Ciudad de México, 18 de junio (SinEmbargo).- La pesadilla que durante casi una semana vivió una joven maestra de Veracruz, al ser detenida y trasladada a un penal de alta seguridad por la supuesta posesión de 10 kilos de cocaína, terminó ayer cuando la Procuraduría General de República (PGR) anunció su liberación ante la existencia de evidencia que comprueba que la droga no era suya.
Ángel de María Soto Zárate, de 23 años, fue acusada de narcotráfico y consignada en menos de 48 horas al Centro Federal de Readaptación Social de Nayarit, sin ni siquiera darle tiempo de presentar pruebas de su inocencia.
Sin embargo, a unas horas de su consignación, el Procurador General de la República, Jesús Murillo Karam, anunció que la maestra sería liberada ante la falta de evidencia que comprueba que la droga era de ella.
“Nosotros investigamos a fondo, incluso en las primeras horas de este caso y por fortuna encontramos fotos donde está Ángel de María cargando su maleta (y no la de la droga)”, dijo en entrevista radiofónica.
Tras pronunciar estas palabras, Murillo Karam aseguró que la dependencia a su cargo ya había presentado el desistimiento de la acción penal y llamó al incidente como “raro, inadecuado e inconveniente”.
Desde que se dio a conocer el caso, cientos de ciudadanos e integrantes del grupo católico Comunidad Incienso de Dios (CID) lanzaron una intensa campaña en redes sociales para exigir la liberación de la joven con la etiqueta #liberÁDme.
Hace tres días simpatizantes de la joven se reunieron en el Parque Juárez de la ciudad de Xalapa, capital del Veracruz, delante del Palacio de Gobierno del estado vestidos con camisetas negras y con la cara pintada con una raya transversal rosa, para demandar la liberación de la maestra.
Además, la comunidad lanzó varias manifestaciones públicas para recabar apoyos para Ángel de María.
LA MALETA DE LA CONFUSIÓN
El jueves pasado, Ángel de María Soto Zárate tomó un vuelo con rumbo a Brasil, a donde acudiría para participar en la Jornada Mundial de la Juventud que encabezará del 23 al 28 de julio el Papa Francisco, a quien como devota católica, deseaba conocer.
Según las narraciones de amigos y familiares, al hacer escala en Perú, la maestra descubrió que había extraviado su pasaporte, por lo que buscó ayuda en la Embajada mexicana, a la que solicitó uno provisional para llegar hasta Brasil. Al no conseguirlo, tuvo que regresar al país, para lo que pidió a la aerolínea en la que volaba, LAN, que detuviera su equipaje y lo embarcara de vuelta a México.
Pero antes, en el mostrador le cambiaron el ticket original de su maleta, sin mostrarle el equipaje, con la consigna de que con ese nuevo número lo recogería sin problemas en el aeropuerto mexicano.
Ya en el aeropuerto del Distrito Federal, el sábado 13 de julio, Ángel de María Soto reportó que no estaba su equipaje en la banda donde se les entrega a los pasajeros. Acto seguido, policías federales adscritos a la terminal aérea la abordaron para cuestionarla sobre una maleta que había “aparecido” registrada con sus datos.
Dicha maleta contenía 10 kilos de cocaína. Y aunque desde un principio la joven educadora no reconoció como suya la valija, policías judiciales la detuvieron y pusieron a disposición de la PGR, que a su vez la remitió este lunes a un penal de alta seguridad en Nayarit, acusada de tráfico de estupefacientes, bajo la averiguación previa PGR/DDF/SZC/AIM/375/2013-07.
“Es mucho más grave de lo que parece porque la maleta viene documentada a su nombre, o sea, que el origen de este asunto es desde el momento en que se registró al maleta”, expuso Murillo Karam.
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