LA IMAGEN DE LOS JUGADORES TAMBIÉN SE NEGOCIA

15/06/2013 - 12:00 am

Ciudad de México, 15 de junio (SinEmbargo).- Afuera del estadio de futbol “Eduardo Santos”, en la ciudad de Santa Marta; Colombia, hay una estatua que rinde homenaje a uno de los jugadores más emblemáticos que ha tenido el balompié en su historia: Carlos “Pibe” Valderrama, un artista de la pelota que llamó la atención por su pausado trote -algunos llegaron a pensar que jugaba caminando-, la maestría de sus pases y por supuesto, su peculiar melena de rulos rubios que lo hacían inconfundible.

A finales de los años 80 y principios de los 90, “El Pibe” desinflaba pelotas con su toque. Siempre con el “10” en la espalda, el jugador adquirió fama mundial por su buen juego y su apariencia tan distintiva al resto de los futbolistas. Eran tiempos en los que la mercadotecnia no invadía el espacio de los jugadores, se jugaba más de lo que se hablaba y al jugador “distinto” se le permitía ponerse unos tachones blancos y traer el pelo de forma extravagante. En la época del “Pibe” colombiano, un estilo se impuso.

ENTRE-FUT

El futbolista profesional está hecho de una extraña mezcla: Goza de la popularidad del actor que constantemente aparece en una pantalla y lo convierte en un personaje público, además posee la gracia del rock star en cuya carrera todo mundo quisiera estar inmiscuido. La élite del futbol es sin duda una de las burbujas del deporte más lujosas y también en la que rápidamente se pierde el sentido. La mercadotecnia en esta disciplina se convirtió en algo sumamente importante. En la actualidad, a la par del contrato como jugador, el futbolista negocia el porcentaje que dará al club por las ganancias que su imagen genera, factor que ha cancelado contrataciones que parecían consumadas.

EL FENÓMENO BECKHAM

Es común que los ingresos por publicidad rebasen al sueldo como futbolista. Por eso, al jugador que llega a la cima de este deporte se le recomienda jugar con todo lo que vende. Un chico inglés que debutó en el Manchester United tenía un golpeo de balón envidiable. Su carrera era prometedora desde sus capacidades futbolísticas, sin embargo, David Beckham es el atleta que redefinió el significado de la mercadotecnia deportiva. Hoy se recuerdan miles de promocionales en distintas firmas, pero al igual que el “Pibe” Valderrama, todo empezó en el cabello. Los distintos cortes de pelo de “Becks” marcaban tendencia en cuanto aparecía en la cancha con el nuevo look.

En la antigüedad, los cortes de cabello en las personas era una especie de distintivo entre las clases sociales. El significado de belleza empezaba a ser adoptado por el hombre. Es así como el futbolista ha regresado a tiempos pasados y manipula su pelo en una especie de ritual entre su ego y la confianza de ser una figura pública.

El “Pibe” Valderrama como buen caribeño cambió el ritmo del juego con el atrevimiento de quien lleva la música por dentro. En Inglaterra, el gentleman Beckham fue más pudoroso y siguió los dictados de la moda para definir el estilo de su corte: largo, a rape, corto, de mohicano, todo de acuerdo a la tendencia para luego reinventarla.

Hasta África se expandió esta moda. Un duro defensa central nigeriano que supo jugar en Europa llamó la atención por la desfachatez de su cabeza al usar tres pequeños chongos color verde. Taribo West tiene nombre de festival musical pero resultó ser un jugador reacio que defendía la zaga de las Águilas Verdes y del Inter de Milán. West fue de los primeros futbolistas que rompieron el código de distinción. Sus dotes futbolísticos no eran los de un elemento que definiera los partidos. El nigeriano se saltó esa tradición y sin importarle la falta de argumentos, logró colocar su imagen en los escaparates.

Foto: Efe
Foto: EFE

La inspiración que provocó el defensa africano llegó hasta Portugal. Un defensa lusitano asombró al mundo en la Eurocopa del 2000 con la extravagante imagen que reflejaba. Abel Xavier empezó siendo un jugador cumplidor que tenía grandes capacidades, pero que prefirió estar más tiempo en el salón de belleza que concentrado dentro de un terreno de juego. El portugués que jugó en el Liverpool usaba el cabello rubio artificial con distintas formas de peinado. En los últimos momentos de su carrera fue contratado por Los Ángeles Galaxy donde coincidió con David Beckham. Xavier atrajo mucho más público al Home Depot Center por sus looks que por su desempeño en la cancha.

EL CORTE DE PELO, UN PUNTO A NEGOCIAR

La imagen se convirtió en un imán de patrocinadores y seguidores. Hoy, un corte de pelo de Lionel Messi es suficiente para que Twitter se llene de comentarios y opiniones acerca de su nuevo look. Cristiano Ronaldo pelea en medio de su renovación de contrato con el Real Madrid, que éste le otorgue el 100% de los derechos de imagen que el jugador factura. Pero no sin antes haberse teñido el cabello de rubio y empezar a usar lentes de pasta, look que difundió a través de su cuenta de Twitter.

Actualmente, el pelo de los futbolistas es una de las principales armas para negociar. La evolución en fotografías de los jugadores más importantes es notoria. Ya no es únicamente el querer meter goles al ángulo, también parecerse a ellos es un objetivo. Números en la cabeza, frases y diversos teñidos sobre las raíces naturales son el pan de cada día. Neymar acaba de ser fichado por el FC Barcelona por un poco más de 50 millones de Euros. Y en las calles de esa ciudad se empieza a observar el peinado tipo mohicano que tanto deslumbró en Brasil.

De la melena extensa de Ronaldinho se aferró un equipo como el Barcelona que vibró con su magia. En los vestidores había un montón de botes de gel para que el brasileño saliera perfecto a la cancha con el look intacto. En el Arsenal, el defensa francés Bacary Sagna combinó su tez oscura con trenzas rubias que recorren la franja derecha de la cancha del Emirates. El ghanés Boateng posee cualidades que lo hacen uno de los mejores del mundo acompañando al peinado medio mohicano que copió su joven compañero italiano El Shaarawy mostrándose al mundo con un estático pico en su cabeza, mientras se quitaba rivales con muchísimo talento. Al problemático Balotelli se le acusa de arrogante. Poseedor de un don asombroso para su corta edad, sus cambios de look son tan frecuentes como sus arrebatos en la cancha.

Sin olvidarnos de Leonardo Cuéllar que defendía a los Pumas con el afro como bandera, en México jugadores como Adolfo “Bofo” Bautista maquilló su cabello con mensajes o escudos que lo hicieron llamativo cuando en sus mejores tiempos llevó a Chivas al ansiado campeonato XI. La melena de Luis Hernández fue portada en Francia 1998 por la garra del “Matador” con el cabello rubio volando. Antonio Mohamed tiñó el espíritu de sus Toros Neza cuando el once inicial apareció con el cabello pintado de colores. Duvier Riascos y Fidel Martínez le pusieron color a los Xolos campeón con su buen juego y sus extravagantes cortes de cabello.

La imagen del futbolista ha cambiado con el paso de tiempo. Cada vez es más importante lo que usa, lo que deja de usar, lo que promociona y sobre todo la moda que imponga. En 2002, el gran Ronaldo fue figura en el Brasil campeón del mundo en Yokohama. El delantero que se había levantado de un par de lesiones de rodilla, se cortó el pelo a rape con excepción de la parte frontal casi pegada a la frente. En su cabeza lucía  una especie de pedazo de sandía que a cualquier mortal se le pudo haber visto ridículo con el riesgo de perder su trabajo y ser objeto de burlas en su entorno. El verano de 2002 Brasil se llenó de jóvenes que se ponían la camiseta “9” con el nombre de Ronaldo. Salían de sus casas y camino a la playa hacían una parada en la peluquería. La arena se llenaba de “Ronaldos” con un pedazo de sandía en la cabeza.

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