Lo echábamos de menos: ¡Kiko Veneno en México!

21/11/2014 - 12:04 am
El cantautor español ofrecerá un concierto íntimo en El Bataclán el próximo 25 de noviembre. Foto: Especial
El cantautor español ofrecerá un concierto íntimo en El Bataclán el próximo 25 de noviembre. Foto: Especial

Ciudad de México, 21 de noviembre (SinEmbargo).- “Te echo de menos” es una de las tantas canciones populares del entrañable cantautor español Kiko Veneno. Podría adaptarse perfectamente a lo que los muchos admiradores de culto que tiene el autor de Échate un cantecito sienten frente a su ausencia en México.

No lo pasan por la radio, no da conciertos en forma habitual y en una encuesta súbita y repentina el resultado arrojaría un número desventajoso: nadie conoce a Kiko Veneno. Sin embargo, nadie es una exageración, puesto que los pocos que saben de su existencia, pueden llenar El Bataclán más de una vez seguida, incluso un Foro Alicia y va de suyo que aquellos que en México saben de su arte practican una admiración cercana al fanatismo.

Es imposible no ser fervoroso, hiperbólico, cuando de este artista inconmensurable nacido como José María López Sanfeliu en Figueras, Gerona, el 3 de abril de 1952, se trata. Y hete aquí que ha regresado a México para dar a conocer las canciones de su reciente disco Sensación térmica, cuyo primer sencillo “La vida es dulce” es reflejo de la buena forma artística que ostenta el Veneno querido.

“Quiero sentir el peso del mundo, volver a oír entre las olas del mar, del mar profundo, la voz lejana que me susurra, la vida es dulce”: esa es la nueva letra de un hombre que sabe hacer letras prodigiosas, escuchando –como dice- hablar a la gente en la calle.

Así, con frases “venenosas”, típicas de una obra personal e inclasificable, ha sabido pedirle a la amada que lo abandona el día nefasto en que “lucharon Caos contra Control y una llamada no logró parar el tiempo y te grité” que no le deje sus “personal bilongis”.

O ha puesto a hablar al Lobo López de la temperatura y “parece mentira en el mes que estamos y tanto calor” cuando encuentra a su amada. Porque siempre, lo sabe el Kiko, lo sabe el Veneno, en al amor se opone “un muro de metacrilato” que “no nos deja vernos ni manosearnos” y para esos casos una buena canción siempre resulta oportuna y necesaria.

Mister Poison, como le dicen los que sabe cómo se las gasta inoculando inolvidables y aflamencadas sensaciones con su música, trae entonces su nuevo álbum bajo el brazo, con el que se ha sacado las ganas de trabajar con el productor Raül Fernández, Refree, en quien ha encontrado al aliado ideal para dar vida extra a canciones que están entre las más inspiradas de su creador en mucho tiempo.

Tras más de 35 años de carrera, donde aparte de revivir las canciones de Échate un cantecito en una gira plena de éxitos, recibió el prestigioso Premio Nacional de Músicas Actuales en 2013, al Kiko se le dio por la experimentación o, en todo caso, por volver a la experimentación evidenciada en el lejano 1977, cuando publicó Veneno, junto a Raimundo y Rafael Amador.

“Babú”, según describe la Rolling Stone España es la segunda canción y “arranca con una base electrónica inédita en su discografía. Un sampler que se mezcla con una mandolina y un sintetizador Moog. Kiko, de 60 años, medio rapea una frase tan dura como premonitoria: Ayer comí y eso se acabó”.

“Los planetas”, “Sabes o no”, “Malagueña de San Juan de la Cruz”, “Mala suerte”, “No cal patir” son otros de los títulos que integran Sensación térmica, un disco de “canciones raras que la gente nunca habría pensado que habría hecho, pero a mí lo que me gusta es la libertad. Está feo que yo lo diga, pero doy por buena mi experimentación”, dijo, a la vez que explicó que el título del disco obedece a la intención de “dejarte una temperatura más agradable de la que realmente hace”.

Al fin, Kiko Veneno en México. Foto: Especial
Al fin, Kiko Veneno en México. Foto: Especial

SU TRAYECTORIA EN MÉXICO

Veneno, crecido en el mundo subterráneo, esgrimiendo siempre la bandera de la independencia, volviendo y yéndose de las multinacionales que nunca pudieron encorsetar sus “volando voy” provocador y sustancioso, dio a conocer en 1992  el disco primordial Échate un cantecito, uno de sus grandes éxitos masivos, un trabajo de catálogo que todavía se vende a ritmo parejo y que dio pie a un flujo constante de creatividad expresado en 14 discos en solitario.

Y de eso hablará seguramente mañana, 22 de noviembre, en las conclusiones del laboratorio de creación musical organizado en DF por la Fundación SGAE, una misión que cumplió desde el 17, en el marco de la XVI Semana de Autor que contó también con la participación de sus colegas y compatriotas Lucía Scansetti y Canijo de Jerez.

Por México estuvieron José M. Salinas (Dapuntobeat), Santiago Mijares (Big Big Love), y Fernando Zamorano (O Tortuga), quienes compartieron sus experiencias a través del intercambio creativo y la experimentación, en la búsqueda de fomentar nuevos repertorios.

El resultado del intercambio podrá disfrutarse este sábado 22 durante un concierto en el Centro Cultural de España, a cargo de Camilo Lara, del Instituto Mexicano del Sonido.

LA ENTREVISTA

Entrevistar a Kiko Veneno es una de las cosas más difíciles que existen en esta profesión. Frente a la grabadora, cierra muy fuerte los brazos sobre su pecho en señal de que no va a permitir que nadie entre a sus pensamientos, mira a lo lejos y contesta lacónicamente, a veces con un monosílabo.

Claro, no será siempre así con todos los periodistas y habrá aquellos frente a los cuales el artista se desnude un poco, aunque hay que decir que es su aire retraído y su evidente e irrefrenable timidez lo que justifican en cierto modo la entrevista, porque al igual que su obra, el diálogo con Kiko Veneno plantea nuevos y vivificantes desafíos.

–¿Odias a la prensa?

–No, hombre, no. Lo que pasa es que soy perezoso para muchas cosas y entre ellas para dar entrevistas. La prensa cumple un papel de difusión indudable. Ahora estoy aquí, en México, disfrutando de la música de acá, no voy a muchos conciertos, pero absorbo todo a mi alrededor.

–¿No te pesa hacer algo en relación con la SGAE?

–No, yo defiendo a la SGAE. Tiene tormentas, tiene huracanes, como dices, pero pasa en todos lados. Aunque debo decir que los problemas financieros y los descontroles económicos han sido muchos menores que en otros sitios u organizaciones. Hay que defender a la SGAE, no a los descontroles, porque es un organismo que defiende los derechos de autor y además da mucho servicio y muchas prestaciones a los músicos. Permite estabilizar una profesión y el compromiso social y político que eso conlleva. Que se respeten los derechos de autor mediante un contrato civil sin intervención del Estado es algo muy importante y lo hemos conseguido gracias a la SGAE.  Es algo que no debemos perder, sobre todo frente a los claros ataques que existen para que esa intervención directa entre los músicos y el público acabe en manos de las redes de las televisiones y las redes telefónicas.

Su nuevo disco es "Sensación térmica". Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
Su nuevo disco es “Sensación térmica”. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

–¿Cómo han sido los últimos años de camino totalmente independiente?

–Bien. Los discos son asequibles, mucho más que antes. Sensación térmica lo hice con Raül Fernández, Refree y lo que hago es luego darlo a una disquera para que lo distribuya. De hecho, vine a México también para eso, para tener conversaciones con las disqueras y ver de que mi música esté aquí.

–En Latinoamérica eres un artista de culto…

–En España soy casi un clásico y me sigue mucho la gente, lo que me da gusto, pero en Latinoamérica no me conocen. He estado en Latinoamérica pero más que nada por mi devoción hacia los países del continente, pero no he tenido mucha oportunidad de tocar y de mostrar mi música. He viajado por el placer de viajar más que por motivos. Siempre es agradable tocar y cantar donde estés, pero mis discos no salieron al mercado latinoamericano, así que no he podido desarrollar mi carrera ni en México ni en Argentina o Colombia. También sé que en todos esos lugares hay aficionados muy entusiastas

–¿Cuándo sale la canción perfecta?

–Nunca se sabe. Ahora mismo antes de venir aquí estaba componiendo y la verdad es que nunca sabes del alcance que va a tener lo que haces. Tratas de encontrar las frases adecuadas, las palabras, el ambiente que sugieren esas palabras, junto con la música…

En El Bataclán ofrecerá un concierto con su guitarra. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo
En El Bataclán ofrecerá un concierto con su guitarra. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo

–Luego están tus frases tan identificables en la realidad pero que a poca gente se le ocurriría ponerlas en una canción

–Suelo utilizar mucho las frases de las conversaciones cotidianas, porque para mí son muy ricas. Ahora estoy componiendo con mi amigo José M. Salinas (Dapuntobeat), en esta iniciativa de la SGAE y por supuesto que se me han pegado algunas expresiones mexicanas

–Como “ni modo”. Por ejemplo: “Las horas siguen y ni modo que te olvide”…me va gustando como queda

­–Llegaste a México cuando todo arde, ¿qué idea tienes de este país?

–La de un país muy complejo, con mucha fuerza, con muchas capas de oscuridad también…ay, parezco un chamán que está analizando las líneas de la mano de México.  Veo a la gente joven reír por la calle de un modo que los mayores rieron nunca. Yo canto y cuento lo que veo. Veo a gente mayor con una tristeza profunda. Veo a un pueblo apasionado y amigable. Después hay una pequeña capa de miedo que persiste en las esquinas y creo que se trata del miedo frente a un poder organizado para desproteger al ciudadano y no para protegerlo que es lo que sería lo normal.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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