Coca-Cola pide al Gobierno y la sociedad mexicana que coopere contra la obesidad

12/10/2016 - 8:00 pm

Blanco de varias organizaciones civiles desde hace años, Coca-Cola México vio cómo en 2014 el Congreso mexicano impuso un impuesto de un peso (0,05 dólares actualmente) por litro a las bebidas azucaradas a propuesta del Gobierno de Enrique Peña Nieto, una medida que en opinión de Prats, el vicepresidente de Asuntos Públicos y Comunicación de la empresa, “no ha funcionado”.

México, 12 octubre (EFE).- Por ser un fenómeno multifactorial, la lucha contra la obesidad en México, uno de los países más golpeados por esta condición, debe tener una respuesta multisectorial, afirmó hoy en una entrevista con Efe el vicepresidente de Asuntos Públicos y Comunicación de Coca-Cola en el país, Joan Prats.

“Si no somos capaces de colaborar entre el Gobierno, la sociedad civil, la empresa privada y la academia en un problema tan complejo que no empezó ayer, que se viene generando desde hace muchos años, no seremos capaces de darle la vuelta a eso”, indicó Prats.

El ejecutivo español presidió esta semana la entrega del 40 Premio Nacional de Innovación y Ciencia de los Alimentos que la Industria Mexicana Coca-Cola convoca junto con el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), organismo público mexicano.

El premio está dotado con una bolsa de más de un millón de pesos (52.770 dólares) y en sus cuatro décadas de historia ha significado una inversión de más de 100 millones de pesos (5.27 millones de dólares).

Tras el evento, Prats remarcó a Efe la importancia que para la compañía tiene a nivel planetario el mercado mexicano, donde celebra en 2016 su noventa aniversario y en el que comenzó con un solo producto y actualmente cuenta con más de 500, además de ser destino de una inversión anual de 1.000 millones de dólares de la empresa.

Ese incremento de la oferta, en la que hay agua, zumos y lácteos, entre otros productos, “va muy en línea con la evolución de la sociedad mexicana en cuanto a aspectos de nutrición, hidratación, disminuir el aporte calórico, aportar vitaminas”, detalló.

“Actualmente estamos en un 40 por ciento en oferta de bebidas bajas en calorías o de cero calorías”, reveló sobre un asunto especialmente controvertido debido a que México lidera, junto con Estados Unidos, los índices de sobrepeso y obesidad en el mundo.

El aporte calórico de los refrescos, expuso Prats, “es menor” en la dieta nacional, de entre “el 4 y 6 por ciento” a través del azúcar, mientras que “el otro 90 y 96 por ciento está en el plato”.

Subrayó además que la población mexicana está experimentando “una disminución dramática de la capacidad de la gente de quemar calorías, de hacer ejercicio o de evitar ese sedentarismo al que parece que nos llevan las sociedades modernas”.

“Se ha visto una reducción dramática del ejercicio en el cambio de la población rural a las ciudades” y en el diseño de estas últimas, que no están pensadas “para que la gente ande y haga ejercicio” o carecen de “la seguridad” ciudadana para transitar por ellas.

Blanco de varias organizaciones civiles desde hace años, Coca-Cola México vio cómo en 2014 el Congreso mexicano impuso un impuesto de un peso (0,05 dólares actualmente) por litro a las bebidas azucaradas a propuesta del Gobierno de Enrique Peña Nieto, una medida que en opinión de Prats “no ha funcionado”.

“Está más que probado que un impuesto, un castigo, no funciona. Lo que hay que hacer es fomentar la educación, la motivación y los cambios de hábito en lugar de las prohibiciones o subirle el costo de los productos que se compran”, argumentó.

Según un estudio presentado en febrero pasado por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL, norte de México), ese gravamen provocó la pérdida de 10.800 empleos en el país.

“Se tiene que imponer el sentido común y apelar por políticas a largo plazo, hemos de tener paciencia porque esos hábitos cuestan de cambiar”, reflexionó Prats al ser consultado sobre la posibilidad de que el Congreso aplique una nueva subida tributaria en 2017.

El directivo añadió que estudios independientes divulgados en los dos últimos años han demostrado que “el impacto relacionado con la disminución de calorías por el cual este impuesto fue diseñado es de alrededor de unas 3 calorías”, en “una dieta de 3.100 calorías promedio”.

Consideró que “las soluciones a un problema tan complejo y multifactorial pasan por ser multisectoriales”.

“Eso pasa por educación, cambios de hábitos, tener información nutrimental y tomar decisiones sobre lo que uno come y bebe”, conociendo la información calórica que tienen los diversos productos, abundó.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió esta semana a los gobiernos que aumenten los impuestos a las bebidas azucaradas para que el precio final se encarezca 20 por ciento y se reduzca así el consumo de estos productos, a los que responsabiliza de la diabetes, las caries y la obesidad.

La OMS estima que el sobrepeso afecta a una de cada tres personas y 42 millones de niños lo sufren (11 millones más que en 2000).

La obesidad afecta al 11 por ciento de hombres y al 15 por ciento de mujeres de la población mundial.

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