Gustavo De la Rosa
17/05/2025 - 12:04 am
Unámonos, separando los negocios de la política
México necesita acciones reales, eficaces y concretas para continuar la transformación del país.
En momentos difíciles, la unidad es indispensable; también lo es una dirección firme y sin concesiones.
Ciertamente, los políticos no sólo buscan cumplir con sus obligaciones y responsabilidades ciudadanas o con la tarea por la cual han luchado durante muchos años. También tienen intereses personales legítimos, que deben satisfacerse en el ejercicio de su cargo, pero dentro de los límites de la justicia y la medianía ciudadana
En la medida en que los simpatizantes y apoyadores de la Cuarta Transformación permanezcamos unidos, el proyecto de transformación tendrá asegurado un buen trecho. Los políticos debemos hacer política y vivir de la política o de la academia. Esas limitaciones incluso están previstas en la Ley.
Asimismo, los empresarios y negociantes tienen el derecho de desempeñar y desarrollar sus actividades legítimamente, con respeto pleno al Estado de Derecho.
Cada quien debe cumplir con lo suyo: los políticos a gobernar, los empresarios a los negocios. Con un proyecto de crecimiento común, cercanos y en la misma dirección, pero no juntos ni revueltos.
Se deben mantener separados los negocios de la política.
AMLO ha avanzado bastante en este sentido, logrando separar muchos negocios del quehacer gubernamental. Claudia también apunta por esa misma línea, y eso es positivo. Pero debemos tener muy claro que este es un camino nuevo en la historia de México y que las nuevas rutas siempre están interrumpidas por grandes obstáculos que hay que rodear y, a veces, superar. Pero nunca sucumbir.
La historia de este país nos ha enseñado lo que provoca la conjunción de negocios y política. En ese punto, no debemos retroceder ni una sola pulgada. Además, las posiciones de Trump y sus secuaces se endurecen. Y, como si las cosas no estuvieran ya difíciles, cuadros importantes de Morena empiezan a hacer juego propio, convirtiendo el mensaje político de Claudia Sheinbaum en una simple manifestación de buenos deseos.
No, señores. México no está para deseos de felicidad y esperanzas vacías. México necesita acciones reales, eficaces y concretas para continuar la transformación del país.
Por eso, debemos recordar que en México hay una sola voz que manda: la de la Presidenta Claudia Sheinbaum. Y en Morena, también hay una sola voz, la de Luisa María Alcalde. Podemos disentir de sus opiniones, de sus órdenes o de sus decisiones, pero fueron electas por sus respectivos votantes. Esas votaciones representan la voluntad del pueblo y de la militancia. Y esas decisiones, esas voluntades, son las que nos obligan a respetarlas en el sentido más profundo de la palabra: estar con ellas, unirnos a ellas y posponer nuestras ambiciones de poder para un mejor momento.
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