Artista convierte la Coca-Cola en agua potable en busca de “lo auténtico”

17/11/2014 - 12:00 am
Foto: Ronald Smits
La instalación de Smits pretende devolverle al agua su pureza. Foto: Ronald Smits

Ciudad de México, 17 de noviembre (SinEmbargo).- Pese a su fama y consumo generalizado en la mayor parte del globo. Son muchos los detractores de los refrescos. En particular, la Coca-Cola representa para muchos mucho más que un mal hábito y su proceso es, en definitiva, un derroche de agua en una época en la que precisamente esta escasea. No obstante, un artista holandés ha presentado una solución, aunque se trate de una instalación artística en la que por medio de un sencillo proceso de destilación logró convertir el contenido de una botella de refresco de cola en agua potable.

“Miré a la Coca_Cola no como Coca-Cola, sino como nunca he visto antes. Y entonces vi agua marrón sucia”, dijo el artista holandés Helmut Smits para quien filtrar el refresco para limpiar el agua potable era “algo lógico”.

Según dio a conocer el sitio Wired, desde el año 2006, Smits ha alimentado esta idea y los resultados fueron mostrados al fin durante una exhibición en la Semana del Diseño Holandés de este año celebrada en la ciudad de Eindhoven.

“Me pareció lógico filtrarla y devolverla a su estado original, agua limpia que pudiera tomarse, como hacemos con las aguas residuales”, agregó. De esta manera, con la colaboración del Grupo de Química Orgánica Sintética de la Universidad de Ámsterdam, el artista desarrolló un sencillo dispositivo de destilación al que denominaron “The Real Thing” (Lo auténtico).

Foto: Ronald Smits
Con un giro sarcástico, la pieza también hace referencia a una campaña publicitaria de la Coca-Cola. Foto: Ronald Smits

Por otra parte, el título de la pieza es un guiño a una gran campaña de Coca-Cola que se inició en 1969 y busca, de igual manera, ser sarcástico. “Por supuesto, el agua es lo auténtico”, enfatiza Smits.

El dispositivo está compuesto por un contenedor de cristal con agua, donde se sumerge una botella del refresco de cola. Después, se hierve el líquido del contenedor y como consecuencia del calor el refresco dentro de la botella empieza a evaporarse.

Posteriormente, en un proceso que a muchos les recordará la fallida película de Kevn Costner, Waterworld, el vapor se canaliza a través de un condensador hasta llegar a un vaso.

EL paso final se da justamente luego del proceso de condensación, en el que se añaden minerales para que el líquido resultante sea seguro para el consumo humano.

Foto: Ronald Smits
Foto: Ronald Smits

“En algunas partes del mundo, la gente no tiene acceso al agua, pero pueden comprar una Coca-Cola sin problemas”, dijo Smiths, quien además explicó que uno de los motivos que lo llevaron a realizar este proyecto fue que, “para un litro de Coca-Cola se llegan a utilizar hasta nueve litros de agua durante su producción, algo absurdo”.

Coca-Cola Company tiene un mal historial en relación al agua, incluso dejando de lado los efectos negativos para la salud que ya de por sí causa su bebida emblema. Sin embargo, el problema no radica tanto en que su cadena de suministro es mejor que la infraestructura local de muchas naciones.

De esta manera, se sabe que no sólo la elaboración de refrescos, sino el comercio de agua embotellada en general es una pesadilla ambiental llena de historias entre las que se encuentran historias como la de la utilización de las reservas de agua en la India para producir bebidas. A esta se suman otra serie de incontables leyendas urbanas que rodean a Coca-Cola, Dasani, y otras marcas.

Por su parte, la compañía trató de limpiar su imagen creando centros que distribuyen agua potable, alimentos, y Wi-Fi en los países en desarrollo. Sin embargo, Smits dice que ahora que el ha demostrado el concepto, no hay necesidad de ir más lejos.

No obstante, Smith adelantó que sus proyecciones no son acabar con la multinacional estadounidense convirtiendo sus productos en agua limpia, sino más bien, que la gente reflexione sobre el uso racional de los recursos naturales del planeta. “Sólo quiero que la gente se ría y, con suerte, que luego piensen sobre la mierda que ellos consumen”, finalizó.

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