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Periodismo digital con rigor
25-12-2025 - 12:04 am
Pero el fracaso de la oposición en 2025 me trajo a la mirada a unos personajes que existieron fugazmente durante el año, inflados por los medios de comunicación enfuruñados de tanto fracaso. Se me vinieron a la mente cinco de ellos cuyos nombres tuve que volver a buscar en la red.
Empecé a escribir esta columna pensando en que no quería hacer algún tipo de recuento del año ni tampoco un resumen de lo que había ocurrido. Para eso están otros. Lo que me proponía era tratar de reflexionar con ustedes sobre cómo la ultraderecha en todo el mundo le expropia a la izquierda el espacio de la rebeldía. Me acordé del libro de Pablo Stefanoni sobre ese tema y empecé a tratarlo de relacionar con lo que había ocurrido en este 2025 en México. Fue así que llegué a varios fracasos que tuvo la oposición bendita: al inicio del año, su insistencia en que si Claudia Sheibaum no se desligaba del programa de reformas que le había sumado 36 millones de votos, entonces sería acusada de títere de López Obrador. Luego, a mediados del año, la intención del PRIAN de boicotear la reforma al Poder Judicial y, más tarde, con 13 millones de votos contados, decir que había desaparecido la separación de poderes y, finalmente, hacia finales del año su intento de hacer resurgir una movilización callejera vía la inversión de millones de pesos para alegar una represión a jóvenes que nunca ocurrió. De eso se acuerda usted y todos. Pero el fracaso de la oposición en 2025 me trajo a la mirada a unos personajes que existieron fugazmente durante el año, inflados por los medios de comunicación enfuruñados de tanto fracaso. Se me vinieron a la mente cinco de ellos cuyos nombres tuve que volver a buscar en la red. ¿Se acuerda usted de la señora mayor que amenazaba a los legisladores con no dejarlos entrar a sus recintos para aprobar la reforma al Poder Judicial? ¿Recuerda a la muchacha que clamó que había 90 cadáveres de estudiantes en la inundación en Veracruz, Puebla, y San Luis Potosí? ¿De la madre buscadora de una supuesta fosa clandestina en Teuchitlán, Jalisco? ¿Le dice algo el nombre de Ayuwaki? ¿Y Grecia Quiroz? Estos cinco personajes fueron propuestos a la opinión pública como encarnaciones de la superioridad moral ante el sistema que, a veces era una dictadura, otras un narco-Estado, pero también personificaron la indignación, la rebeldía juvenil, y los deseos de cambio en el Gobierno, pero fracasaron al igual que las tres tácticas de la oposición en 2025: el sabotaje, la mentira, y la violencia. De eso acabó tratando esta columna.
Pero empecemos por el principio sobre la rebeldía de la ultraderecha. Escribe Stefanoni: “En las últimas décadas, en la medida en que se volvió de-fensiva y se abroqueló en la normatividad de lo políticamente correcto, la izquierda, sobre todo en su versión 'progresista', fue quedando dislocada en gran medida de la imagen his-tórica de la rebeldía, la desobediencia y la transgresión que expresaba. Parte del terreno perdido en su capacidad de capitalizar la indignación social fue ganándolo la derecha, que se muestra eficaz en un grado creciente para cuestionar el 'sistema'. La izquierda se encuentra con frecuencia encerrada en una lucha por defender al capitalismo tal como es frente al capitalismo tal como amenaza con convertirse. Si el futuro aparece como una amenaza, lo más seguro y más sensato parece ser defender lo que hay: las instituciones que tenemos, el Estado de bienestar que pudimos conseguir, la democracia (aunque esté desnaturalizada por el poder del dinero y por la desigualdad) y el multilateralismo. Si 'cam- bio' significa el riesgo de que nos gobierne un Trump, una Marine Le Pen, un Viktor Orbán, un Bolsonaro o un Boris Johnson, parece una respuesta razonable”. Ahí está puesta la tensión que vivimos durante 2025: la izquierda con una mayoría absoluta y una aprobación inédita en la historia mexicana, se enfrenta a una ultraderecha rebelde que puede insultar y agredir verbalmente, hacer cualquier inmoralidad, inventar noticias falsas y conspiraciones absurdas y, finalmente, cometer el máxima irreverencia: pedir la intervención de los marines gringos en nuestro territorio. Ante esto, la izquierda optó por defender al Estado, los derechos sociales y de minorías, la soberanía nacional, la democracia y el multilateralismo, mientras que la ultraderecha se vomita en todo eso y pretende llevar a cabo actos de violencia escudada en una indignación que proviene de un invento: que las elecciones del Poder Judicial son, en realidad, autoritarismo, que las catástrofes naturales son culpa de los actuales gobernantes, que lo es también de las desapariciones forzadas y de la violencia y, para terminar, que atiende las demandas de los jóvenes de la llamada Generación Z, que sería que renunciara la Presidenta más votada en la historia nacional o que la DEA bombardee con drones quién sabe qué laboratorio de fentanilo que produce, además, inmigrantes ilegales.
Esa tensión vivimos a lo largo de 2025. Y es lo que plantea el libro del argentino Stefanoni que ya veía con preocupación el salto de Javier Milei de los programas de televisión a la boleta electoral. Pero en México, por más que la oposición trató de crear un Milei, no tuvo respuesta de la ciudadanía que sabe que los medios masivos mienten, que incurren en conflictos de interés todo el tiempo, y que hay que desconfiar de ellos como método de salud republicana. Es la diferencia entre vivir y hacer política en un país con una guerra de independencia popular, una guerra de reforma por el Estado laico, y una Revolución social.
No obstante, ahí estuvieron sus cinco personajes tristes. Empiezo con la señora de los bloqueos y la huelga toda pagada por la Suprema Norma Piña. Fue una señora llamada Patricia Aguayo. Desde el año pasado, ella se convirtió en vocera de los trabajadores del Poder Judicial que tomaron por la fuerza el Senado de la República el 10 de septiembre de 2024. Para diciembre y, tras su derrota, el Movimiento Ciudadano le otorgó a la señora Aguayo la Medalla Benito Juárez por ---cito a Dante Delgado—“a alzar la voz, a advertir los riesgos, a señalar los vicios de la propuesta, a salir a las calles, a discutir en foros, a subir a los medios de comunicación, a explicar, a cuestionar, a convencer. A organizarse para que el mayor número de personas posibles pudiera informarse de lo que sucedía, siempre será un honor reconocer a personas que ante la imposición de la reforma con las peores y viles tácticas del Poder, no renunciaron a la defensa de lo que creen”. Pero este año, el destino la llevó a no poderse inscribir para participar en la elección a la que se opuso con toda violencia y el apoyo de medios como Radio Fórmula. Fue su intento por desvirtuar la elección, sólo que acabó confesando que era por ignorancia de cómo compartir documentos. Le declaró a esa estación de radio: “los documentos que me habían ayudado a poner en el tamaño de PFD que requerían, a la hora que los quise registrar no me los dejaba registrar porque me decía que estaban demasiado pesados. Yo los había puesto en 10 MB y me los estaba pidiendo en 2MB”. Sería quizás porque los puso en formato PFD y no PDF, como se acostumbra. En lugar de buscar auxilio de alguien del Movimiento Ciudadano que le supiera a las computadoras, decidió impugnar el procedimiento con una carta de la Presidenta Sheinbaum y ahí terminó a esta poderosa rebelde que, según el Movimiento Ciudadano, mujeres como ella habían “roto el techo de cristal”. La imagen que de la señora Aguayo inventaron los medios era la de la maestra estricta que te agarra a reglazos por hablar en clase, una inhóspita e intransitable secretaria de estudio y cuenta de Jeanine Otálora en el Tribunal Electoral, la misma que validó la compra de votos del PRI durante la campaña de Peña Nieto y la misma que hizo un último intento de descarrilar la elección de juzgadores aduciendo el reparto de unos acordeones que no pudo sustanciar. No importaron los bloqueos que detenían el Metrobús de la CdMx, la violencia en el Senado de la República, o el intento de sabotaje el día de las votaciones, para los medios la señora Aguayo era una posible líder de la oposición. Pero no fue y por eso es triste.
La segunda de esta lista es Ceci Flores, la madre buscadora preferida de Acción Nacional, a cuyo “relanzamiento” fue invitada junto con Enrique de la Madrid y Claudio X. González. A esta activista le debemos casos como el del crematorio de Tláhuac en vísperas de las elecciones de 2024 que resultó tener restos de huesos de perros y gatos. Pero este año, tras el hallazgo de un rancho con supuestos restos humanos en Teuchitlán, Jalisco, acusó a la madre buscadora de ahí, Indira Navarro, de mentir porque había asegurado que en ese lugar había mil 500 cuerpos y evidencia de tráfico de órganos. Navarro la acabó denunciando en un juzgado civil por daño moral. Ahora que apareció el nuevo libro de Andrés Manuel la señora Ceci se aventó, sin leer el texto, una reseña que hasta Nexos hubiera rechazado. Dijo: “Ojalá hubiera reflejado en la nueva obra una autocrítica sobre la estrategia de seguridad implementada durante su Gobierno. Ya ve que abrazar a quienes nos matan nos dejó bien caliente el país”. Nadie le avisó a Ceci Flores que el libro trata de la historia antigua, de olmecas, mayas y mexicas. Pero la utilización de las madres buscadoras cuyo duelo las exime de presentar pruebas y cuyos dichos los medios reproducen sin verificar, causó un nuevo personaje triste: quien utiliza la desaparición de un familiar para disputar el monopolio de la verdad sobre fosas clandestinas. Así, varias de ellas dicen que la guerra de Felipe Calderón no es el origen de la violencia que hoy todavía se vive en varios municipios del país, sino que es resultado de lo contrario: de los programas sociales que ayudan a que los jóvenes tengan una alternativa cuando se ven presionados para delinquir.
Este mismo discurso de guerra aparece con nuestra penúltima figura triste, la viuda del asesinado Presidente Municipal de Uruapan. Ella se llama Grecia Quiroz y, desde que fue expuesta a la opinión pública, dejó en claro que estaba compitiendo para quitarle a Morena el Gobierno de Michoacán. En el funeral de su esposo dijo: “El día de hoy no mataron al Presidente de Uruapan, hoy mataron al mejor Presidente de México, al único que se atrevió a levantar la voz, al único que se atrevió a debatir, a hablar con la verdad, a decir siempre la verdad, sin temor a nada, sin temor a perder su vida, sin temor a dejar a sus hijos huérfanos”. Pero, enseguida de tomar posesión como interina en el municipio dijo: “Quienes mandaron matar a Carlos Manzo no supieron que este sombrero tiene una fuerza imparable, incansable con la que en el [año] 2027 les vamos a dar un voto de castigo porque nos vamos a hacer valer y vamos a hacer honrar la memoria de Carlos Manzo”. En medio empezó a decir que morenistas como Leonel Godoy debían ser investigados por el crimen. Al final, como todos supusimos, acabó invitada por el PRI para ser su candidata al Gobierno de Michoacán. El líder del PRI en esa entidad dijo sin miedo a las cuentas de la lechera que con Grecia podían quitarle a Morena la Presidencia y la mayoría en el Congreso. Es como si estas mentes remontaran la realidad para verse, de nuevo, sentados en un cargo público y firmando cheques a sus compadres. Pero lo preocupante es el discurso calderonista de la matanza como solución a la violencia, del exterminio de unos para que otros sobrevivan, el mensaje de toda guerra que es “si desaparecieras del mundo, mi vida mejoraría”. Eso es la política de García Luna pero, sin duda, parece representar cierto inconformismo con los derechos humanos.
Por último y sin ser quinto malo, tenemos al Ayuwaki mexicano. Hay que decir que el verdadero Ayuwaki, viene desde un meme del 2009 en el que un muñeco de animatronic de Michael Jackson se convirtió el leyenda de terrores nocturnos. Por supuesto, Ayuwaki viene de la frase de la canción de Michael Jackson Smooth Criminal que dice: “Annie are you okey?”. Esa misma frase se la dedicó Elon Musk a Trump cuando por fin se enemistaron y él lo implicó en la red de pederastia de Jeffrey Epstein. Pero la versión mexicana vino con la supuesta marcha de jóvenes de la Generación Z que pedían la renuncia de Claudia Sheinbaum y llamaron a una concentración para arropar una agresión directa contra la policía que resguardaba Palacio Nacional. Ese Ayuwaki se llamó Edson Andrade. Él convocó, entre otros, a la marcha violenta a nombre de los que no tienen partido, pero pronto apareció el contrato de Acción Nacional por dos millones de pesos. El joven Ayuwaki salió de Derecho de la UNAM y ha participado en las gestas de los fachos como Gloria Álvarez en el LibertyConMX. Hay que recordar que Gloria Álvarez era la conductora de aquel programa de televisión de mala memoria, El populismo en Amércia Latina, filmado sólo para atacar la campaña de López Obrador en 2018. Lo último que supimos del joven Edson es que anunció que saldría del país por amenazas y así se desinfló su breve carrera al mando de una marcha que juntó a 17 mil personas muy enojadas.
Y así llegamos al final de 2025 y también de esta columna. Queda ahí la agenda de esta nueva ultraderecha mexicana que no sólo no concuerda con el resto de la población de que “primero los pobres”, sino que odia a los pobres por considerarlos desechables y contagiosos. Ahí queda esa llamada a la represión del Estado a los delincuentes como en tiempos de las ejecuciones de García Luna y Calderón. Queda también ahí la idea del apartdismo como la etiqueta de los panistas avergonzados de confesar que lo son. A ver qué nueva figura triste aparece en este año entrante.
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25-12-2025 - 12:03 am
¿Puede hablarse de amor después de la masacre de Gaza? ¿Puede hablarse de amor mientras EU asesina en el mar Caribe con misiles a pescadores, pequeños traficantes o a lo que se dedicaran ese centenar de seres humanos ejecutados?
Te habrán dicho mil veces que no te metas en política y que la política es para los políticos. En esa línea, habrás escuchado que todos los políticos son iguales y que la política es una basura. Quienes hacen que ese discurso se multiplique suelen ser los que votan todos los días, es decir, los que logran que su voluntad se convierta en realidad todos los días. Ellos quieren seguir convirtiendo su voluntad en política y para eso necesitan que el pueblo no se meta en política. Quien ha decidido meterse en política es León XIV, el Papa que ha sustituido al Papa Francisco y que ha recuperado su discurso Urbi et Orbi para expresar algunas ideas políticas esta Navidad. Noche de paz, noche de amor.
El Papa León XIV llamó a la paz mundial en su bendición navideña Urbi et Orbi, que significa “en todos sitios y a todo el mundo”. No se olvidó de los conflictos que asolan el planeta y recordó la situación en Oriente Medio “quienes ya no tienen nada y lo han perdido todo, como los habitantes de Gaza”); en Ucrania (para "que se apague el estruendo de las armas y que las partes implicadas, apoyadas por el compromiso de la comunidad internacional, encuentren la valentía de entablar un diálogo honesto, directo y respetuoso"), de América Latina (él se formó en Perú) recordando al “querido pueblo de Haití” y pidiendo, en alusión a la agresión de EU contra Venezuela “a quienes tienen responsabilidades políticas en América Latina para que, al enfrentar los numerosos desafíos, se le dé espacio al diálogo por el bien común y no a las exclusiones ideológicas y partidistas”.
También se acordó de Myanmar, Sudán y otras regiones afectadas por la guerra, la violencia y los desastres naturales, esos que dice la derecha que no existen. No se olvidó de las guerras olvidadas y pidió por la paz en Sudán, Sudán del Sur, Mali, Burkina Faso o en la República Democrática del Congo. También se acordó de los migrantes, esos despreciados en Europa y en EU por gente que luego reza para quedarse tranquilos. León XIV se acordó de “los numerosos refugiados y migrantes que cruzan el Mediterráneo o recorren el continente americano”. Son también víctimas de este conflicto global en el que vivimos. Hay una III Guerra Mundial en marcha, pero parece que hasta que Steven Spielberg no haga una película no vamos a entenderlo.
También le habló a los líderes políticos y a esa desaparecida comunidad internacional para que trabajen por la reconciliación, el diálogo y la justicia. Les dijo a los que tienen poder que regalaran estas Navidades algo de amor y de paz. Y también a los que no tienen poder. Porque si creemos que todos los problemas que tenemos nos los van a solventar alguien ahí afuera estamos equivocados: o nos ponemos manos a la obra o no hay solución.
La tradición de regalarnos cosas en Navidad es una hermosa tradición. Tiene detrás la idea de desprendimiento. El regalo dice algo, significa algo, encierra una correspondencia y es relevante cuando el que ofrece está dando señal de que le importa. El que lo recibe debe ser consciente del esfuerzo. Regalar es amar. Porque, de lo contrario, es un intercambio mercantil oculto y sin otro valor que el de la maquinación y el engaño. En el regalo verdadero la intención vence al cálculo y el desprendimiento derrota al interés. En el regalo auténtico, nos hermanamos en ese instante del don, convertidos, gracias a ese hermoso gesto de desinterés, en comunidad que derrota a la fragilidad humana. Igual que cuando nos saludamos expresamos la certeza que estamos desarmados y no vamos a hacer daño. Cuando regalas reafirmas los lazos que necesitamos y se convierte en ese abrazo que sirve para no sentirnos tan solos.
Vivimos en sociedades donde todo se ha mercantilizado. En las sociedades capitalistas, regidas por la oferta y la demanda a la búsqueda interminable del beneficio, todos andamos corriendo y alimentando esa máquina. Especialmente en esta fase de absoluta cosificación que conocemos como “neoliberalismo”. Hoy, el regalo se ha convertido en una obligación, en un mandato de los grandes almacenes y la industria del consumo que dice que el que no compra un regalo está haciendo algo mal. Es la alquimia perversa que convierte el amor en mercancía y el desprendimiento en un afecto encarcelado que no vuela.
Cuando el amor se monetiza, regalarnos es una versión azucarada del OnlyFans. No pasa físicamente nada muy diferente en la alcoba de una pareja que se quiere que en una sórdida habitación de un burdel. La magia, la que transmuta el plomo en oro, quien la hace al amor como el más natural de los alquimistas. En la alcoba el amor existe; en la mezquina habitación del mercado de la carne, se sustituye por dinero y se enmascara con billetes. No hay magia sino opresión. Regala mucho más la persona comprada que el comprador abusivo.
Huir de la elegancia social del regalo no es fácil. La obligación de regalar el día de San Valentín, un invento de los grandes almacenes; regalar a los niños cosas caras como la única -o la más relevante- de las formas del afecto; regalar en navidades como una exigencia del que siente que, si no regala, no estará siendo considerado por el otro como afectuoso, como amante, cariñoso o atento. Regalar porque no queda otra. Regalar como una imposición en esta nueva métrica del afecto. El dinero es tiempo, pero convertido en capital pierde su humanidad.
Convertir las cosas en mercancías las pudre. Sean las personas, la naturaleza, el conocimiento. El capitalismo nos hace eficientes, pero nos roba la humanidad de quien no quiere ser una mercancía ni relacionarse sólo con mercancías. Hay que sacar el regalo de la lista de la compra. Hay que sacar el tener de la lista del ser. Tener lo justo y necesario para que no tener no sea una espada de Damocles ni que tener sea una maldición del Rey Midas que no puede comerse su dinero. Tener y que no sirva para otras cosas es como confundir el sentido común con el derecho a la maldad.
Envolver los regalos de amor es llenarlos de tiempo sacado fuera del mercado, desmercantilizado. Hacer un postre, cocinar algo especial que reclama horas, dedicar mañanas y tardes a buscar algo particular para obsequiar, buscar ese libro tan especial, escoger entre artesanías particulares, viajar para poder ver a alguien, escribir una carta a mano detenida en cada palabra, acordarte de un deseo y ayudar a cumplirlo… Hacer cosas que no se expresan en un vale con dinero o una fría tarjeta-regalo de un centro comercial. Hoy, mucha gente que se casa pone en la tarjeta de boda el bizzum y la cantidad mínima que hay que ingresar. ¿Alguien recordará qué le regaló nadie? Cuando recuerden a sus invitados a la boda en vez del rostro verán cantidades.
Regalar es amar, y en la tradición cristiana el nacimiento de Dios es el comienzo de un viaje de amor donde el niño Jesús, aún ignorante de su destino, nace al cuidado de sus humildes padres, en un humilde portal rodeados de humildes animales, en la pobreza y la persecución que lo hace uno con el resto de los humildes. Unos poderosos magos de Oriente (la tradición los convertiría después en Reyes) llegan de muy lejos -han invertido mucha vida en el viaje- y le llevan regalos que son ofrendas igualmente de amor. El incienso y la mirra envuelven el oro y lo hacen un mero instrumento necesario sólo para comprar pan y fruta. No sabemos que fue de esos magos que hicieron su ofrenda (la Biblia no dejó pistas salvo que evitaron a Herodes), pero sabemos que aquel niño fue crucificado. Por amor.
Estas navidades el mundo expresa desamor por donde miremos. ¿Puede hablarse de amor después de la masacre de Gaza? ¿Puede hablarse de amor mientras EU asesina en el mar Caribe con misiles a pescadores, pequeños traficantes o a lo que se dedicaran ese centenar de seres humanos ejecutados? ¿Puede hablarse de amor cuando la extrema derecha quiere convertir en desechables a los migrantes en los países más desarrollados? ¿Puede hablarse de amor cuando tantas personas quieren y cuidan más a sus animales que a otros seres humanos? ¿Puede hablarse de amor cuando la violencia llena de cadáveres tantas poblaciones del mundo? ¿Puede hablarse de amor cuando el deterioro medioambiental sigue su curso de muerte y le niega la tierra, el pan, el aire y el agua a las generaciones futuras? ¿Puede hablarse de amor cuando la violencia contra las mujeres es tan cotidiana como las eternas desigualdades entre hombres y mujeres? ¿Puede hablarse de amor cuando cualquier día Donald Trump puede desatar una guerra en Venezuela, en Colombia o en México para robarles sus riquezas? ¿Puede hablarse de amor cuando nuestra indiferencia y nuestra inconsciencia nos enajenan de la suerte de los demás seres humanos?
Amar es dejar de ser para ser más. Desperdiciar la más mínima ocasión para regresar al amor no es tropezar dos veces con la misma piedra, sino abrazarla como si tuviera un valor incalculable. Las piedras no tienen alma, dice la canción, y cuando las llenamos de alma es una excusa para compartir, no para acumular. Las navidades pueden ser tiempos de tregua en el desamor. Son tiempos de agradecimiento inmemoriales que las religiones abrazaron para edificar sus iglesias. Da igual el nombre: navidades, solsticio de invierno, Saturnalia, Sol invictus… Cuando el ciclo del sol y de la tierra nos obliga a recordar nuestra fragilidad, cuando viene la noche más larga antes de que empiecen a acortarse.
Tiempos de regalarnos la paz y hacer que dure. Amar todo lo que se pueda para que el nuevo año no nazca con pretensiones de guerra. Cada uno puede hacer su parte. Cada sonrisa amable se suma a la amabilidad sonriente de la humanidad. Si sonreímos, el mundo sonríe. Que así sea.
Felices fiestas.
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25-12-2025 - 12:00 am
A donde iba, Eduardo Hurtado emprendía siempre alguna empresa: creía en la poesía como una religión y en ella vivía. Leer, escribir, corregir, vivir, entregar su vida a la escritura podría ser un resumen de su vida, pero no solamente.

Hace unos días, el 16 de diciembre, falleció en la Ciudad de México, a los 75 años, el poeta y editor Eduardo Hurtado Montalvo (1950-2025), querido lector. Apunto aquí algunas coordenadas sobre su vida, hoy que las instituciones culturales parecen desconocer todo de quienes dedicaron su vida a la creación artística. Hurtado fue poeta, editor y ensayista y también maestro de varias generaciones de poetas jóvenes a través de tutorías en el Fonca en el programa de Jóvenes Creadores y a través de talleres literarios. Fue un animador de la vida literaria, en específico de la poesía, y también un espléndido poeta que nos deja una obra vasta y rica que nunca se ciñó a los dictados de la moda o de grupúsculos. Hoy que tanto abundan las poéticas exprés, programáticas o francamente facilonas que sucumben rápidamente al olvido, la obra de Hurtado brilla como una joya. Su brillo proviene de la lealtad a sus preocupaciones tanto formales como vitales: universos ceñidos, obras depuradas provenientes de la gran tradición poética hispanoamericana. Ya sea en poemas cortos o en poemas más largos, el poema se cumple con puntualidad de relojero, como si en esa lealtad yaciera la chispa de su permanencia. Escribió poemas de amor, pero también sobre la hipocondría, el padre muerto, futbolistas, el mar, o las gaviotas, por decir algunos temas. En realidad, Hurtado se avocó a las diez mil cosas del mundo, como se llama uno de sus libros.
Junto con sus compañeros de generación, los nacidos en los años cincuenta, colaboró en diversas editoriales de poesía, como La Máquina de Escribir, Ediciones Toledo, Libros del Salmón y la colección Tristán Lecoq de Editorial Trilce. A lo largo de su vida, trabajó en diversos medios como en el Canal 11 donde fue director de medios. En el área editorial fue jefe de producción de la revista Vuelta, dirigida por el poeta Octavio Paz, y editor en jefe de La Jornada Semanal, cuando la dirigía Juan Villoro.
Durante seis años, a finales del siglo pasado y entrados los años dos mil, fue Asesor Cultural la Casa del Poeta Ramón López Velarde, en la Ciudad de México en donde coordinó importantes ciclos, encuentros y festivales de poesía a nivel nacional e internacional, cuando esa institución representaba un centro vivo de la cultura y no había cerrado sus puertas. A su salida, dejó al poeta Antonio Deltoro en su lugar quien continuó con la noble tarea de mantener ese centro cultural dedicado exclusivamente a la poesía y a la memoria de Ramón López Velarde, en la colonia Roma.
Durante años impartió cursos y conferencias en universidades e instituciones culturales en prácticamente todos los estados del país. En los últimos años regresó a la ciudad de Tijuana, donde vivió en su adolescencia, para fundar La Casa de la Poesía y colaborar creando programación cultural para el Centro Cultural Tijuana. A donde iba, Eduardo Hurtado emprendía siempre alguna empresa: creía en la poesía como una religión y en ella vivía. Leer, escribir, corregir, vivir, entregar su vida a la escritura podría ser un resumen de su vida, pero no solamente. Hurtado también fue un crítico activo de su tiempo y de las formas institucionales. Le preocupaba el país y en no pocas ocasiones, en la llamada época de la transición democrática, encabezó juntos con amigos escritores, protestas públicas. Hurtado era además de un poeta muy cuidadoso con la forma, un crítico que no se limitaba al texto.
En Madrid impartió cátedra sobre el poeta Juan Gelman en la Universidad de Alcalá de Henares y en la Casa de América, en ocasión de la entrega del premio Cervantes al poeta argentino radicado en México y su gran amigo. También, participó en actividades literarias en Argentina, Panamá, Colombia, Chile, Brasil, Portugal y Rumania.
Durante casi treinta años, Eduardo Hurtado fue mi amigo. Lo conocí en la Casa del Poeta, donde ambos trabajábamos en el año de 1997. Yo me encargaba de todas las actividades de jóvenes y de la prensa, y él de todas las actividades de autores mayores. Fue una experiencia muy enriquecedora, para una joven como la que yo era y muy rápidamente se convirtió en mi maestro, en mi colega, y después en mi amigo. Juntos recorrimos el arduo camino de los versos, pero también de la política y, sobre todo, el de la amistad.
Algunos de los títulos de sus libros de poesía son Ludibrios y nostalgias, Rastro del desmemoriado, Ciudad sin puertas, Sol de nadie, Las diez mil cosas con el que obtuvo el Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer y Casi nada. También se puede encontrar en la UNAM un disco y un libro titulados El ser que fuimos, en la colección Voz Viva.
Sus libros más recientes son Ocurre todavía, Renata y Miscelánea este último aparecido durante la pandemia y que tuve el honor de presentar por zoom. Al final de sus días pudo terminar su último libro que permanece inédito y que cierra brillantemente su camino en la poesía mexicana y que esperemos muy pronto vea la luz. Sus amigos lo extrañaremos siempre, estoy segura y nos hará falta en este duro camino de la poesía. Al menos yo no me despido ¿se puede despedir uno de quien es ya una presencia viva en la voz del poema? Ahí estará siempre para mí, y para cualquier lector que aprecie la deslumbrante belleza de la poesía. Así que no le digo adiós; lo llevaré siempre vivo, como se llevan a los grandes amigos, en el corazón.
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24-12-2025 - 12:05 am
Al morir el año, el consenso financiero espera que la inflación en los mercados desarrollados caiga en 2026. No obstante, por ese mismo anticipo de expectativas, cualquier desviación tomaría por sorpresa a los portafolios invertidos en bonos, con pérdidas sustanciales.
Contra pronóstico, el 2025 fue un año aceptable para la economía mundial. En un informe publicado en octubre, el Fondo Monetario Internacional proyectó que el crecimiento se desacelerará del 3.3 por ciento en 2024 al 3.2 por ciento en 2025 y al 3.1 por ciento en 2026, con las economías avanzadas creciendo alrededor del 1.5 por ciento y el resto apenas encima del 4 por ciento. Dadas las circunstancias, encabezadas por los bandazos de política pública de Trump, evitar la catástrofe como el torero los cuernos arroja en el ocaso de 12 meses convulsos un saldo positivo. Sin embargo, las perspectivas para 2026 siguen siendo sombrías, mientras el mundo se adapta a un panorama marcado por un mayor proteccionismo y una subestimada fragmentación. Puestos los riesgos en la balanza, los llamados “negativos” dominan hoy día la conversación.
El enfriamiento del consumo en Estados Unidos o de las exportaciones en China es el mayor riesgo inminente. En Estados Unidos, la tasa de desempleo continuó al alza en noviembre y tocó 4.6 por ciento desde 4.2 por ciento hace un año; mientras, las búsquedas en Google de “ayuda con mi hipoteca” y “deuda de tarjeta de crédito” alcanzaron niveles no vistos desde la crisis financiera del 2008-09, y la confianza del consumidor registra niveles históricamente bajos. En China, la otra cara de lo que durante décadas fue la misma moneda, las ventas al exterior desafiaron expectativas y crecieron más de cinco por ciento en los primeros meses del año, atribuible a que los menores envíos a Estados Unidos encontraron compradores en otras naciones, aunque esta táctica como solución de largo plazo está aún a prueba. Si bien la catástrofe fue evitada en 2025, cualquier deterioro en los pilares que sostienen las economías de las superpotencias, de materializarse sin una rápida contención de los gobiernos, contagiaría al resto del mundo, sonando alarmas de recesión y desatando espíritus animales destructivos.
Un riesgo subestimado es el repunte de la inflación en los Estados Unidos, Japón y Europa. Al morir el año, el consenso financiero espera que la inflación en los mercados desarrollados caiga en 2026. No obstante, por ese mismo anticipo de expectativas, cualquier desviación tomaría por sorpresa a los portafolios invertidos en bonos, con pérdidas sustanciales. Además, restaría parque fiscal a los gobiernos y desalentaría el consumo y la inversión en favor del ahorro, mismo que enfría hasta el más caliente motor económico. Ciertamente, los aranceles de Trump no crearon una espiral inflacionaria por una amalgama de: (1) una demanda agregada débil, (2) acuerdos diplomáticos, (3) un reparto de daños entre consumidores y empresas, y (4) el agotamiento de inventarios y (5) el recurso de compras adelantadas; sin embargo, cualquier rebrote de la inflación pondría en aprietos a los bancos centrales y generaría desconfianza en un consumidor hoy día a la defensiva, en especial en Estados Unidos.
Un riesgo con potencial de “cisne negro” (black swan) es el estallido de la debatible burbuja de activos vinculados a la inteligencia artificial. En el argot financiero, este tipo de eventos son extremadamente improbables e impredecibles, con un impacto masivo y disruptivo en los mercados explicable una vez que ha ocurrido, como la crisis inmobiliaria de 2008 o la pandemia de COVID-19. En la actualidad, buena parte de los rendimientos bursátiles está encadenada a las expectativas de ganancias que podría generar la inteligencia artificial bajo distintas aplicaciones comerciales, como los chatbots, humanoides o robotaxis. Como antes en la burbuja del internet, muchas empresas fracasarán, pero ciertamente otras triunfarán. A diferencia del antecedente de inicios de siglo, la monetización hoy día es más tangible y acelerada; en cambio, proliferan los fraudes y la especulación, y ese combo invita a mantener una guardia alta.
Otros riesgos menos obvios podrían desprenderse de un deterioro geopolítico ajeno al ámbito comercial. Durante el 2025, la crisis en Medio Oriente tensó los mercados de materias primas. Antes, la invasión rusa a Ucrania impuso costos globales. Ahora, con Trump al mando del tablero mundial, el mayor activismo de Washington en favor de gobiernos y candidatos de ultraderecha podría socavar un orden mundial ya menguado. Si fuera el caso, un periodo de incertidumbre sistémica seguido de una lenta recomposición de las cadenas de suministro podría desestabilizar a la economía mundial. Si bien no es parte de un escenario base, es decir del más probable, sólo hace falta que una retahíla de agresiones o malos entendidos se acumule para descolocar a empresas y naciones en un ambiente de globalización en repliegue.
En este como en cualquier otro año, frotar la bola de cristal es un ejercicio fútil si de apuestas se trata, aunque puede resultar lucrativo para la planeación. Identificar la balanza de riesgos, en este caso más sesgada al lado negativo —al de menor crecimiento—, podría prescribir políticas concretas, como una postura más relajada del Banco de México en la forma de tasas de interés más tolerables para consumidores e inversionistas. Tener un repertorio de gasto de inmediata ejecución en la esfera fiscal también sería aconsejable, por poner otro ejemplo.
En síntesis, un 2025 de claroscuros queda atrás seguido de un 2026 que no pinta para flan. La economía global navega con más nubarrones que ayer. Aunque siempre existe la posibilidad de que se disipen, el mal presagio ya obliga a cualquier capitán de barco a tomar precauciones que pueden imponer costos de corto plazo, pero evitan la fatalidad en un horizonte dilatado. Un diagnóstico por escenarios con planes de contingencia estratificados para capear el temporal permitiría a la economía mexicana surcar mejor los mares de incertidumbre. Con el Poseidón de Washington en el papelón de señor de unas aguas convulsas, nunca se sabe.
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24-12-2025 - 12:04 am
Tal vez la mejor vía para entender nuestro tiempo sea recordar el camino que nos condujo hasta aquí. ¿De dónde veníamos?
Es difícil establecer el tono de una época. Sin embargo, es admitido que el Medioevo fue oscuro y que, en cambio, el Renacimiento fue luminoso y, tal vez, se asocie algún color para representarnos la dicha que sugiere la Belle Époque. La pregunta, entonces, es: ¿con qué color imaginamos nuestro tiempo? Si pensamos en las guerras que están vigentes y en el desastre climático, de seguro se nos ocurrirá un tono negruzco sanguinolento; pero si tomamos en cuenta otros aspectos, creo que se antoja un arcoíris multicolor. Elijo esa gama no tanto porque hoy sea la bandera de un movimiento que reivindica el derecho de todas las orientaciones sexuales, asunto por completo legítimo, sino porque alude a la diversidad, a la presencia simultánea de incontables puntos de vista y a lo que, sin duda, caracteriza nuestro tiempo: la relatividad.
Hoy —salvo que uno se encuentre fanatizado— se admite que todo es relativo. Sin embargo, no estoy muy seguro de que se entienda por completo la razón de que hayamos llegado aquí, de que la relatividad de todo nos resulte admisible.
Tal vez la mejor vía para entender nuestro tiempo sea recordar el camino que nos condujo hasta aquí. ¿De dónde veníamos? Revisemos algunos de los frentes: durante milenios vimos desbarrancarse sistemas filosóficos que en su momento se proclamaron como poseedores de la verdad absoluta. Alguno de los últimos fue el positivismo de Augusto Comte que ya entrado el siglo XX fue suscrito, incluso, por muchos de los intelectuales que dieron origen a la Escuela Nacional Preparatoria y a nuestra Universidad: Justo Sierra, Gabino Barreda... En otro frente, la geometría euclidiana brilló durante casi dos milenios sin sufrir ninguna lascadura, hasta que empezó a aparecer en el mundo lo impensable: "geometrías". Así, en plural: las llamadas geometrías no euclidianas. Otro bastión, que también se creyó insuperable, fue Newton. Su concepción del espacio y del tiempo como absolutos fueron tan contundentes que todavía hoy la mayoría de la gente es newtoniana sin saberlo: todos aquellos que creen en la simultaneidad y se preguntan: ¿qué estará haciendo a estas horas algún amigo que se encuentra en otro país o en otro continente? O: ¿qué estará pasando en este preciso instante en el centro de nuestra galaxia? Todos aquellos que desean saber lo que sucede en "el mismo tiempo" suponen que hay un presente común para todos, que existe la simultaneidad de los eventos y, por ello, son newtonianos, lo admitan o no, porque, precisamente, suponen que hay un tiempo común para todo, un tiempo absoluto.
Hoy, sin embargo, sabemos por la Relatividad Especial de Einstein que el tiempo no fluye a la misma velocidad en todas partes, que las horas y los minutos se aceleran o se ralentizan según sea la velocidad del observador o la fuerza gravitacional del lugar donde el observador se encuentre. Un gran número de personas hemos visto películas o leído novelas de ciencia ficción donde los personajes viajan a distancias interestelares y aunque se trasladan a sitios a los que la nave se tardaría millones de años para llegar viajando a la velocidad de la luz, los personajes siguen siendo tan jóvenes como cuando partieron, como si el tiempo no hubiera transcurrido para ellos, y no nos parece una incongruencia de la trama, pues hemos oído que el tiempo se ralentiza con la velocidad, según Einstein… pero ¿se entenderá cabalmente el asunto? Porque si esto es así, entonces, no podemos preguntarnos por lo que estará haciendo en este preciso momento una persona que va en avión de una ciudad a otra, pues su tiempo y el nuestro no se corresponden exactamente. Ya sé que esas milésimas de segundo que se desfasan son irrelevantes para la vida, pero no lo son para muchísimos asuntos prácticos como, por ejemplo, la exactitud del Sistema de Posicionamiento Global, mejor conocido como GPS.
Al recordar el camino por el que hemos llegado a nuestra época resulta más claro el relativismo; lo que no resulta claro es que pese a ello muchísimas personas sigan absolutamente convencidas de lo que están convencidas, de que cotidianamente ocurra el choque frontal y brutal de las creencias incompatibles, cuando, si fuéramos congruentes, nos resultaría perfectamente obvio que uno no posee ninguna verdad absoluta, que ninguna de las creencias que uno suscribe tiene ningún apoyo firme, porque, si en efecto, hoy, ni la geometría de Euclides es la única, ni se mantiene firme ninguna postura filosófica, porque todo pensamiento es histórico, o toda verdad es "dependiente del modelo", como dice Stephen Hawking en su libro El gran diseño. Lo que no se entiende es que tantísimas personas sigan defendiendo una idea que ni siquiera es una verdad probada, sino un simple punto de vista: su opinión.
Es extraordinariamente raro que en esta época, caracterizada por la relatividad, sigamos siendo tan feroces al defender nuestro punto de vista y que se dé, como en los viejos tiempos, la actual polarización que hoy nos enfrenta, prácticamente, a todos contra todos. ¿Qué ideas absolutas defienden los bandos que hoy se enfrentan? Porque si admitiera, en serios que las ideas son relativas —como cabría esperar- la conducta lógica que se seguiría sería la del respeto mutuo, la de la negociación, la de la apertura frente al que piensa diferente.
Hoy que sabemos que la verdad es histórica y que todo es relativo, en vez de la pacífica duda, lo que aparece en el mundo es el dogmatismo con el que avanzan por sus rieles absolutos, como locomotoras, los defensores a ultranza de una verdad que consideran no la más acertada, sino la única que merece vivir. Creo que no es el arcoíris la banda cromática que caracteriza a nuestro tiempo, sino un negro negrísimo, un negro resultado de que la sociedad está tan atomizada y tan distantes entre sí los grupos que pese al multicolorido que hay solo se aprecia el abismal vacío que nos separa, negro como el del espacio exterior, un tono más profundo que el de la Edad Media. De cualquier manera: ¡Feliz Navidad!
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24-12-2025 - 12:04 am
La carencia de ética política debilitó profundamente las instituciones del Estado y nos hizo presa fácil de los servicios de inteligencia militar del vecino del norte, que no requiere de demasiados elementos para justificar sus diversas formas de intervención.

Para la Revista Conspiratio.
Cuando la eternidad desnuda el tiempo,
el milagro se nombra;
entrega su aliento,
abraza el silencio
y se pronuncia:
cada palabra inhala y exhala,
cada letra reclina
su frente en el piso.
Al alba el nacimiento alumbra
las almas que se reconocen,
al mirarse en la luz inolvidable
del entrañable amor del ser.
La espada del corazón
es la cruz invertida
que celebra la Navidad.
La carencia de ética política debilitó profundamente las instituciones del Estado y nos hizo presa fácil de los servicios de inteligencia militar del vecino del norte, que no requiere de demasiados elementos para justificar sus diversas formas de intervención.
El poder expropiado por la ambición personal suele terminar en tragedia.
La torpeza de Maduro de ignorar los tiempos y sus señales de cambio como fueron las elecciones donde perdió legitimidad y credibilidad su gobierno y más tarde su conducta ante el premio Nobel de La Paz otorgado a María Corina Machado que provocaron que el mismo adquiriera mayor relevancia, ya tienen consecuencias más allá de las fronteras de Venezuela.
Serán los servicios de inteligencia militar norteamericanos los que sustituirán al gobierno de Maduro, desarmando la trama iraní-rusa-china, donde equivocadamente el gobierno mexicano se involucró, reduciendo al máximo sus márgenes de maniobra en el contexto internacional que atañe a esa región, con petróleo, carteles, gobiernos y tráfico de armas, envueltos de ideología, incluso debilitando a ésta en sus justas asignaciones y sus diversos impactos en los escenarios políticos. Reconstruir la política exterior con los diversos países de América Latina llevará un tiempo, pero más vale iniciar pronto que convertirnos en un alfil de alguna potencia.
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24-12-2025 - 12:03 am
En lugar de esperar en Baja California al 2027 para elegir jueces civiles y laborales en la elección judicial correspondiente, las plazas se aprobaron para abrirse, y rápidamente, los magistrados designaron por su voluntad y voto a 11 jueces, contraviniendo la reforma judicial que da esa facultad al pueblo.

En Baja California en estos días, el Tribunal Superior de Justicia está nombrando de manera directa, por designación y acuerdo entre cúpulas, por supuesto esto incluye a funcionarios del Gobierno estatal y diputados, 11 jueces.
Así, al viejo estilo de las negociaciones, los acuerdos, la prebendas del poder y la influencia de la clase política local, dejando de lado la Reforma Judicial que le da al pueblo la facultad de elegir a los integrantes del Poder Judicial en todo el país con el voto directo, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Baja California, Alejandro Fragozo, junto a los 16 magistrados restantes, decidirán y “votarán” hasta ellos y sus 17 votos llegar a un consenso, para designar a 11 jueces, unos en materia civil, otros en materia laboral.
En el estado 29, los tres poderes, Ejecutivo, Judicial y Legislativo, fueron muy vivos al momento de votar y adecuar la Reforma Judicial propuesta de la Presidenta Claudia Sheinbaum, y dejaron un Artículo, el 65, donde se otorgan la facultad de nombrar jueces y magistrados por designación cuando se trate de espacios judiciales de nueva creación. Textualmente el artículo se lee así: “Para ocupar los cargos de nueva creación de Magistraturas a que hace referencia el párrafo anterior, la Gobernadora o el Gobernador del Estado, someterá una terna a consideración del Congreso del Estado, el cual elegirá por el voto de la mayoría calificada de sus integrantes a una persona para ejercer la vacante de nueva creación. Por lo que hace a los cargos de juezas y jueces, el pleno del Tribunal de Justicia del Estado elegirá por voto de mayoría calificada de sus integrantes presentes a una persona para ejercer la vacante de nueva creación”.
Además, para amarrar bien a sus jueces ya designados, incluyeron en el Artículo: “En todos los casos, las personas designadas para ejercer las funciones de los cargos previstos en el párrafo anterior serán incorporadas a los listados para participar en la elección judicial que corresponda conforme lo establecido en el Artículo 60 de esta Constitución”, es decir, que, por Ley, quienes sean designados lo serán por ocho años, y tendrán un lugar asegurado en la boleta de la elección de 2033 para ser reelectos por ocho años más.
Este abuso de poder al redactar y aprobar en el Congreso Estatal de mayoría morenista, un artículo que les de la facultad de designar magistrados a la Gobernadora (y así dice, la Gobernadora, que en este caso es la morenista Marina Ávila Olmeda), y nombrar jueces a los magistrados, no es una novedad y sí va en concordancia con la ambición de poder que se vive en el Poder Judicial de Baja California.
Alejandro Fragozo, por ejemplo, es presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado, por tercera ocasión, cuando eso estaba prohibido en la Ley previa a la Reforma Judicial de la Presidenta Sheinbaum, y por supuesto en la nueva Ley, pero como es un incondicional de la Gobernadora y por tanto tiene a los diputados, hizo lo prohibido, reelegirse para un tercer periodo en la titularidad del Poder Judicial, alegando que ya no aplica la vieja Ley, y para la nueva legislatura, esta no es la segunda vez que se reelige, sino la primera en que es electo en “la nueva integración del Poder Judicial”. La realidad, es que los encargados de hacer valer la Constitución, son los primeros en abusar de la misma.
La mayoría de los magistrados que en Baja California integraban el “viejo y viciado Poder Judicial”, que motivó la reforma de la Presidenta aun cuando fue propuesta del expresidente Andrés Manuel López Obrador, fue inscrito en la elección judicial del 2 de junio de 2025, para repetir en el cargo, y tener la oportunidad, como Fragozo, de ser en tres periodos presidente del Tribunal, cuando es precisamente por esas nefastas prácticas de concentración de poder, que se hizo, se presentó y se aprobó la reforma judicial.
Ya entrados en la materia de abusar del poder, los magistrados, que por cierto presentaron y los diputados de Baja California les aprobaron, los salarios de los nuevos jueces que por estos días serán designados, para el presupuesto 2026, y como todo les ha salido tan bien, que tienen previsto abrir dos espacios más para juzgadores penales, que serían electos de la misma forma, por designación de poderosos integrantes del Poder Judicial y no por el voto popular.
Y ahora ahí están las consecuencias, en lugar de esperar en Baja California al 2027 para elegir jueces civiles y laborales en la elección judicial correspondiente, las plazas se aprobaron para abrirse, y rápidamente, los magistrados designaron por su voluntad y voto a 11 jueces, contraviniendo la reforma judicial que da esa facultad al pueblo, en una elección cada tres años, pero que acá, simplemente ignoran para seguir con las prácticas que la presidenta y el ex presidente tanto detestan de concentración de poder y negociaciones cupulares, y no populares, en el Poder Judicial. Vaya ejemplo el de Baja California.
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23-12-2025 - 12:04 am
La dedicación, la ética de la periodista Regina Martínez, siempre del lado de las víctimas de injusticias, la llevó a revelar de manera respetuosa, empática, valiente, los abusos contra Ernestina Ascencio, y ahora, a 18 años de aquel primer trabajo periodístico que Regina publicó sobre el caso, con la sentencia de la Corte Interamericana, los familiares podrán ver que se haga valer la justicia.
Hacer periodismo en tiempos del Gobierno de Fidel Herrera y su sucesor Javier Duarte en Veracruz y de Felipe Calderón en la Presidencia, era enfrentar amenazas, agresiones, violencias múltiples y el riesgo de ser asesinado.
A Fidel Herrera se le conocía como “el Zeta 1” porque en su mandato Los Zetas –el grupo criminal que formaron exmilitares– hicieron de Veracruz epicentro de sus operaciones, clave para su expansión en otras entidades.
Los despliegues militares que Calderón ordenara como parte de su fallida Guerra (carente de toda estrategia pero que impuso pretendiendo legitimar su Gobierno), lejos de desarticular al crimen organizado, lo que provocó fue que se incrementara el poderío de los grupos criminales, también cooptando militares, pero además se acrecentaron las agresiones y violaciones a los derechos humanos por parte de los militares.
Los soldados ejercían todo tipo de abusos contra las comunidades, con total impunidad les robaban sus pertenencias, torturaban, abusaban sexualmente de las mujeres.
Fue ese periodo que Veracruz se tornó en la entidad más letal para los periodistas. Era ese el contexto en el que la periodista Regina Martínez recorría comunidades para mostrar las condiciones reales en que vivía la población, para evidenciar las injusticias y abusos de las que eran víctimas; evidenciaba la corrupción de las autoridades, denunciaba las injusticias, siempre empática con las víctimas. Escribió también Regina de los casos de colegas desaparecidos o asesinados.
Regina fue la periodista que en 2007 reveló y documentó el caso de Ernestina Ascencio Rosario, víctima de violación sexual y tortura por parte de militares, víctima también de la falta de atención médica oportuna, revictimizada por muchos funcionarios gubernamentales, revictimizada por el entonces Presidente.
Ernestina Ascencio era indígena náhuatl de 73 años de edad, madre de cinco hijos, quien vivía en Tetlatzinga, comunidad del municipio Soledad Atzompa en la Sierra de Zongolica, y quien cada mañana salía de su casa a llevar a pastorear un rebaño de borregos. El domingo 25 de febrero de 2007 fue golpeada, violada sexualmente y sometida a graves lesiones y ataques por los soldados.
En su texto “Fueron los soldados, m’ija”, Regina escribió:
“La indígena nahua Marta Inés Ascencio encontró a su madre moribunda, con el cráneo y las costillas rotas. Yacía sobre la hojarasca, en un frío paraje de la comunidad de Tetlatzinga sombreado por enormes pinos.
–¿Qué tiene, madre? ¿Qué le pasó? –le preguntó angustiada.
Y su madre, la anciana Ernestina Ascencio Rosario, le respondió con mucho esfuerzo:
“Fueron los soldados, m’ija. Los soldados me golpearon, me amarraron y me taparon la boca. Traían sus cartucheras repletas de balas”, así comienza el texto en que Regina detalló lo ocurrido.
Por años Regina Martínez dio seguimiento puntual al caso, exponiendo los abusos, maltrato y discriminación del que eran víctimas los hijos de Ernestina en el proceso de denuncia.
La respuesta de Calderón fue revictimizante y discriminatoria, aseguró que la muerte se debió a una “gastritis crónica no atendida”, infame versión convalidada por el entonces titular de la CNDH José Luis Soberanes, y por la entonces titular del Inmujeres, todos ellos revictimizando a Ernestina Ascencio y a su familia.
Regina adelantó también que, ante la falta de justicia, el caso se llevaría ante instancias internacionales. El 1 de noviembre de 2011 escribió que en virtud de que se habían agotado los procedimientos legales en las instituciones mexicanas sin ningún resultado en la aplicación de la justicia, las abogadas de la Asociación de Abogados por la Defensa de los Derechos Humanos, preparaban el recurso correspondiente para presentarlo ante el sistema interamericano de Derechos Humanos.
Catorce años después, la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió su sentencia contra el Estado Mexicano, cuya resolución se hizo pública hace unos días.
La Corte Interamericana concluyó que Ernestina Ascencio fue víctima de violación sexual por parte de miembros del Ejército mexicano, lo que constituyó una forma de tortura; que la violación sexual y la tortura cometida contra Ernestina Ascencio y la falta de atención médica adecuada fueron la causa de su muerte y que, en consecuencia, el Estado es responsable de la violación de la obligación de respetar el derecho a la vida.
La Corte determinó que a Ernestina Ascencio se le violentaron sus derechos a la vida, a la integridad personal, a la honra y la dignidad, su derecho a la salud; fue víctima de violencia contra la mujer, víctima de tortura, de discriminación, como lo fueron también sus familiares.
El Estado incumplió también su obligación de investigar, con independencia y objetividad, las violaciones a los derechos humanos sufridos por Ernestina. La sentencia de la Corte Interamericana detalla las irregularidades en las investigaciones ministeriales que se hicieron en aquellos tiempos en las que diversas autoridades emplearon estereotipos de género, étnicos y de posición económica para descalificar las declaraciones de la señora Ernestina y “normalizar” su muerte.
En la sentencia de la Corte Interamericana se señalan prácticas de discriminación acumuladas de las que fueron víctimas Ernestina y su familia, miembros de una comunidad en situación de pobreza multidimensional y condiciones sociales como el origen étnico, y que, en consecuencia, como parte de esa discriminación de la que fueron víctimas sus hijos no se les brindó asesoría jurídica ni se les tradujo a náhuatl la resolución ministerial que archivó la investigación, además, en esos tiempos se les alejó físicamente de Veracruz mientras transcurría el plazo para impugnar la determinación ministerial.
El tribunal internacional alude a las declaraciones hechas por múltiples autoridades que resultaron discriminatorias y revictimizantes, incluidas las de Calderón y de sus subalternos.
La Corte Interamericana hace notar que las declaraciones realizadas por múltiples autoridades, algunas de ellas inspiradas en estereotipos discriminatorios, violaron las garantías de independencia e imparcialidad y, en tal sentido, condujeron a la violación de la obligación de investigar con debida diligencia.
Subraya la Corte Interamericana que “la muerte de la señora Ernestina, la ausencia de una investigación imparcial, completa y efectiva ocasionaron un ‘gran sufrimiento’ a su núcleo familiar que constituye, en sí mismo, una afectación a la integridad psíquica y moral”, sumado a los hostigamientos sufridos por sus familiares.
En su sentencia mandata que el Estado Mexicano debe conducir una investigación penal exhaustiva y seria sobre la violación sexual, tortura y muerte de la señora Ernestina Ascencio para identificar, procesar y sancionar a los responsables materiales e intelectuales. Dicha investigación debe regirse por los estándares de debida diligencia, incorporar perspectiva étnica y de género y excluir la aplicación de estereotipos discriminatorios.
También el Estado deberá realizar un acto público de reconocimiento de responsabilidad internacional en relación con los hechos y las violaciones a sus derechos de las que fueron víctimas Ernestina Ascencio y sus familiares.
Como parte de las medidas reparatorias el Estado debe brindar atención médica, psicológica o psiquiátrica gratuita, prioritaria, cultural y lingüísticamente adecuada y efectiva a través de instituciones de salud especializadas, en beneficio de las hijas e hijos de Ernestina Ascencio. También otorgarles becas de estudio.
Como medidas de no repetición, se deberá fortalecer el Centro de Salud de Soledad Atzompa con servicios ampliados.
Se deberá emitir un protocolo que incluya medidas adecuadas de atención en materia de salud y acceso a la justicia de mujeres indígenas víctimas de violencia por razones de género, sin discriminación, y establecer una estrategia para superar las barreras lingüísticas que afectan el acceso a la salud y a la justicia de las personas y comunidades indígenas en Veracruz.
También crear un Registro Nacional de Intérpretes y Traductores en Lenguas Indígenas para los sistemas de salud y justicia, integrado con la participación del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas y representantes de los pueblos indígenas.
Y garantizar que el Hospital Regional de Río Blanco y la Fiscalía de Veracruz cuenten con intérpretes y traductores que faciliten la adecuada atención y acompañamiento a las personas indígenas monolingües; entre otras medidas.
Regina Martínez no alcanzó a conocer la sentencia que la Corte Interamericana daría al caso de Ernestina Ascencio, porque en abril de 2012 fue asesinada. A Regina le quitaron la vida en tiempos del Gobierno mafioso del criminal Javier Duarte.
La dedicación, la ética de la periodista Regina Martínez, siempre del lado de las víctimas de injusticias, la llevó a revelar de manera respetuosa, empática, valiente, los abusos contra Ernestina Ascencio, y ahora, a 18 años de aquel primer trabajo periodístico que Regina publicó sobre el caso, con la sentencia de la Corte Interamericana, los familiares podrán ver que se haga valer la justicia.
La sentencia implica un reconocimiento a Ernestina Ascencio y su familia como víctimas, y será también la posibilidad de reivindicar el trabajo de Regina, quien ejercía el periodismo como la posibilidad de contribuir a un país menos desigual y más justo, en que ningún funcionario público use el cargo para maltratar, discriminar, violentar, revictimizar, como lo hicieron con Ernestina Ascencio autoridades de todos niveles en aquellos tiempos infames del infame gobierno de Calderón.
Es deber del Gobierno actual cumplir lo que el tribunal internacional le mandata en la sentencia, y eso incluye llegar hasta el fondo de la investigación en el caso de Ernestina Ascencio y que se aplique la ley a cada responsable, ya sea por acción, pero también por omisión. Es deber moral también en memoria de Ernestina y en memoria de Regina.
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23-12-2025 - 12:03 am
Ahora que nos hemos dado cuenta de la importancia estratégica que tendrán las tierras raras en el futuro, ¿no sería inteligente utilizar la gran experiencia que tiene el sector privado mexicano en la inversión productiva para que se le permita participar con todas las facilidades del mundo en el desarrollo de esta industria?

El discurso del llamado nearshoring, que estuvo muy en boga durante y después de la pandemia, ha dado lugar a otro de prosperidad compartida que pone el acento en la soberanía.
La filosofía económica detrás del Plan México - impulsado por una nueva política arancelaria - es que México no sea solamente una parte de las cadenas productivas globales, sino que desarrolle su propia industria autónoma o semiautónoma. En este sentido, el Gobierno mexicano se está tratando de acoplar al paradigma impulsado por el gobierno de Donald Trump.
Ya veremos si esto se sostiene en el futuro. Por lo pronto, el geopolítico estadounidense, Peter Zeihan, señala que a Estados Unidos le llevaría probablemente más de cuarenta años reemplazar las cadenas globales de producción de computadoras y teléfonos celulares si quiere producir todo internamente.
Una paradoja de la situación actual es que los países que mantienen mejor salvaguardada su soberanía son aquellos que ofrecen buenas condiciones para la inversión, sea pública o privada.
Revisemos el caso de las tierras raras en China y México. Más allá de que Beijing controla más del 70 por ciento de la producción mundial de estos elementos, lo cierto es que los miembros del Politburó chino decidieron desde hace tiempo que utilizar esa riqueza en la mayor extensión posible es un motor privilegiado en el siglo XXI para promover la seguridad nacional y la prosperidad económica.
La comparación con nuestro país no es muy halagadora para nosotros. Aunque, al igual que el actual Gobierno mexicano, el Estado chino es el mayor inversor en la industria de las tierras raras, en México tal inversión pública - ya no se diga la privada - ha brillado por su ausencia.
Aunque hay indicios de que en estados como Oaxaca, Sonora, Chiapas, Hidalgo, Coahuila, Durango, Sinaloa, Guanajuato, Jalisco, Tamaulipas, Chihuahua, Zacatecas y Guerrero existen concentraciones prometedoras de diversas tierras raras, estamos aún muy lejos de producir y refinar estos elementos a una escala comercial.
Y aquí cabe hablar de una distinción fundamental entre el desarrollo chino y el mexicano. Aunque con Deng Xiaoping, China entendió que su futuro estaba en desarrollar la economía privada junto con la pública, la verdad es que México es una nación en la que la iniciativa privada ha tenido históricamente un mayor papel en la economía que el país de Confucio.
Ahora que nos hemos dado cuenta de la importancia estratégica que tendrán las tierras raras en el futuro, ¿no sería inteligente utilizar la gran experiencia que tiene el sector privado mexicano en la inversión productiva para que se le permita participar con todas las facilidades del mundo en el desarrollo de esta industria?
En todo esto no ayuda - como lo comentaron varios analistas - la reforma a la Ley Minera publicada en 2023, que introdujo varios cambios que han aumentado la incertidumbre para la inversión privada en el sector, que incluye las tierras raras. Esperemos que, a pesar de todo, México pueda utilizar sus recursos de la manera más racional y razonable en el futuro.
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23-12-2025 - 12:02 am
La Concordia deja una lección relevante. La justicia restaurativa no es una alternativa blanda ni una renuncia al Estado de derecho. Es, en contextos de daño masivo, una forma de colocar a las víctimas en el centro, activando la responsabilidad económica de los responsables.

El caso de la tragedia en el puente de La Concordia, donde murieron 32 personas, pone en el centro de la conversación la forma como responde el Estado cuando el daño es irreversible y las víctimas requieren algo más allá de una condena.
La resolución impulsada por las autoridades capitalinas optó por una vía que, sin sustituir la investigación penal ni diluir responsabilidades, incorporó un principio fundamental de la justicia restaurativa: atender de manera inmediata los efectos del daño.
No se trató de cerrar el caso ni de negociar la impunidad, sino de activar un mecanismo para restituir, en la medida de lo posible, las condiciones materiales de las víctimas y sus familias.
Como señaló la Jefa de Gobierno de la CdMx, Clara Brugada, se trata de acuerdos reparatorios de carácter histórico, no por su monto únicamente, sino por el mensaje jurídico: el daño debe repararse y el responsable debe responder de manera inmediata.
Desde una investigación penal técnicamente sólida, la Fiscalía General de Justicia, encabezada por Bertha Alcalde, acreditó con claridad las responsabilidades del conductor de la pipa por el exceso de velocidad y la pérdida de control del vehículo. Ese sustento jurídico ha sido clave para que el acuerdo alcanzado no fuera discrecional ni opaco. La reparación no fue una concesión, sino una obligación jurídicamente exigida.
El monto económico logrado a través de la mediación asciende a 480 millones de pesos, a cargo de la empresa Silza, perteneciente al grupo Tomza. A la fecha, 430 millones han sido entregados —un avance cercano al 90 por ciento— y de las 144 víctimas directas e indirectas, incluidas quienes tuvieron daños en negocios, 127 ya recibieron su pago. Quienes aún no aceptan los acuerdos reparatorios podrían judicializar su caso.
Desde la óptica de la justicia restaurativa, la reparación no borra la pérdida ni sustituye el duelo. El derecho no puede devolver la vida ni sanar por completo las heridas, pero puede intervenir en las consecuencias estructurales del daño, como la pérdida del ingreso familiar o la vulnerabilidad económica que suele acompañar a las tragedias.
En la práctica, este esquema evita que familias, tras perder a su principal proveedor o enfrentar lesiones permanentes, queden atrapadas en procesos judiciales sin alivio material. La reparación temprana permite estabilizar condiciones de vida, reducir la precarización y ofrecer un mínimo de certidumbre.
La Concordia deja una lección relevante. La justicia restaurativa no es una alternativa blanda ni una renuncia al Estado de derecho. Es, en contextos de daño masivo, una forma de colocar a las víctimas en el centro, activando la responsabilidad económica de los responsables.
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