“Para México, una reforma sólo sería posible si los miembros de la Conferencia de Desarme reconociéramos que la situación de la Conferencia no es natural, ni normal. Es inadmisible, intolerable e insostenible”, dijo el subsecretario de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la cancillería mexicana Juan Manuel Gómez Robledo.

“A pesar de las reducciones de los poseedores de armas nucleares, ya sea de manera unilateral o por virtud de acuerdos bilaterales, siguen existiendo más de 16 mil armas nucleares, muchas de ellas, en alta alerta operativa”, advirtió.

Señaló que “los recursos destinados al mantenimiento, modernización y conservación de este armamento contrastan radicalmente y en detrimento de los recursos destinados a otros propósitos, incluido el desarrollo”.

Mientras, dijo, “una minoría de países, muchos de ellos no poseedores de armas nucleares, siguen argumentando que las armas nucleares son el garante de la seguridad contemporánea, y que son necesarias para su seguridad nacional”.

“Otros países parecen justificar la posesión de armas nucleares de algunos Estados, y esgrimen que las circunstancias actuales fundamentan la necesidad de conservar el armamento nuclear para disuadir a los enemigos”, observó.

“Los mismos argumentos que escuchamos durante toda la Guerra Fría”, sostuvo.

“Para México, esto es una invitación a la proliferación nuclear horizontal que es muy preocupante y que es contraria a la letra y el espíritu del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP)”.

En 2015 se celebrará la IX Conferencia quinquenal de examen del TNP y México trabajará constructivamente para lograr un resultado sustantivo, que avance la implementación de todas las disposiciones, compromisos y obligaciones del tratado, adelantó.

Dado que las dimensiones de no proliferación y las relacionadas con la protección del derecho a los usos pacíficos de la energía nuclear han tenido un buen grado de cumplimiento, la prioridad impostergable está en el cumplimiento del Artículo VI del TNP, puesto que el “pilar” del desarme no ha registrado progreso, consideró.

“Teniendo en cuenta las catastróficas consecuencias humanitarias de las armas nucleares y la amenaza constante que representan, México considera que la prioridad de la comunidad internacional debe ser negociar de buena fe, entre todos, un instrumento global”, argumentó.

Un acuerdo global “que prohiba el uso, fabricación, producción, adquisición, almacenamiento, instalación, emplazamiento o cualquier otra forma de posesión de cualquier arma nuclear, directa o indirectamente, por sí mismas, por mandato a terceros o de cualquier otra forma”, dijo.

Subsiste la pregunta para saber si la Conferencia de Desarme estará a la altura de la voluntad política que cada martes se expresa en este espacio, sostuvo el diplomático mexicano.

“De no ser el caso (…) aquellos que realmente estemos interesados en un mundo más seguro, con mayor certidumbre y en paz, no permitiremos que este foro de la simulación por excelencia continúe siendo un obstáculo para alcanzar un mundo libre de armas nucleares”, advirtió.