ENTREVISTA | “Las elegidas”, de Jorge Volpi, un tratado contra la trata

28/09/2015 - 12:00 am
El escritor mexicano, a dos semanas del inicio del Festival Cervantino, que dirige. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo
El escritor mexicano, a dos semanas del inicio del Festival Cervantino, que dirige. Foto: Luis Barrón, SinEmbargo

El escritor mexicano  explora una leyenda prehispánica para denunciar con una novela escrita en verso un delito de vigencia extrema

Ciudad de México, 28 de septiembre (SinEmbargo).- Para el escritor Jorge Volpi (Ciudad de México, 1968) la novela constituye un elemento imprescindible para la humanidad.

“Al contrario de lo que piensa mi admirado Paul Auster, quien cuando recibió el premio Príncipe de Asturias dijo que amaba las novelas porque no servían para nada, creo que las novelas sirven para muchas cosas y que si no fuera así la especie humana no las habría creado y perfeccionado a lo largo de tanto tiempo”, dijo en una entrevista que le realizáramos hace ya nos unos.

“Por un lado, las novelas nos permiten meternos en la piel de otros, que es algo prácticamente imposible más que con la ficción literaria; además, al formar parte de las decisiones y sentimientos de los personajes, nos permiten reforzar esa idea imaginaria pero esencial que es la idea de que todos los seres humanos somos iguales”, agrega.

El laureado autor de En busca de Klingsor, El fin de la locura y El temperamento melancólico, entre otros, ha elegido la novela para narrar en Las elegidas un drama social de gran vigencia: la trata de personas.

Pero esta vez, también ha elegido la música y el cine para dar forma a una historia nacida al conocer la leyenda de Tenancingo, en Tlaxcala, donde la prostitución y la trata de personas tienen gran raigambre popular desde tiempos inmemoriales.

“La leyenda sostiene que, desde épocas prehispánicas, los habitantes de Tenancingo, en el estado de Tlaxcala, se han dedicado -como otros pueblos a la cerámica o a la alfarería- a una profesión singular: la prostitución.

Más allá de que esta versión sea cierta o producto de una invención malsana, no hay dudas de que a lo largo del siglo XX ha existido allí una tradición criminal que se prolonga hasta nuestros días. Muchos padres del lugar educan a sus hijas para ser prostitutas y a sus hermanos para traficar con ellas.

En 2001, fue descubierta la red de los hermanos Julio, Tomás y Luciano Salazar Juárez, quienes llevaban años secuestrando a jóvenes mexicanas para obligarlas a prostituirse en Tijuana y en los “campos del amor” cerca de las plantaciones de fresas de San Ysidro, California”.

Con estas palabras, el escritor mexicano Jorge Volpi hace referencia en su blog personal a la obra Las elegidas que ha servido de inspiración para la película homónima, dirigida por David Pablos.

“Mientras David retomaba algunos de los personajes de la excéntrica familia de traficantes de mujeres dibujada en la historia original -en especial los más jóvenes-, y les daba nueva vida en un guión escrito por él, yo la conducía hacia otros dos proyectos. En primer lugar, tomé las voces de cuatro de las protagonistas -dos víctimas, una de las jefas de la banda y una policía mexicano-americana- para escribir el libreto de la ópera Cuatro Corridos, comisionada por Susan Narucki y el departamento de Música de la Universidad de San Diego”, explica.

“Las historias que se cuentan en la película, la ópera y la novela han de servirnos para ver y oír justo aquello que obviamos o silenciamos”, afirma el escritor y director a la vez del Festival Cervantino.

LAS HISTORIAS DE LAS ELEGIDAS

Las elegidas es un universo de padrotes y polleros que parte desde una premisa del Génesis, cuando Abraham entró a Egipto y le dijo a Saraí, su mujer: “Di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya y viva mi alma por causa de ti”.

“Es una historia terrible, lo que se describe es tan terrible que necesitaba encontrar una forma que pudiera darle fuerza sin que perdiera el carácter terrible y sin llegar a ser amarillista”, dice Volpi, quien ha elegido “la fragilidad del verso” para contar su leyenda.

Las elegidas es la historia del Chino y Salvina, su mujer; de Luciano e Inés; de Rosario y Estrella, sus hijas. Es la historia del Mayo, sobrino del Chino y del Víbora, su compadre. Del pollero, El Gato y del Gringo, mandamás de los “campos del amor” en la tierra de “la leche y la miel”. Es también la historia de Ulises, el hijo predilecto del Chino.

Jorge Volpi (México, 1968) es autor de las novelas La paz de los sepulcros, El jardín devastado, Oscuro bosque oscuro y Memorial del engaño; de la “Trilogía del Siglo XX” formada por la mencionada En busca de Klingsor (Premio Biblioteca Breve y Deux-Océans-Grinzane Cavour) y No será la Tierra, y de las novelas breves reunidas bajo el título de Días de ira. Tres narraciones en tierra de nadie.

También ha escrito los ensayos La imaginación y el poder. Una historia intelectual de 1968, La guerra y las palabras. Una historia intelectual de 1994 y Leer la mente. El cerebro y el arte de la ficción.

Con Mentiras contagiosas obtuvo el Premio Mazatlán de Literatura al mejor libro del año en 2008. En 2009 le fueron concedidos el II Premio de Ensayo Debate-Casamérica por su libro El insomnio de Bolívar.

Ha sido becario de la Fundación J. S. Guggenheim, fue nombrado Caballero de la Orden de Artes y Letras de Francia y en 2011 recibió la Orden de Isabel la Católica en grado de Cruz Oficial. Sus libros han sido traducidos a más de 25 idiomas.

Una novela sobre la trata de personas. Foto: Especial
Una novela sobre la trata de personas. Foto: Especial

Si fijas la mirada allá, muy abajito, distinguirás el pueblo en miniatura, las techumbres de lámina y asbesto, ¿ya las viste?, las bardas con las garigolas de las bandas, la arenisca y el chapopote diseminados por las calles, mira bien, como si te alzaras en globo aerostático y se te vinieran encima las casuchas idénticas a las que poblaban esa maqueta con ferrocarriles a escala que armabas cuando niño, sólo que aquí hace siglos que no hay ferrocarriles —ni juguetes—, ahora otea para allá, hacia ese edificio cuadrangular con el patio hundido bajo la resolana, desciende lento y contemplarás a las morritas que brotan apiñadas de la escuela, míralas con sus faldas tableadas, sus blusas blancas, sus suéteres verde bandera, sus coletas, sus carcajadas, mira cómo salen de la escuela dizque a comprar quesadillas, jícamas con chile, gansitos, cazares, papas con valentina, míralas qué sanas, qué robustas, desciende un poco para que avistes sus caderas y sus cinturitas mientras brincan al resorte, manotean por la avenida, se alocan con los galanes de las telenovelas, atisba sus pechitos redondeados, sus pieles café con leche, imagínalas mientras juegan a la roña y se exhiben ante sus compañeros —y ante los varones que como tú las saborean—, tantas morritas en flor, tantas, listas para que te pavonees enfrente de ellas, para que las esculques y las tientes, para que elijas a una, la más dulce, la más bonita, la más tierna, y te la lleves lejos, muy lejos, a la tierra de la leche y la miel… (fragmento)

–El tema de la prostitución despierta muchas dudas morales, por un lado se trata de la explotación sexual, por el otro forma parte de una decisión individual de la mujer que se dedica a ese oficio…

–Sí. Aunque Las elegidas no es estrictamente una historia sobre la prostitución, sino sobre la trata de personas. En realidad es una historia de esclavitud sexual, que está más allá de esa discusión que mencionas y donde no cabe la prostitución. Las elegidas son mujeres que son engañadas, secuestradas, utilizadas sexualmente y cuando intentan escapar, golpeadas e incluso asesinadas. La discusión sobre la prostitución, es más amplia, es verdad. Hay quienes ven en la prostitución otro asunto de explotación sexual y están los que consideran que se trata de una actividad de libre elección para la mujer adulta.

–¿Por qué te llamó tanto la atención la leyenda prehispánica de Tenancingo?

–Bueno, me llamó la atención precisamente que un pueblo, no todo el pueblo, claro está, se dedicara desde hace tanto tiempo a la trata de personas y la prostitución. No en vano tres de los criminales mexicanos más buscados en los Estados Unidos por tráfico de mujeres eran de Tenancingo. Hay ahí un fenómeno singular, no se sabe si desde la época prehispánica, aunque hay testimonios claros de mediados del siglo XX de este hecho que me parece terrible. Rastreando las historias me encontré con la familia de los hermanos Juárez, que son quienes encuentran un nuevo mercado para la actividad en los Estados Unidos, en los ’90, la época en que se firmó el Tratado de Libre Comercio. Una historia entonces que se vuelve doblemente terrible porque se vuelve una doble explotación; por un lado llevar a estas mujeres para que sean usadas sexualmente por los trabajadores indocumentados que hacen labores campesinas en forma ilegal en los campos del sur de California.

–Y ahí es cuando la historia se vuelve literaria

–Sí, porque comenzó a ser una obsesión para mí. Y fue un proceso muy largo. Comencé  a escribirla en 2008, como un guión, se lo enseñé a Pablo Cruz, de Canana, y él compró los derechos para el cine. El director David Pablos y yo estuvimos trabajando durante un buen tiempo en el guión, un trabajo que se interrumpió. Mientras David se encargaba del guión, me comisionaron la realización de una ópera para la Universidad de California en San Diego y allí se convirtió en Cuatro corridos. Sólo un poco después decidí hacer la novela en verso.

–Con La tejedora de sombras, sentí que comenzabas a llevarte bien con los personajes femeninos

–Sí, me lo dijiste. Creo que sí, que desde No será la tierra –una historia de cinco mujeres- se han convertido para mí en seres cada vez más importantes.

–Hay un gran desafío con el lenguaje

–Sí, porque está escrita en verso. La visión estética es la de un poema. Ya había intentado algo así en Oscuro bosque oscuro, pero en Las elegidas lo llevo al extremo.

–Y un defensor acérrimo de las novelas como tú, ¿se sintió bien en el campo de la ópera y del cine?

–La verdad, muy contento. Me gusta ese trabajo de colaboración. Son circunstancias distintas, de todos modos. Con la ópera y la película tenía muy claro que yo trabajaba al servicio de los compositores y del director, respectivamente. En la novela, yo tengo todo el control. Entonces, me gustó mucho explorar todas las posibilidades y sobre todo inspirar a otros artistas con mi historia.

–Eres un gran melómano, ¿cómo es con el cine?

–También, soy muy cinéfilo. Creo que lo que más hago es eso, escuchar música, ver películas y también series, claro

–¿Qué serie estás viendo?

–La última temporada de Game of Thrones y la segunda temporada de Epitafios.

–Al frente del Cervantino, ¿cómo has visto el anuncio de creación de una Secretaría de Cultura?

–Con el Cervantino estoy muy contento. Es el mejor trabajo que he tenido en mi vida, justo por mi pasión por la música y el teatro. Tengo la posibilidad de programar el mejor festival artístico del continente, lo cual es maravilloso. Siempre hay desafíos y problemas administrativos, pero uno finalmente se acostumbra a lidiar con esas cosas del sector público y cultural en el que siempre he creído. Estamos a dos semanas del inicio y todo va muy bien. Creo que la creación de una Secretaría de Cultura es una idea muy positiva en general. CONACULTA nació en el sexenio de Carlos Salinas y creo que cumplió muy bien su labor, pero tiene infinitas fallas jurídicas y administrativas que nos hacen a todos el trabajo doblemente complicado. Una Secretaría de Cultura que reordene todas las instituciones culturales del país es necesaria.

–¿México está en un estado terminal?

–México vive una situación muy difícil. Con una grave crisis de credibilidad ciudadana, asociado a todo lo que ha pasado a lo largo de estos 15 años de transición a la democracia, que en lugar de llevarnos hacia un sitio que esperábamos mejor, es más bien todo lo contrario.

–¿Las elegidas es una novela de denuncia de muchas cosas que pasan hoy en México?

–Los temas éticos siempre me han preocupado. Lo que sucede aquí es que regreso a un tema mexicano de ficción, algo que no hacía desde hace mucho.

 

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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