México

Viejos reclamos de una sociedad harta salieron en las protestas: impunidad, corrupción, ineptitud

17/09/2017 - 9:00 pm

Mara Castilla solicitó una unidad de Cabify para llegar segura a casa. El chofer Ricardo Alexis, sin embargo, la atacó sexualmente, la asfixió y tiró su cuerpo en un paraje de Tlaxcala. El sujeto podría alcanzar una sentencia de hasta 85 años de cárcel, que parece insuficiente frente al dolor de la familia y conocidos que este domingo se reunieron desde las 12:30 horas en el panteón “Bosques del Recuerdo”, en Xalapa, Veracruz, para darle el último adiós.

Mientras se llevaba a cabo el funeral, miles salieron a las calles de la Ciudad de México y otros estados para protestar por el feminicidio. “Este Gobierno corrupto, señores, nos quiere desaparecer”, “ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, “Mara no fue hallada muerta, fue asesinada”, fueron las consignas que retumbaron el mediodía de este 17 de septiembre, dos días después de que el Gobernador de Puebla, José Antonio Gali Fayad, confirmara el crimen.

“Urge levantar la voz y decir que ya no queremos que nos maten”, dijeron a SinEmbargo. 

Ciudad de México, 17 de septiembre (SinEmbargo).- Estudiantes, músicas, amas de casa, abogadas, activistas y periodistas recorrieron este domingo las calles de la capital mexicana para protestar por el feminicidio de Mara Fernanda Castilla Miranda, estudiante poblana. Y salieron porque están agotadas de tanta violencia.

“Ya estoy cansada del acoso. Estoy cansada de las desaparecidas, de las asesinadas, de las violadas. Me duelen, me duelen mucho. Todos los días leer en las noticias que nos desaparecen, que nos violan, que nos matan y nadie le importa’’, relató a SinEmbargo Rosalba Cruz López, quien dirige el proyecto Mujeres-Poesía-Mujeres, el cual integra música, arte y feminismo.

“Urge levantar la voz y decir que ya no queremos que nos maten. Porque, además, no nos matan por ser estudiantes, o por ser adultas, nos matan por ser mujeres’’, afirmó Cruz López después de la manifestación que partió del Zócalo capitalino y concluyó en las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR).

Ella detuvo sus actividades por el brutal feminicidio de Castilla Miranda, quien pidió una unidad de Cabify la madrugada del viernes 8 de septiembre y no volvió a casa. El chofer, identificado por autoridades poblanas como Ricardo Alexis N, la raptó, violó y asesinó en un hotel. El cadáver de la joven, quien formaba parte de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), fue localizado el viernes 15.

Rosalba paró sus labores de este domingo para denunciar la impunidad que prevalece en los crímenes contra las mujeres en México. Lo mismo ocurrió con ciudadanos en los estados de Veracruz, Oaxaca, Jalisco, Coahuila, Guanajuato, Yucatán y Sinaloa, quienes se dieron cita en las plazas públicas para decir: “¡Alto!”.

“Este Gobierno corrupto, señores, nos quiere desaparecer”, “América Latina será toda feminista”, “ni una más, ni una más, ni una asesinada más”, “el feminismo es una lucha de todos”, “Mara no fue hallada muerta, fue asesinada”, fueron las consignas que retumbaron el mediodía de este 17 de septiembre, dos días después de que el Gobernador de Puebla, José Antonio Gali Fayad, confirmara el crimen contra Castilla Miranda.

LA IMPUNIDAD, LA VIOLENCIA ESTRUCTURAL

Mara compartía su segundo nombre con María Fernanda Gutiérrez Manzano, de 27 años de edad, quien fue apuñalada por Ricardo Cuevas Jiménez, su esposo, tras un arranque de celos. Ambas fueron asesinadas por ser mujeres. Ambas se unieron a la lista de feminicidios en el estado gobernado por el panista Gali Fayad.

En nueve meses del 2017, 83 casos de feminicidio se presentaron en Puebla. Ayer, sábado 16 de septiembre, activistas urgieron a las autoridades activar la Alerta de Género en la entidad.

Sólo había pasado una semana del año cuando ocurrió el primer ataque mortal. El 7 de enero, María Antonia Ruiz Bautista, de 43 años, fue degollada y golpeada hasta la muerte. Su novio, un sujeto identificado como Javier Maldonado, confesó el crimen con descaro. “Sí, yo la maté porque me provocó”, dijo el asesino.

A Mara, María y Antonia se unen Giselin López, Laura Pérez Reyes, Cristina Leyva, Mercedes N., Sandra Dolores Téllez, Aida Hermia Muñoz, Sofía Baltazar Salas, Flor Eleonora Becerra, Eusebia Hernández López, Ángeles N., María de Jesús H., Apolonia Contreras Alba, Efigenia Sosa, Viviana García Gastón, Miriam, Metzli Sarabia, Clara Díaz, Aidé Moreno, Dalia Ramírez, María N., Roberta Ángeles María, Maricela Gálvez Rico, Patricia Verónica Rosales, Concepción Martínez, Aurora Navarreta Nájera, Laura N., Virginia Morales Lucero, María Azucena Lara Hernández, Yolanda Badillo Cruz, Tulia Ginés Morales, Bárbara N., Emilia Ruiz, Celia Juárez Mineros, Bernarda E., Rosalía N., Miriam, Griselda, Soledad Sánchez, Lizeth Edith Guzmán Ramírez, María Luisa, Jessica Patricia Pérez, Noemí Guadalupe Vergara, Maura Luna Motolonía, Julia Rodríguez Corte, Rosario Morales, Cecilia Torres Rosales, Elvia Martínez, Minerva Hernández, Reyna Angélica Solís Aracén, Lucía Diego Ángeles, Alondra Magaly Romero, Juana de los Santos, Felícitas N., Enriqueta Trujillo, Socorro N., Araceli Gómez, Alma Rosa, Consuelo Salazar, María Luisa M., Dulce Castillo Mendoza, Dominga Vargas, Carmen Peñaloza Córdoba, María del Rocío Gómez Flores, María del Carmen Gabriela Valentín y 17 mujeres más -cuyas identidades no fueron reveladas-. Sólo en Puebla.

Sí, una lista de nombres de víctimas de feminicidio laceran a Puebla y a todo el país. Y laceran una y dos veces, pues primero ocurre el crimen y después viene la lucha contra las autoridades, quienes colocan barreras estructurales y no ayudan a las mujeres, de acuerdo a Mónica Herrerías, integrante del Frente Feminista Nacional, quien fue consultada por SinEmbargo.

“El nivel de impunidad y corrupción que se está teniendo al interior de cada una de las procuradurías estatales, de la propia PGR, es parte de la violencia estructural que finalmente está colocando en una situación de riesgo a mujeres, niñas, niños, y adolescentes”, lamentó Herrerías a un costado del plantón por los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa.

“Una mujer que está en situación de riesgo no se atreve a tocar la puerta de cualquier procuraduría porque sabe que no va a suceder nada, y no va a suceder nada en función de la violencia estructural que persiste”, profundizó.

HERIDAS PROFUNDAS

Entrevistadas por este diario digital, estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) coincidieron en una cosa: no es normal y no está bien normalizar conductas machistas. Ellas, integrantes de reconocidas casas educativas del país, sólo quieren salir a la calle y sentirse tranquilas, seguras de que volverán.

“Estamos heridas. Tenemos en la piel y en el corazón heridas muy profundas y eso nos hace sentirnos furiosas. A mí principalmente me hace sentir mucha rabia. Tengo miedo de ir a un baño público. Miedo a viajar sola en transporte público. Es indignante”, señaló Rosalba, ya antes citada en el texto.

“A los hombres no les pasa. Ningún hombre se siente con miedo de salir de una fiesta. Jamás sienten miedo como nosotras. No les da miedo tomar un taxi. Jamás pides a tus amigos que avisen que ya llegaron para saber que están bien, ¿no? Es tristísimo”, dijo.

Ella utiliza sus medios para levantar la voz. Y lo seguirá haciendo, dijo, hasta que la gente entienda. “Las familias de las desaparecidas tienen que estar haciendo la chamba (de las autoridades). Ellos no hacen su trabajo”, recriminó.

“Estamos heridas. Tenemos en la piel y en el corazón heridas muy profundas y eso nos hace sentirnos furiosas. Foto: Cuartoscuro.

SOLUCIONES: LA CONSTRUCCIÓN DE ESPACIOS Y LA IGUALDAD DE GÉNERO EN LAS ESCUELAS

Mara Castilla pidió un transporte privado para llegar segura a casa. Ricardo Alexis, sin embargo, la atacó sexualmente, asfixió y tiró su cuerpo en un paraje de Tlaxcala. El sujeto podría alcanzar una sentencia de hasta 85 años de cárcel, sentencia que parece insuficiente frente al dolor de la familia y conocidos de la joven, quienes se reunieron hoy, cerca de las 12:30 horas, en el panteón “Bosques del Recuerdo”, en Xalapa, Veracruz, para darle el último adiós.

Frente a la tragedia, los manifestantes llegaron a la PGR, en la Ciudad de México, y lo hicieron acompañados de la mamá de Lilia Alejandra García Andrade, víctima de feminicidio en Ciudad Juárez, Chihuahua. Ahí, exigieron la renuncia de autoridades, incluido el Procurador Raúl Cervantes Andrade.

A “un costado” del corazón capitalino, la rabia “golpeó” las instalaciones de la PGR y reapareció un cuestionamiento: ¿qué se hará a partir de ahora? Ya asesinaron a Mara, a Lesvy Berlín Osorio, a Lilia, a miles… ¿qué sigue? ¿Esperar? Para Cruz López y Lourdes García, integrante del FFN como Mónica Herrerías, el camino está en el trabajo -individual y en el de las instituciones-. En el primer caso, por ejemplo, la activista cree que la construcción de espacios para las mujeres es un inicio. En el segundo, en el de García, se insiste en promover la igualdad de género en las escuelas.

“Necesitamos una Procuraduría que sirva, un procurador que sirva, no nada más que esté simulando. No atienden los problemas del país -como la violencia contra las mujeres-. Nos dejan la responsabilidad a las mujeres, cuidarnos a nosotras mismas. Lo haremos, pero el Estado tiene la responsabilidad”, relató Naela Becerril, acompañante de Lourdes García.

A “un costado” del corazón capitalino, la rabia “golpeó” las instalaciones de la PGR. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.
“El nivel de impunidad y corrupción que se está teniendo al interior de cada una de las procuradurías estatales, de la propia PGR, es parte de la violencia estructural”. Foto: SinEmbargo.
“Una mujer que está en situación de riesgo no se atreve a tocar la puerta de cualquier procuraduría porque sabe que no va a suceder nada”. Foto:Carlos Vargas, SinEmbargo.
“Ya estoy cansada del acoso”. Foto:Carlos Vargas, SinEmbargo.
“Ni una más, ni una más, ni una asesinada más”. Foto: Carlos Vargas, SinEmbargo.
“Este Gobierno corrupto, señores, nos quiere desaparecer”. Foto: Cuartoscuro.

Carlos Vargas Sepúlveda
Periodista hecho en Polakas. Autor del libro Rostros en la oscuridad: El caso Ayotzinapa. Hace crónica del México violento de hoy. Ya concluyó siete maratones.
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