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Redacción/SinEmbargo

18/07/2017 - 5:41 am

El espectáculo de “Javidú” / Peritajes honestos y castigos ejemplares / Netas de AMLO

El de de ayer, se llevó a cabo la extradición de Javier Duarte de Ochoa ex Gobernador de Veracruz, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, el ex priista arribó a tierras mexicanas donde se está a la expectativa de lo que suceda con su caso. todos los reflectores parecen haberse volcado hacia el político veracruzano, que fue el protagonista de lo que algunos han calificado como un espectáculo.

El espectáculo de “Javidú”
El de de ayer, se llevó a cabo la extradición de Javier Duarte de Ochoa ex Gobernador de Veracruz, acusado de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita. En medio de un fuerte dispositivo de seguridad, el ex priista arribó a tierras mexicanas donde se está a la expectativa de lo que suceda con su caso. todos los reflectores parecen haberse volcado hacia el político veracruzano, que fue el protagonista de lo que algunos han calificado como un espectáculo. Por ejemplo, en Milenio, el periodista Carlos Puig, escribe que: “ayer fuimos espectadores del espectáculo que a veces confundimos con justicia. Rodeado de cámaras, seguimiento minuto a minuto, Javier Duarte salió de su prisión en Guatemala y llegó a una prisión mexicana. Arrancará ahora el largo camino procesal donde se probará si los investigadores mexicanos, federales y del estado de Veracruz, tuvieron la habilidad para desentrañar la red […] de dineros desviados y convertirlo en delitos perseguibles y punibles. Eso va para largo. Viendo el show, sin embargo, pensaba que de muchas maneras el daño está hecho […] y que durante los seis años del gobierno de Duarte hubo suficientes señales y advertencias, y al final, hechos concretos, que revelaban el desastre […]. Pienso que, como tantas cosas en el país y en especial con los gobernadores, es un problema, por supuesto que político y de voluntad, pero sobre todo estructural. Después de todo Duarte vivió, como todos los gobernadores, con Congreso a modo, contralores a modo, fiscal a modo. Si eso no cambia, volverá a suceder. Por eso es tan valioso el posicionamiento de ayer de las organizaciones de la sociedad civil frente a la clase política obstaculizando el Sistema Nacional Anticorrupción (SNA). Como dijeron: ‘Hay grupos de políticos y funcionarios que se oponen al cambio, y otros que son incapaces de construir de la mano de la ciudadanía a la que dicen servir o representar. Queremos vivir en un país justo y libre de corrupción. Durante este año, hemos identificado renuencia de algunos de los congresos locales a trabajar con las organizaciones civiles y académicas de los estados mediante la figura de Parlamento Abierto; hemos visto indiferencia hacia mejores prácticas al momento de hacer nombramientos tanto del Sistema Anticorrupción, como de sus espejos en los estados; y, hemos atestiguado flagrantes atentados contra el derecho a la privacidad y libertad de expresión de periodistas, activistas y defensores de derechos humanos. Esto tiene que parar’. Es cierto. Esto tiene que parar. Si no, solo nos quedará esperar el próximo Javidú. Y otro, y otro y así. Puro espectáculo”.

En otro ángulo de este espectáculo, la figura presidencial se hace presente el caso de Javier Duarte pues en la opinión del periodista Julio Hernández López en La Jornada:  “el caso de Javier Duarte de Ochoa tiene ingredientes peculiares, cuyo tratamiento con descuido, o con evidencias de favoritismo por instrucciones superiores, puede afectar significativamente la de por sí maltrecha imagen de Enrique Peña Nieto. El ex Gobernador de Veracruz forma parte, ciertamente, del amplio muestrario de ‘servidores públicos’ corruptos, en particular de la cada vez más abultada sección de los gobernadores ladrones, que están siendo buscados o detenidos hasta después de que cumplieron sus dañinos periodos administrativos. Pero, además de contar con el estigma de ser el más descollante de ese escaparate de putrefacción política […], Duarte de Ochoa posee el antecedente de haber hecho sentir, durante largos años, que tenía una gran relación de entendimiento, amistad e incluso camaradería con el actual ocupante de Los Pinos […]. En ese entorno se hablaba del cuantioso apoyo económico que Duarte de Ochoa había proporcionado a la precampaña y la campaña electoral del mexiquense, y de otro tipo de ayudas económicas. Sería una ofensa más a los mexicanos el pretender la utilización del todavía esposo de Karime Macías […] para que cante partituras antimorena o para simular un ataque de honestidad justiciera en el último tramo de una administración federal acentuadamente corrupta. Muchos indicios hay, ya, de maniobras en favor de Duarte de Ochoa que han sido ejecutadas o autorizadas por el alto mando federal. Ya se verá si el inicio del proceso judicial en tierras mexicanas forma parte solamente de un libreto de simulación”.

Ante estos hechos, dos coincidencias llaman la atención del periodista Carlos Loret de Mola, quien en su columna en El Universal, escribe que la primera coincidencia es que: “Javier Duarte llegó a México en el avión de Elba Esther Gordillo. Ayer que fue extraditado desde Guatemala […]. El 26 de febrero de 2013, Elba Esther Gordillo […] fue detenida en el aeropuerto de Toluca cuando aterrizaba procedente de San Diego, California. El avión en que viajaba era un Cessna Citation matrícula XA-UEF. La aeronave, dizque propiedad del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), era usada por la poderosa maestra Gordillo como su avión privado para trasladarse entre los lugares donde tenía propiedades e influencia política. Cuando la Procuraduría General de la República (PGR) le incautó el avión, éste se volvió aeronave oficial, por lo que fue rematriculado […]. En ese aterrizó Javier Duarte, ex Gobernador de Veracruz, en el aeropuerto internacional de la Ciudad de México, ayer […]. Por cierto, Gordillo y Duarte, entre muchas cosas que comparten, comparten abogado. Segunda coincidencia. El viernes hubo una larga reunión de gabinete en Los Pinos. Los convocados salieron después de lo que tenían previsto. Algunos se retiraron solos, otros armaron grupo para ir a comer. Me reportaron dos comidas, que quizá retratan a los comensales y la manera en que están ¿entendiendo? cada uno de ellos el momento político que vive su gobierno y su partido, el Partido Revolucionario Institucional (PRI), enrollado en una sucesión presidencial para la que luce como el más probable derrotado. El doctor José Narro, Secretario de Salud; Rosario Robles, Secretaria de Desarrollo Agrario; y David Penchyna, director del Infonavit; fueron vistos comiendo en el lujoso restaurante italiano Cipriani Masaryk, de moda en la zona de Polanco. Una botella de Pago de Carraovejas engalanaba la mesa. Los tres, funcionarios del sector social. Contrastó con otra mesa. Los clientes se sorprendieron cuando entraron muy trajeados José Antonio Meade, Secretario de Hacienda; José Antonio González Anaya, Director general de Pemex; y Mikel Arreola, Director general del Instituto Mexicanos del Seguro Social (IMSS). Ellos, a la taquería El Rincón de la Lechuza, en Miguel Ángel de Quevedo. Hay momentos, hay antojos, hay lecturas”.

Retomando las palabras expresadas hace unas semanas por el ex mandatario, en el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, hace una lectura de la extradición del político veracruzano y asegura que: “ya llegó Javier Duarte… ¿y ahora qué? Lo primero es reconocer que tenía razón cuando dijo aquello de: ‘Paciencia, prudencia. Verbal contingencia. Dominio de ciencia. Presencia o ausencia… según conveniencia’. Porque ‘paciencia y prudencia’ es lo primero que hay que tener pues el juicio al ex Gobernador priista de Veracruz va para largo. Todos quisieran que cumpliera aquello de ‘verbal contingencia’ y soltara toooda la sopa de con quiénes, de a cómo, en dónde y cuándo se dieron los distintos actos de corrupción que se le achacan, los que se le suponen y, por supuesto, los que hizo. Y en eso las Procuradurías, federal y estatal, tendrán que hacer alarde de su ‘dominio de ciencia’, para demostrar ante el juez, con pruebas y no con supuestos, que Duarte se clavó hasta las uñas. Por lo pronto lo primero es saber dónde encerrarán a Duarte, tanto por garantizar su seguridad como para evitar que se escape, ya que su ‘presencia o ausencia’ en la cárcel no puede ser ‘según conveniencia'”.

Peritajes honestos y castigos ejemplares
El socavón que tuvo lugar la semana pasada en el Paso Exprés de Cuernavaca, sigue causando polémica ante la exigencia cada vez más fuerte de la ciudadanía de Morelos y la opinión pública en general para castigar a los responsables de la obra. Por ello en Milenio, el periodista Carlos Marín, escribe que: “el paso exprés del socavón de la tragedia no es otra cosa que los cuatro carriles originales, ahora confinados, de la autopista México-Acapulco, con tres carriles más de cada lado, sumando diez. La obra consistió en consolidar el ancho de la carretera y colar una carpeta de concreto hidráulico, suministrado y colocado por una prestigiosa trasnacional mexicana especializada: Cemex. Antes, claro, las autoridades implicadas, los ingenieros de las empresas autoras del proyecto, de la ejecución y supervisión de la obra, debieron considerar, entre otros muchos factores, los relativos al desagüe. Lo que procede es que se nos garantice que peritos de probada honestidad realicen los estudios técnicos y científicos que esclarezcan, inequívocamente, las causas reales de lo sucedido y, a partir de sus dictámenes, fincar responsabilidades a quienes por acciones u omisiones provocaron lo que a todas luces era evitable. Especular sale sobrando o, peor aún, desviará la atención de lo verdaderamente importante: hay víctimas inocentes y deben imponerse castigos ejemplares”.

Pese a las peticiones de la ciudadanía sobre la destitución del Secretario de Comunicaciones y Transportes, no se divisan acciones disciplinarias en su contra. Así lo menciona en el Excélsior, la periodista Yuriria Sierra, escribiendo que “no se va. Que no, mientras su jefe así no lo disponga. Gerardo Ruiz Esparza sigue despachando en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Resolviendo los ‘malos ratos’ que su secretaría le hace pasar. En eso anda el Secretario, así su control de daños, por eso ahí sigue. Y tal vez su permanencia se deba a que en el futuro, otros horizontes le pintan o planea que le pinten. Y, a lo mejor, ese horizonte, pienso, es un puesto senatorial […]. Aunque sería su primera vez como legislador[…], no sería el primero en agregar a su carrera un periodo como Senador o Diputado […]. Así, en escalerita primero, en círculos después, la mayoría de quienes hoy están ‘al servicio del país’, buscan la manera de permanecer o mantener su hueso […]. Y después […] de garantizar su fuero. Y aunque siempre argumentan que lo que se busca es la continuidad de los programas que ponen en marcha, lo cierto es que lo único que mantienen son sus privilegios y su derecho a la impunidad […]. ¿Se imaginan que los hoy cuestionados secretarios o los que están a punto de ser exgobernadores o los operadores de los mismos (etc.) se conviertan en senadores en la próxima elección? Tendrían seguros seis años de fuero y de todas las ventajas que implica ese puesto legislativo […]. Y eso no sólo nos habla de los años de impunidad que tendrían por delante, sino también de que durante esos años quedarían detenidas todas las posibilidades del trabajo legislativo respecto a agendas tan urgentes como el combate a la corrupción, la eliminación del fuero, la urgente reforma electoral, y el largo etcétera de pendientes que todavía hay en la agenda nacional […]. Es deseable un Legislativo que debata, que discuta, a gritos y sombrerazos. Incluso, la parálisis legislativa sería preferible a la casa blindada en la que pueden intentar convertir a uno de los Poderes de la Unión. Un Legislativo que se convierta en guarida segura ¡por 12 años!, para todos aquellos que la necesiten”.

Netas de AMLO
De cara a las elecciones de 2018, los partidos comienzan a alistar sus estrategias para llegar a los ciudadanos y posicionar a su candidato. Movimiento Regeneración Nacional, es el único partido que tiene con seguridad a la figura que los representará en los comicios presidenciales del próximo año. Al respecto en El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “una estrategia de redes sociales ha lanzado el equipo de estrategas de Morena para posicionar lo que llama ‘las buenas acciones’ de su líder Andrés Manuel López Obrador. Las ‘AMLO netas’, como le llaman, son frases para ensalzar las propuestas del tabasqueño, como la revocación de mandato, la iniciativa popular, el referéndum y la consulta pública. El plan considera que los dirigentes y simpatizantes morenistas las muevan y compartan en las redes sociales. Nos comentan que las ‘AMLO netas’ surgieron por los tiempos en que el tabasqueño era jefe de gobierno del entonces Distrito Federal, pero ahora renacen como una estrategia en las nuevas plataformas digitales”.

En otro acto con el que busca hacerse presente AMLO, en Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que el tabasqueño: “lanzó su nuevo libro, Oye Trump, en el cual habla de sus ‘enseñanzas’ durante su gira por algunas ciudades de Estados Unidos, donde buscó ‘defender a los migrantes mexicanos y la soberanía del país’. El líder de Morena viajará a Los Ángeles el 29 de agosto para presentarlo junto con Elena Poniatowska, que escribe el epílogo, y Pedro Miguel, autor del prólogo.

Inseguridad: la realidad de México
Nuestro país enfrenta en la actualidad una crisis de seguridad, donde las autoridades se han visto rebazadas en la tarea de brindar tranquilidad a sus ciudadanos. En El Universal, su Editorial, asegura que: “la grave violencia que vive México va de la mano con la percepción de inseguridad en la que el país está envuelto […]. El incremento de delitos es innegable, al tiempo que crece el miedo compartido sobre esta situación. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), que levanta trimestralmente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), reporta en su ronda de junio que 74.9 por ciento de la población adulta considera que vivir en su ciudad es inseguro. Esta percepción se elevó en comparación con los indicadores de marzo de este año y de junio de 2016 […]. Los delitos de alto impacto son la normalidad en el México de hoy, mientras que desde hace tiempo nuestro país enfrenta una situación de violencia e inseguridad que el Estado no ha podido contener. Los gobiernos locales y federal, ya sea por complicidad u omisión, están rebasados en su intento de neutralizar este fenómeno que amenaza la estabilidad social. Aunado a ello, de forma paralela existe una percepción de inseguridad generalizada. Según el Inegi, una abrumadora mayoría asume como inseguro su entorno inmediato, sus medios de transporte y los espacios públicos en los que se desenvuelve […]. México es hoy un país inseguro, en el que el crimen organizado impone su forma de gobierno en distintas regiones […]. El problema de fondo no es la percepción de inseguridad, sino una realidad de violencia que se impone todos los días y ante la cual las autoridades de todos los niveles de gobierno, así como el sistema judicial, tienen una deuda inestimable. El reto, entonces, no es solo político, de políticas, sistémico o de procedimientos, sino cultural, por lo que la sociedad civil tiene que implicarse de lleno en este entorno […]. El camino hacia un país en el que impera el Estado de derecho requiere que las instituciones, los gobernantes, los grupos de interés y la sociedad civil asuman sus responsabilidades; implica una coordinación profunda entre todos ellos en aras de que impere la ley. Más allá de percepciones, sin seguridad no hay futuro para los individuos, para la democracia”.

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