá a no realizar compras en las cadenas que se han aliado a las políticas de Trump. Mismas empresas que, en nuestro país, se maquillan para no ser objeto de boicots.
Se está convocando en los Estados Unidos a dejar de comprar por 24 horas, ni físicamente ni en línea, en Walmart, Amazon, Best Buy, Mc Donalds y otras cadenas de comida rápida; a no usar tarjetas de crédito o débito en compras no esenciales; a tratar de no hacer compras este día. Si se requiere comprar, que se haga en negocios pequeños y locales. Esta iniciativa está comenzando y se presenta como un primer paso. Se presenta como una reacción a todas las empresas que se han sumado a Trump y Musk en su llamado a retirar las políticas de diversidad, equidad e inclusión. Uno de los muchos casos de hipocresía ha sido el de Walmart que en Estados Unidos ha retirado, en sus pasillos, la referencia a comida mexicana, mientras en México anuncia que tendrá una política de compras “Hecho en México”.
Desde la Alianza por la Salud Alimentaria, una agrupación de organizaciones que trabajamos por la salud, los derechos humanos, ambientales, de la infancia, organizaciones de productores que promueven la agroecología, entre otras, frente a las amenazas que lanzó Trump en su primer mandato, en enero de 2017 llamamos a impulsar una campaña bajo el lema “Consumidores al Grito de Guerra”. En la Alianza por la Salud Alimentaria, en coordinación con otras organizaciones, estaremos relanzando esta campaña, adaptada a las actuales circunstancias. La campaña quedó en su momento detenida al no cumplirse gran parte de esas amenazas en su primer mandato.
Como una primera etapa, en 2017, llamamos a tomar las siguientes acciones, entre otras:
1. Consumir productos elaborados en el país, no importados, como una primera medida (se fortalece la economía local).
2. Castigar con nuestro poder y decisión de compra a las empresas que favorezcan las políticas del gobierno entrante estadounidense que atentan contra México y los mexicanos.
3. Comprar nuestros productos con mayor preferencia en mercados y tianguis, donde hay mayor cercanía a los productores locales, pequeñas empresas y en los pequeños comercios (generan mucho más empleo).
4. Adquirir alimentos saludables, alimentos frescos. De preferencia, cuando sea posible, de pequeños productores (se fortalece la economía de los pequeños productores y se protege la salud). La comida mexicana tiene opciones ricas y saludables.
Y es justamente de las familias campesinas de donde han partido la mayor parte de los migrantes, muchos de ellos afectados por las políticas del propio TLC, diseñadas desde los intereses de las grandes corporaciones estadounidenses.
A partir del Tratado de Libre Comercio, ahora T-MEC, el país acabo siendo inundado de productos chatarra y bebidas azucaradas, de tabaco, de alcohol, de mineras y de muchas empresas que han extraído gran riqueza de nuestro país, mientras nos han dejado destrucción ambiental y daños severos a la salud. Sus grandes cadenas de venta al menudeo han acaparado las compras de los productores, han dejado fuera del mercado a los pequeños y medianos productores, han impuesto precios de explotación a los productores, han destruido los mercados locales y la posibilidad de acceder a una mayor diversidad de alimentos.
No estamos de acuerdo que cualquier inversión es bienvenida, menos si se trata de empresas que extraerán la riqueza de nuestro país y nos dejarán pagando los daños en salud y ambientales con recursos del erario público y del bolsillo de los y las ciudadanas. Un ejemplo es el reciente anuncio de inversión multimillonaria de Nestlé en México, una empresa que en documentos internos reconoce que el 70% de sus productos no son saludables y que viola permanentemente acuerdos internacionales de protección de la salud infantil.
La magnitud de las políticas de Trump y Musk contra la democracia, contra los bienes comunes, contra el humanismo, no tienen precedente y es un riesgo para la especie y el planeta, especialmente si consideramos su negativa a reconocer y enfrentar el cambio climático.
Hay una esperanza en la ciudadanía, incluso en la estadounidense. La misma que votó por él y ahora ya no lo ve con buenos ojos; su aprobación está cayendo como nunca antes había ocurrido en los Estados Unidos durante los primeros meses de un mandatario, al menos en los últimos 50 años. Debemos tener una respuesta internacional que deje ver que el daño que está causando también a su propio país.
Tenemos el poder de los consumidores y en este momento debemos ejercerlo con toda su fuerza, especialmente en México, donde se han enfocado los mayores ataques de este personaje, que es un grave peligro para todos y que solamente trabaja para su beneficio y el de la oligarquía que lo acompaña. Vayamos contra todos los productos y contra todas las corporaciones que apoyan a Trump y el partido que lo tiene en el poder.
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