Ciudad de México, 9 de diciembre (SinEmbargo).– Doña María de los Ángeles Ruiz Carbajal tiene 85 años y desde hace 15 años no se pierde un mitin del tabasqueño Andrés Manuel López Obrador.

En uno de esos mítines que realizó el líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en la delegación Cuajimalpa, en el Distrito Federal, doña María se le acercó como pudo abriéndose paso entre la muchedumbre y le regaló un pan artesanal horneado de La Tradicional, la tienda donde compra siempre los panes que regala a sus amistades.

Meses después, en Avenida Paseo de la Reforma, la Senadora Ana Gabriela Guevara le presentó a un muchacho de cabello castaño, barba partida y ojos cafés.

“Me dijo ‘es el hijo de Andrés Manuel López Obrador’. Yo me puse muy contenta y le dije ‘le regalé un pan a tu papá en Cuajimalpa, él no sabe que yo soy’ y el muchachito me contestó ‘sí supe de ese pan’, pero no comió”, cuenta doña María.

La mujer de la tercera edad es originaria de Guanajuato, vive en Lomas de San Lorenzo en Iztapalapa y está muy agradecida con López Obrador, porque gracias a él tiene una tarjeta de ayuda mensual.

“Si su hijo sigue la misma carrera que él, con intención firme y con ese mismo sentimiento que tiene por la nación, ojalá que el muchacho siga, y sí podría llegar a ser como su padre. Es agradable, saluda y es atento”, dice.

Andrés Manuel López Beltrán tiene la barba partida como su padre. Se para como él, hace las mismas pausas al hablar, tiene el mismo sonsonete característico del “Peje”, mueve las manos como lo hace Andrés Manuel López Obrador en sus mítines y también reparte besos en las mejillas de las señoras.

Como López Obrador, su hijo, de 27 años, Andrés Manuel López Beltrán, habla espontáneamente, sin palabras rebuscadas y manda a los militantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) a “cuidarse del sol porque está muy fuerte” y les dice que “hay que ir a la casa, cuando haya tiempo, cuando se pueda, túrnense para eso, y cuando estemos en las colonias hay que tratar de traer a más compañeros. Mi respeto, son ustedes ciudadanos de primera, que no les ven la cara”.

Le gustan los colores claros, también como a su padre. Usa camisas rosadas y celestes, pero a diferencia de Andrés Manuel, a su hijo le gustan los pantalones ajustados.

López Beltrán es el segundo hijo del primer matrimonio de Obrador con Rocío Beltrán Medina.

Y aunque dice, tiene años cerca de su padre, hasta hace unos días poco se sabía sobre su trayectoria: en 2009 estuvo involucrado en un escándalo por usar unos tenis de la marca francesa Louis Vuitton valuados en 800 dólares y por publicar fotografías en la red social Facebook paseando en yates acompañado de hermosas mujeres en bikini, por frecuentar antros lujosos y lugares exclusivos de Nueva York.

Andrés Manuel cerró su cuenta de Facebook y luego del escándalo del momento, el joven volvió al anonimato.

Fue el 3 de diciembre, después de su aparición en la conferencia de prensa en Médica Sur que siguió al infarto de López Obrador, cuando cobró notoriedad de nuevo.

Ese día llamó a los simpatizantes de Morena a realizar el cerco al Senado de la República.

“Sé que tenemos el corazón caliente, pero debemos actuar con la cabeza fría”, les dijo para después invitarlos a una manifestación pacífica. Como era la voluntad de su padre y la mejor manera de demostrarse su cariño.

Las especulaciones empezaron a surgir. Él, López Beltrán, el sucesor natural de López Obrador.

El que se quedaría con la estafeta del movimiento en construcción de partido político ahora que el líder está enfermo. El que pasaría sobre los otros dirigentes de Morena, como el segundo al mando, Martí Batres Guadarrama.

Luego López Beltrán se apareció una y otra vez en el cerco al Senado: el primer día a las once de la mañana y el segundo y tercero, dio recorridos a las 12 del mediodía que duraron alrededor de una hora.

En esos recorridos Andrés Manuel hijo experimentó la euforia de algunas señoras que se emocionaban al verlo pasar.

Siempre bajo la consigna de “ahí viene el hijo de López Obrador”.

Muchas mujeres lo besaron, abrazaron y se tomaron fotografías con él. Algunas lo recibieron con ruidos de sartenazos y otras con la bendición para su padre en el hospital.

La gente gritaba: “¡Cuídalo!”, “¡salúdame a tu padre!”, “¡viva López Obrador!” y Juan Moreno, un hombre originario de la delegación Azcapotzalco que hablaba  a través de un altavoz en la esquina de Avenida Paseo de la Reforma y la calle José María Lafragua lo presentó como “el junior”.

“Aquí está Andrés Manuel, el junior, el hijo de Andrés Manuel López Obrador”, gritó en medio de un grupo de manifestantes.

López Beltrán se detuvo y saludó a su presentador. Ahí les ofreció un breve mensaje de menos de dos minutos y siguió su recorrido.

Para Batres Guadarrama, Presidente del Comité Ejecutivo de Morena, el muchacho no es nuevo en el movimiento, es un militante importante y además, dice, es hijo de Andrés Manuel López Obrador.

“Ha tenido en estos últimos cuatro meses una responsabilidad en la parte oriente del Distrito Federal, además ha estado participando en algunas tareas en estados de la República. Tiene años participando, es Consejero Nacional y estuvo en el Congreso Nacional ahora que se decidió que Morena se convertiría en un partido político”, dice Batres.

El político enfatiza en que a López Beltrán se le propuso la Secretaría de Organización, pero que declinó para dar oportunidad a otros miembros del movimiento.

Batres afirma que como el hijo de López Obrador, hay otros dirigentes destacados, pero que como el padre, no hay dos.

“Andrés Manuel es un líder muy importante, es el punto de equilibrio en este país, sin el liderazgo de Andrés Manuel no nos dirigiríamos a ningún solo lado”, dice.

El dirigente prosigue: “Es el principal líder político del país, porque además tiene un liderazgo natural, real, no se deriva de algún cargo, se deriva de su iniciativa política y de la enorme conexión que tiene con las causas sociales”.

PREFIERE “TABAJO DE BASE” 

López Beltrán estudió Ciencias Políticas en la  Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dice que le gusta hacer política y que acompaña a su padre desde los 16 años en sus movimientos sociales.

Los últimos días han sido emotivos, llenos de reencuentros con viejos amigos que hizo durante los últimos 11 años.

Pero aunque el muchacho se ha expuesto ante la opinión pública y su aparición generó todo tipo de supuestos, dice que va más con el anonimato.

El hijo de Andrés Manuel reconoce que prefiere permanecer lejos de los medios de comunicación y que le gusta el trabajo de base y realizar tareas más operativas dentro del movimiento.

En una de las pocas entrevistas de duración de más de 50 segundos que otorgó a la prensa, después de uno de sus recorridos, el muchacho sonríe y contesta que no desea pasar sobre la autoridad de Batres y que su aparición en la escena pública es coyuntural.

“Estamos sacando adelante una coyuntura más que asumir un liderazgo. Esa es la versión que se han encargado de difundir ustedes, los medios, pero lo único que hicimos fue salir a dar por realidad una convocatoria que ya estaba acordada”, dice.

El hijo de AMLO dice que sólo sigue instrucciones de su padre, quien por el momento no se encuentra en condiciones de someterse al estrés de una movilización en contra de la Reforma Energética.

Para los seguidores de Obrador, el muchacho es aún muy joven para saber si en efecto, tiene madera de líder.

“Su hijo Andrés Manuel, está muy joven. Yo pienso que él puede llegar a ser un líder como su papá, en un futuro, pero todavía le falta, está muy joven le falta experiencia, sin embargo trabaja muy fuerte, es un buen elemento que pudiera ser un líder”, dice Elida Reyes, del Comité Estatal de Morena Veracruz.

Elida Reyes asegura que hasta el momento no hay otro líder como Obrador, opinión que comparte Edy Margarita Soriano, militante de Morena originaria de Cuautla, Morelos.

“El líder máximo es López Obrador, el hijo está aquí en ausencia del padre, pero es un compañero más de lucha”, dice.

Pero para Martín Martínez, de Morena Cuernavaca, López Beltrán se tiene que ganar a pulso un sitio dentro del movimiento.

“Yo siempre estoy a favor de que lo debe de decidir una asamblea, una gran asamblea. Andrés Manuel se ganó a pulso lo que ahora tiene, su hijo todavía está muy joven, no puedo decir ni que es bueno, ni que es malo, digamos que ahí va, pero tiene  que ganarse su lugar”, dice.