El Clean Air Institute detalló que en México los sectores de petróleo y gas representan más del 12 por ciento de las emisiones totales de Gases de Efecto Invernadero (GEI), de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.

El organismo, con sede en Washington, DC, expuso que la producción petrolera fuera de costa es la mayor fuente de emisiones de GEI que incluyen el dióxido de carbono y el óxido nítrico y de CCVC que comprenden el metano y el carbono negro, contaminantes que tienen impactos significativos sobre el cambio climático.

Ciudad de México, 4 de febrero (SinEmbargo).– La organización internacional Clean Air Institute (CAI) urge a las autoridades mexicanas, particularmente a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA) y a la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), a reforzar el marco regulatorio, de tal forma que establezcan medidas que permitan prevenir y controlar las emisiones a lo largo del proceso de extracción y producción de petróleo y gas en el país.

“Para poder hacer uso del petróleo y del gas hay que sacarlos del subsuelo, hay que procesarlos, transportarlos y acondicionarlos, y a lo largo de esos procesos se van generando emisiones: desde que lo sustraemos hasta que los producimos”, expuso el ingeniero Sergio Sánchez, director ejecutivo de Clean Air Institute, en entrevista para SinEmbargo.

Clean Air Institute (CAI) es una organización sin fines de lucro y con sede en Washington, DC, formada en 2006 para mejorar la calidad del aire y combatir el cambio climático causado por el calentamiento global; se formó como resultado de un acuerdo entre el Banco Mundial y los miembros de la Iniciativa de Aire Limpio para Ciudades de América Latina.

El especialista del CAI explicó que el estudio “Oportunidades para reducir emisiones en la industria del petróleo y gas en plataformas costa afuera en el Golfo de México” es un documento en el que las autoridades pueden apoyarse para conseguir mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y los contaminantes climáticos de vida corta (CCVC).

El CAI detalló que en México los sectores de petróleo y gas representan más del 12 por ciento de las emisiones totales de Gases de Efecto Invernadero (GEI), de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.

La producción petrolera fuera de costa, abundó, es la mayor fuente de emisiones de GEI que incluyen el dióxido de carbono y el óxido nítrico y de CCVC que comprenden el metano y el carbono negro, contaminantes que tienen impactos significativos sobre el cambio climático.

“El metano provoca calentamiento climático de la atmósfera, junto con el CO2. Incluso, el metano tienen un potencial de calentamiento que es mucho mayor al dióxido de carbono”, alertó.

La quema, también conocida como flaring, además del venteo de gas natural que se efectúan por la industria petrolera en distintos procesos, destacó el experto, representan el 77 por ciento del total de emisiones de metano del sector, con lo que esas actividades se convierten en áreas de oportunidad para disminuir las emisiones del contaminante.

“Al controlar estas emisiones estamos influyendo de una manera muy significativa al cumplimiento de las metas de cambio climático”, aseguró.

Además, a través de un comunicado de prensa, la organización con sede en Washington admitió que el país logró reducir dichas emisiones de los sectores de petróleo y gas entre 2008 y 2013, pero, remarcó, desde entonces las emisiones contaminantes se han incrementado cada año y actualmente se encuentran en su nivel más alto desde 2010, de acuerdo con datos de la propia Comisión Nacional de Hidrocarburos.

El informe en el que el CAI invirtió cerca de medio año subraya la urgencia de implementar una regulación sobre el metano producido por los sectores de petróleo y gas, además de robustecer las medidas que ya existen sobre la producción petrolera en aguas marítimas, tarea que le corresponde a Semarnat, CNH y ASEA.

“La principal solución que recomendamos es reforzar las normas que aplican al sector. Es muy importante trabajar en el desarrollo de una Norma Oficial Mexicana que se dirija a prevenir y controlar las emisiones de metano a lo largo del proceso desde la extracción, hasta las distintas etapas de la producción”, insistió.

También señaló que pese a que las actividades de las plataformas petroleras de aguas marítimas se encuentran sujetas a permisos y licencias, hasta el momento no existe una regulación específica capaz de lidiar con sus emisiones, lo cual, manifestó, “contrasta con otros países petroleros donde están vigentes estándares que inciden en menores emisiones de metano y otros contaminantes”.

Por otro lado, el estudio apuesta por hacer visibiles las alternativas tecnológicas que existen para que la producción petrolera de alta mar reduzca sus emisiones contaminantes y contribuya a lograr los objetivos climáticos y ambientales de nuestro país, al tiempo que cumpla también con los propósitos sociales y económicos promovidos por la reforma energética.

RETOS TRAS LA REFORMA ENERGÉTICA

El 20 de diciembre fue aprobada la Reforma Energética, antes de ello, recordó el ingeniero Sánchez, la entidad encargada de la extracción y producción de petróleo era Petróleos Mexicanos, pero, actualmente, otras empresas intervienen también.

Ante este panorama, la organización remarcó que “resulta necesario anticipar acciones para maximizar los beneficios sociales y económicos de la enmienda constitucional y prevenir impactos medioambientales negativos”.

Los beneficios, además de los que se reflejarán en el medio ambiente y el planeta, contribuirán con la salud de la población por la mejora de la calidad del aire.

Recientemente, el CAI presentó su estudio ante las autoridades, quienes, informó el ingeniero Sánchez, “resaltaron la importancia del control de las emisiones de metano y su voluntad de avanzar hacia una regulación más estricta para las emisiones en este país”.

Finalmente, hizo un llamado a las personas que se encuentras en busca de un cargo público en las próximas elecciones a que –en caso de ganar– atiendan la “gran oportunidad” de mejorar el aprovechamiento del gas y el petróleo, con medidas que resulten amigables con el medio ambiente.