Ciudad de México, 14 de octubre (SinEmbargo).- Las obvias relaciones entre la salud de una madre y sus hijos, durante el embarazo, son motivo de gran cantidad de estudios, ya que pueden dar pistas de ciertos padecimientos a futuro. Sin embargo, un estudio reciente revela ahora que la salud mental de las mujeres embarazadas puede repercutir de manera notoria en sus hijos cuando estos alcancen la edad adulta.
Los niños cuyas madres están deprimidas durante el embarazo tienen un ligero incremento en el riesgo de depresión cuando sean adulto. Según un estudio de la Universidad de Bristol, dicho riesgo puede reducirse si se adoptan los tratamientos adecuados.
El estudio analizó los datos de los niños de más de ocho mil madres que padecieron depresión postnatal o prenatal, y los resultados mostraron que estos menores de edad presentaban un riesgo de manifestar depresión de 1.3 veces más elevado de lo normal a los 18 años, publicó Journal of the American Medical Association (JAMA Psychiatry).
“La depresión durante el embarazo debe tomarse en serio y debe ser tratada porque parece que hay un riesgo a largo plazo para el niño, aunque es pequeño”, dijo la investigadora Rebecca Pearson, quien además agregó que este nexo se trata de “una asociación, no de una relación causal”, por lo que se necesita más investigación al respecto.
“El mensaje es claro: ayudar a las mujeres que están deprimidas durante el embarazo no sólo alivia su sufrimiento, sino también el de la próxima generación”, dijo Carmine Pariante del Instituto de Psiquiatría del King College de Londres.
Por su parte, Celso Arango, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, dio a conocer que también determinadas hormonas del estrés pueden afectar el desarrollo del niño cuando éste se encuentra en el seno materno.
Por tal motivo, el especialista cree que lo ideal para evitar estas incidencias sería tratar a las mujeres que presenten síntomas de depresión antes de que quedaran embarazadas. Sin embargo, dado la dificultad que implica llevar un control de esta naturaleza, los especialistas no descartan un tratamiento durante este periodo.
Al respecto, Arango dijo que los últimos hallazgos sugieren que los beneficios del uso de la fluoxetina (o Prozac) son mayores que los riesgos. Y agregó: “Los investigadores apenas están comenzando a darse cuenta de que no son los psiquiatras, psicólogos y neurocientíficos los que están teniendo el mayor impacto en la prevención de problemas de salud mental. Son los ginecólogos”.
“Si ya lo están (embarazadas) cuando se les diagnostica la depresión, es aún más importante tratarlas, porque va repercutir en la madre y el niño”, dice el artículo. Así mismo, los investigadores creen que hay distintos factores pueden estar involucrados en la depresión prenatal y postnatal, como los factores ambientales. No obstante, las conclusiones de los autores de la investigación indican que tratar la depresión en el embarazo, más allá de los antecedentes, puede ser lo más efectivo.
Finalmente, la profesora Pariante, es tajante al afirmar que ayudar a las mujeres embarazadas que sufren de depresión se “no sólo aliviará su sufrimiento, sino también el sufrimiento de la próxima generación”.
