Ciudad de México, 18 de septiembre (SinEmbargo).– Durante el mundial de atletismo de Moscú, Yelena Isinbayeva defendió la idiosincracia rusa que causó polémica por sus constantes mensajes en contra de la comunidad gay. Una de las mejores deportistas de la historia condenó las manifestaciones a favor que muchos otros participantes del mundial habían mostrado hacia el sector atacado por la política del Presidente Vladimir Putin. “Si permitimos que se promuevan y se hagan todas estas cosas en las calles, entonces nos daría mucho temor por nuestra nación, porque nos consideramos gente común y corriente”, declaró Isinbayeva, provocando una ola internacional de críticas.
Con Moscú envuelta en un ambiente de fiesta deportiva, en lo político se vivían días tensos entre manifestaciones del colectivo lésbico, gay y transexual (LGBT), en contra de la persecución que el estado ruso había provocado con sus leyes encontraba de cualquier propaganda a favor de la diversidad sexual. En días previos al mundial, un grupo neo-nazi había secuestrado aún joven gay para humillarlo. Horas después, el video subido a la red social VK provocaría un extenso rechazo de gran parte de la comunidad internacional. Asociaciones que defienden los derechos humanos, han intensificado el rechazo a la política impuesta por Putin. Entre tantas voces, una de gran peso ha pedido un boicot.
Stephen Fry es un una institución emblemática en todo el Reino Unido. Actor, escritor, productor, poeta, activista y altruista, ha escrito en su blog una carta abierta a David Cameron, Primer Ministro británico, para que los próximos Juegos Olímpicos de Sochi 2014 cambien de sede. La ciudad rusa, bañada por las aguas del mar negro, está lista para albergar al espíritu olímpico en julio del próximo año, justo un día después de la final del Mundial de futbol de Brasil. Fry, es una celebridad idolatrada por su creatividad constante. Estudiante de literatura inglesa en Cambridge, tardó en declararse gay para evitarse problemas sociales. Hoy, defensor de los derechos humanos, bandera de la diversidad sexual, le pide al Comité Olímpico Internacional (COI), un poco de memoria.
Stephen recordó la designación de Berlín en 1936, cuando la Alemania Nazi se preparaba para invadir Europa y escribir uno de los capítulos más vergonzosos en la historia de la humanidad con la Segunda Guerra Mundial. Para Fry, el olimpismo se manchó “bajo los jubilosos auspicios de un tirano que, dos años antes, había aprobado una ley por la que se separó, para que fuera objeto de una persecución especial, a una minoría cuyo único delito había sido una peculiaridad de su nacimiento”. Adolf Hitler utilizó los juegos como material propagandístico para sus propias causas antisemitas. La pureza del pueblo alemán, de la que tanto hablaba el dictador, se fortaleció con el simbolismo de los cinco aros.
Rememorando aquel sufrimiento judío, el activista inglés pide que la comunidad internacional no le de el visto bueno a Vladimir Putin con los juegos de Sochi. “Cada vez que en Rusia se le obliga a un adolescente gay a suicidarse, se viola por su bien a una lesbiana, matones neonazis matan a golpes a homosexuales y lesbianas con el beneplácito de la policía rusa (y todo ello sucede constantemente), el mundo pierde un poco de valor y al menos yo sufro al ver cómo se repite la historia”, escribió Fry consternado. El inglés estuvo en Rusia donde se enfrentó a un político afín al discurso político establecido donde le reclamó de frente después de escuchar sus argumentos.
El olimpismo siempre está envuelto en un sinfín de polémicas conforme han ido pasando los años y las exigencias socioeconómicas del COI aumentan conforme a la situación de la sede designada. Para 2008, críticas internacionales llovieron sobre la designación de Beijing para organizar unos Juegos Olímpicos en medio de serias demandas de derechos humanos por la situación en la que vivían millones de personas en el campo. Organizar un evento de tan alta demanda, como lo son también los mundiales, conllevan una fuerte inversión dejando de lado una realidad social. Stephen Fry se ha unido, con toda su voz autorizada para que el espíritu olímpico cambie de sede. Para el inglés, si el COI sigue con sus planes, “los Cinco Anillos quedarán por siempre enfangados, deshonrados y arruinados a los ojos del mundo civilizado”.
