“Se encuentra realizando el mismo programa de orientación cultural que realizaron anteriormente los otros (refugiados)”, declaró a Efe el portavoz para Asia-Pacífico de OIM, Joe Lowry.

El portavoz del Ministerio del Interior camboyano, Keo Sarin, indicó al diario local Phnom Penh Post que el refugiado llegó la semana pasada y que se trata de un miembro de la minoría musulmana rohinyá, perseguida en Birmania (Myanmar).

Con este son cinco las personas acogidas al acuerdo alcanzado por Australia y Camboya en septiembre de 2014, por el cual el primero paga cerca de 40 millones de dólares (31 millones de euros) para ubicar en suelo camboyano durante cuatro años a algunos de los cientos de inmigrantes ilegales que retiene en la isla de Nauru.

El pacto se estrenó el pasado junio con tres iraníes y un rohinyá, de los cuales el último regresó a Birmania el mes pasado.

Grupos defensores de los derechos humanos y ONG que trabajan en Nauru han criticado el citado acuerdo y que las autoridades australianas garanticen a los refugiados que Camboya es un país sin problemas de corrupción, que respeta los derechos humanos y con buenas infraestructuras.

El lunes pasado, la relatora especial de la ONU para los derechos humanos en Camboya, Rhona Smith, advirtió de que el clima de confrontación política en el país asiático se acerca a un “peligroso punto de inflexión”.

Australia reactivó en 2012 la política de internar en centros abiertos en terceros países, como Nauru y Papúa Nueva Guinea, a los solicitantes de asilo que intercepta en aguas internacionales, medida criticada por la ONU y otras organizaciones internacionales.

Muchos de estos inmigrantes huyen de conflictos como los de Afganistán, Darfur, Pakistán, Somalia y Siria, y otros escapan de la discriminación o de la condición de apátrida, como las minorías rohinyá, de Birmania, o bidun, de la región del Golfo.