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CNDH: Policías de Veracruz y CJNG “cocinaban” a los desaparecidos; PGR no lo agregó al caso Duarte

23/07/2017 - 11:30 am

La recomendación por desaparición forzada enviada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos al Gobierno de Veracruz reveló la forma en que delincuentes y miembros de la policía estatal operaban toda una red logística para desaparecer personas de manera sistemática. En el documento 5VG/2017 se toman extractos de las declaraciones aportadas por los civiles detenidos por la desaparición de los cinco jóvenes de Playa Vicente, en enero del 2016 en Tierra Blanca.

En el texto, presuntos miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación narran cómo mataban a sus víctimas, con saña y frialdad, incluso, se daban tiempo para consumir sus alimentos y tomar bebidas refrescantes mientras pasaban largas horas “cocinándolos”, para no deshidratarse ante la fogata.

De origen, la CNDH cambió los nombres de los 19 inculpados, y los de las cinco víctimas, por letras con números para no violar el debido proceso, ya que son personas que están a la espera de sentencia en distintos penales del país, y la mayoría en el de Cosamaloapan.

Sin embargo, la Procuraduría General de la República no los incluye en las carpetas del caso Javier Duarte.

Por Laura Rojas

Ciudad de México/Veracruz, 23 de julio (SinEmbargo/BlogExpediente).– La reciente recomendación por desaparición forzada enviada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) al Gobierno de Veracruz describe la forma en que delincuentes y miembros de la policía estatal operaban toda una red logística para desaparecer personas de manera sistemática.

En el documento 5VG/2017, la segunda que llega a Veracruz por desaparición forzada, se toman extractos de las declaraciones aportadas por los civiles detenidos por la desaparición de los cinco jóvenes de Playa Vicente, en enero del 2016 en Tierra Blanca.

En ellas, miembros del Cártel de Jalisco Nueva Generación narran cómo mataban a sus víctimas, con saña, frialdad, incluso, se daban tiempo para consumir sus alimentos y tomar bebidas refrescantes mientras pasaban largas horas “cocinándolos”, para no deshidratares ante la fogata.

Lo mismo les pegaban con un bate que con una cachiporra que tenía inscrita la leyenda: “no mientas”, les cortaban la cabeza, los desmembraban y arrojaban en tambos metálicos con capacidad de 200 litros, que tenían perforaciones para drenar los desechos producto de la combustión alentada con diésel.

Se presentan a continuación algunos extractos de dicho documento que, a decir de los padres de Playa Vicente, le faltó mucho para cumplir con las expectativas que tenían.

De origen, la CNDH cambió los nombres de los 19 inculpados, y los de las cinco víctimas, por letras con números para no violar el debido proceso, ya que son personas que están a la espera de sentencia en distintos penales del país, y la mayoría en el de Cosamaloapan.

Los civiles detenidos son Luis Delfino Alcaraz López, José Dolores Zetina Robles, José de Jesús Padilla Barajas, Odín Acevedo Muñoz, Cristian Guevara Gordillo, Enrique Saldaña García, Ismael López Mendoza, Bernardo Vázquez Borbón, Manuel Razón Cerda, Adolfo Velásquez Ramírez y Miguel o Manuel Saldaña García, alias Kramer, éste último detenido en octubre pasado, en Cosamaloapan.

QUE TRAIGAN EL DIÉSEL

Parte de declaración aportada por uno de los policías que participaron y que aceptó la culpabilidad al haber llevado a los chicos desde Tierra Blanca hasta el rancho El Limón, para entregarlos a una célula del Cártel de Jalisco:

“En su ampliación de declaración ministerial del 18 de febrero de 2016, AR8 refirió los siguientes hechos:

“[…] después de un rato […] se llevaron a todos [V1, V2, V3, V4 y MV] hacia enfrente por un camino que conduce a la parte baja del terreno cerca como de un río o arroyo, [AR7] y yo no bajamos pero caminamos por la parte alta del terreno y nos paramos en un lugar de donde podía observar todo lo que hacían y vimos cuando los acostaron a los cinco jóvenes incluyendo a la muchacha boca abajo y los recargaron sus cabezas sobre una piedra y vi cuando uno […] agarró un hacha grande como de cincuenta centímetros de larga y con la parte que no tiene filo le daba un golpe muy fuerte en la nuca y los mataba ya que veía que después del golpe ya no se movían, así le hizo a cada uno hasta matar a los cinco […] vi que cerca de donde estaban allá abajo habían dos tambos metálicos con capacidad de doscientos litros los cuales estaban un poco oxidados y tenían unas perforaciones a los costados en forma de V y escuché cuando gritaron que trajeran el diésel y vi como comenzaron a bajar bidones de diésel […] le dije a [AR7] que mejor ya nos fuéramos […]”.

17 HORAS COCINANDO

Extracto de declaración aportada por uno de los 11 civiles, miembros del cártel, consignada en la recomendación para reflejar la responsabilidad entre autoridades y maleantes:

En la declaración ministerial que rindió PR1 el 14 de marzo de 2016 declaró:

“[…] serían como a las dos de la tarde del día once de enero del año dos mil dieciséis, cuando unos policías estatales […] bajaron una muchacha le llevaban tapada la cara y en las manos iban amarrados, en cuanto llegaron los cinco los recibimos, desde un principio yo participe porque ya sabía a que los llevaban […] una vez que los recibimos, [PR6, PR7 PR8 y PR9], los llevaron hacia un costado de un pequeño río […] yo estaba haciendo vigilancia en la parte de atrás de la casa que esta de frente, pasaron como cinco minutos cuando me asomé como a diez metros y vi a los cinco jóvenes que estaban boca abajo y noté que ya no se movían al parecer les dieron un golpe en la cabeza no sé con qué instrumento, entre los cuatro [PR6, PR7 PR8 y PR9] los mataron, mientras yo auxiliaba en la vigilancia […] cuando me acerco para llevarles el agua y refresco, ya estaban los cuerpos desmembrados, en dos tambos de fierro que se utilizan en aceite […] tenían orificios en los lados y son para que drenara la grasa, el diésel o como respiradero […] se empezaron a rolar de dos en dos, a estarle echando diésel a los tambos para que se quemaran bien los restos, eso duró hasta las cinco de la mañana […]”.

LOS DESMEMBRADOS

Declaración de otro detenido, en donde explica el método para desaparecer mediante fuego a las víctimas.

PR3 en la declaración ministerial del 14 de marzo de 2016 manifestó lo siguiente:

“[…] acerca de los cinco muchachos que se ahora que se llaman [V1, V2, V3, V4 y MV] yo vi que se los entregaron a [PR1] […] los mocharon, con serruchos o seguetas […] para después cocinarlos, en los tambos de doscientos litros […] donde les echan diésel y los queman y se consume todo en un tiempo de tres horas aproximadamente, quedando solo cenizas […] los restos que quedaban los aventaban al río que está cerca o en los cañales […]”.

Declaración de civil detenido en donde relata la responsabilidad de cada quien cuando tenían sometidas a las víctimas, incluso, que se dieron tiempo para tomar sus alimentos:

“PR6 refirió en la declaración ministerial que rindió el 15 de abril de 2016, lo siguiente:

“[…] bajamos a los cinco a la orilla del río y yo baje a la chica, el […] baja a uno de los chicos, y ya [PR1] baja a otros, [PR7] baja a otro chico y ya con los cinco abajo los tiramos al suelo boca abajo [PR8] agarra un hacha y le da un hachazo en la nuca a cada uno de ellos, […] y le quitamos la cabeza yo a dos y […] a uno y [PR7] al otro, [PR8] agarra una camioneta va por diésel y [PR7] hace la comida mientras yo y otros descuartizamos a los cinco y que casi yo fui el que descuartizó a los cinco jóvenes y los dejamos ahí, llega [PR8] los dejamos y vamos a cenar y al acabar de cenar [PR9] se quedó a dormir y yo me fui a hacer la guardia, [PR7 y PR8] se bajaron a echarlos en los tambos y los queman con diésel y al día siguiente […] siendo aproximadamente las siete horas ya una vez quemados tiran las cenizas al río […]”.

Del contenido de la declaración ministerial que rindió PR7 el 15 de abril de 2016, se extrae lo siguiente:

“[…] en el Rancho El Limón que se encuentra en Mata Trapiche, parte de Tierra Blanca Veracruz, ahí nos llevaron a los jóvenes en el mes de enero de este año [2016] que desaparecieron en Tierra Blanca, Veracruz y nos los entregaron los elementos de la policía estatal […] nosotros es decir, el suscrito, [PR6] y otros más los matamos […] a batazos […] y [PR1] los remato con el hacha y luego los metimos en tambos y les echamos diésel les prendimos fuego hasta que se consumieran y los aventamos al río […]”.

LOS INCRIMINAN

Extracto de la declaración de uno de los policías detenidos, en donde reconoce haber entregado a los chicos al Cártel de Jalisco, porque presuntamente eran de otro grupo rival.

Cuestionado sobre este detalle en la recomendación, el vocero del grupo, Bernardo Benítez, dijo que los delincuentes que están tras las rejas buscaron incriminar a las víctimas con la finalidad de justificar sus actos. Rechazó tales dichos y dijo que un delincuente diría lo que sea con tal de buscar salvarse.

En la ampliación de la declaración ministerial que rindió AR8 el 18 de febrero de 2016, refirió que:

“[…] entramos a un rancho que conozco como Mata Trapiche […] en ese lugar estaban seis personas masculinas jóvenes como de veinticinco años, me baje y abrí la cajuela y las personas que estaban ahí bajaron a los jóvenes que llevamos en la camioneta […] y los metieron al cuartito sentándolos en el piso, luego sacaron uno por uno y los comenzaban a golpear con un cinturón en el pecho y en la espalda preguntándoles para quien trabajaban y otra vez dos de ellos dijeron que trabajaban para el cártel del Golfo […]”.

PR3 en su declaración ministerial del 14 de marzo de 2016, expuso:

“[…] acerca de los cinco muchachos que se ahora que se llaman [V1, V2, V3, V4 y MV] yo vi que se los entregaron a [PR1] de ahí los tablearon y con la misma tabla les dieron en la nunca […]”.

PR6 en su declaración ministerial del 15 de abril de 2016, ante la autoridad ministerial del fuero común en Cosamaloapan, refirió que:

“[…] el día once de Enero del año en curso [2016] siendo aproximadamente las doce horas recibe un mensaje el encargado del grupo [PR1], en el que le dice que vamos a tener visita […] una hora después llegan a bordo de un automóvil […] cuatro jóvenes y una jovencita, […] los bajan y los metemos en un cuarto de cemento después sacamos a la chica y a uno de los jóvenes y los interrogamos […] y les pegamos como cinco o diez batazos […] nos dieron la orden que los matáramos solo por andar diciendo que ellos eran los chidos de ese lugar y que andaban fanfarroneándose […]”.

RANCHO DEL HORROR

Declaración de otro civil detenido, que explica para que servía el rancho El Limón, al cual supuestamente llegaron las autoridades ministeriales gracias a denuncias anónimas de pobladores de Tlalixcoyan:

Por su parte PR1 en la declaración ministerial que rindió el 14 de marzo de 2016, manifestó lo siguiente:

“[…] llegue a Tierra Blanca el día catorce de febrero del año dos mil quince […] cuando estuve ahí ya supe que era DELINCUENCIA ORGANIZADA, y que pertenecíamos al [Cártel Jalisco] […] me consta que el rancho ́El Limón ́ era utilizado para ejecutar, desmembrar y calcinar con diésel a las personas y también servía como taller para realizar alteraciones y modificaciones a vehículos […] el día lunes once de enero del año en curso [2016], ese día estábamos [PR6, PR7, PR8 y PR9] […] después de desayunar, estando en la casa, fue que se recibió un mensaje de texto […] el contacto del teléfono decía COYOTE, ese sujeto al parecer era quien daba las órdenes a todos los encargados, yo leí el mensaje, el mensaje decía que íbamos a tener visita […] como a las once del día, nos pusimos a la espera todos, de ahí se recibió otro mensaje, ese mensaje lo leyó [PR8] y que al parecer eran de cuatro a cinco pero no especificaban si eran hombres o mujeres […] serían como las dos de la tarde del día once de enero de dos mil dieciséis, cuando unos policías estatales […] se estacionaron, nosotros ya los estábamos esperando, se bajaron los dos policías que iban adelante […] y bajaron una muchacha le llevaban tapada la cara y en las manos iban amarrados […] a los hombres los bajaron de la parte trasera siendo cuatro […] una vez que los recibimos, [PR6, PR7, PR8 y PR9] los llevaron hacia un costado de un pequeño río que está en el rancho […]”.

ÚLTIMO DESTINO

En la ampliación de su declaración ministerial, del 18 de febrero de 2016, AR8 (Policía) refirió los siguientes hechos:

“[…] El lunes once de enero del año en curso [2016] […] a las once horas con diez minutos […] [AR7] recibió una llamada a su teléfono celular […] quien le llamó fue [AR2] […] informándole que habían intervenido un vehículo con 5 personas a bordo los cuales eran unos chavos de Playa Vicente que se les habían hecho sospechosos […] después de la llamada telefónica [AR7] se lo informó a [AR5] […] por lo cual [AR5] nos mandó a checar […] para saber el lugar exacto en donde tenían a las personas intervenidas, indicándole que se encontraba en la gasolinera que se ubica atrás de Chedraui, que fueron [AR1, AR2, AR3 y AR4] quienes tenían intervenidos a los chavos […] cuando íbamos llegando al punto notamos que tenían […] a los chavos dentro de la unidad […] [AR7] vía telefónica le indicó a [AR2] que se movieran de donde estaban y que se pararan más adelante, esto se lo dijo porque en la gasolinera hay cámaras de vigilancia por lo que avanzaron unos metros y se detuvieron, que iba en primer lugar el [vehículo] intervenido, seguido por la unidad de policía y más atrás íbamos nosotros […] una vez que se pararon, el copiloto del [vehículo] se pasó a la unidad de policía y el copiloto de la patrulla se pasó al [vehículo] continuamos avanzando hasta llegar a una vulcanizadora que está a orilla de carretera en donde nos metimos hacia mano derecha en una calle de terracería y en la primera cuadra dimos vuelta a la izquierda, lugar donde nos paramos bajando a los jóvenes del vehículo.

“Después de que les pidieron identificaciones le preguntaron de dónde venían contestando los intervenidos que venían de una fiesta de Veracruz y que iban para su casa […] después de eso los subieron a la unidad todos adentro de la cabina en la parte trasera, a dos de ellos les colocaron esposas, [AR7] nos indica a [AR6] y a mí que nos llevemos el [vehículo] por lo que [AR6] se coloca como chofer y yo en el lugar de copiloto […] cuando [AR6] y yo íbamos a la altura de la tienda Chedraui [AR7], me habló a mi teléfono […] me dijo que lo esperáramos en el rancho las Torres […]

“Al poco rato llego [AR7] […] y me dijo que me fuera con él […] y le dijo a [AR6] que se fuera a Paso del Toro por la libre y que allá lo encontrábamos por lo que nosotros nos dirigimos hacia la entrada conocida como La Campesina […] hasta llegar a unos cañales donde nos hizo señas uno de nuestros compañeros policías para indicarnos el lugar exacto donde se encontraba la unidad con los chavos intervenidos […] que tenían acostados en el piso sobre el monte boca arriba atados de las manos hacia atrás a cuatro varones y que estaban golpeados y con un poco de sangre en sus ropas a la altura del pecho y estómago y a la muchacha la tenían en la cabina de la camioneta y vi que a ella no la habían golpeado […] los subimos a la [camioneta] […] y para que cupieran bajamos el respaldo del asiento trasero y los subimos por la cajuela sentándolos de frente de dos en dos con las piernas encogidas hacia el pecho y las manos atadas hacia atrás en el asiento del copiloto se fue la muchacha y [AR7] y yo me fui manejando, diciéndome que me fuera hacia la entrada a Joachin.

“Entramos a un rancho que conozco como Mata Trapiche [El Limón] […] en ese lugar estaban seis personas masculinas jóvenes como de veinticinco años, me baje y abrí la cajuela y las personas que estaban ahí bajaron a los jóvenes que llevábamos en la camioneta y los metieron al cuartito […] después de un rato se llevaron a todos hacia enfrente por un camino que conduce a la parte baja del terreno cerca como de un rio o arroyo, [AR7] y yo no bajamos pero caminamos por la parte alta del terreno y nos paramos en un lugar de donde podía observar todo lo que hacían […] le dije a [AR7] que mejor que ya nos fuéramos […] por lo que nos retiramos en la camioneta […] y salimos por […] la autopista La Tinaja-Tierra Blanca y nos fuimos rumbo a Paso del Toro por la libre a salir a la carretera de Santa Fe y en un lugar conocido como La Capilla recogimos a [AR6] que había dejado el [vehículo] abandonado y nos regresamos a Tierra Blanca […]”.

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