Guadalajara (México), 31 ene (dpa) – Se llama Guillermo Cienfuegos, pero es más conocido por su nombre artístico, Lagrimita, un payaso que ha protagonizado varios programas en la televisión en los últimos 20 años y que ahora quiere gobernar Guadalajara, la segunda mayor ciudad de México.

“No tenemos propuestas, tenemos sueños, porque queremos una Guadalajara feliz”, afirma el precandidato a la Alcaldía de una de las ciudades más reconocidas del país, situada unos 550 kilómetros al noroeste de la capital.

Bajo el lema “es tiempo de que un payaso de verdad gobierne”, Lagrimita se hace acompañar de su hijo Costel, también payaso, en su primer reto: lograr el apoyo del dos por ciento del padrón electoral, es decir 23 mil firmas de ciudadanos con credencial para votar.

De cumplir con este requisito antes del 27 de febrero, entonces se convertirá en candidato ciudadano para las elecciones del 7 de junio.

En México, el prestigio de la clase política no goza de cabal salud. La desaparición y presunto asesinato de 43 estudiantes después de ser perseguidos por órdenes de un Alcalde y denuncias de conflicto de interés por la compra de mansiones de la familia presidencial han minado la credibilidad.

En ese contexto, la incorporación de un payaso en el proceso electoral ha dado de qué hablar dentro y fuera de Guadalajara.

“Como que la gente ya está harta del sistema. Hemos dejado todo en las manos de los políticos y nos han desilusionado”, afirma Lagrimita luego de terminar un acto de campaña en El Sauz, un popular conjunto habitacional localizado en el sur de la ciudad.

El hombre de la nariz roja y la voz aniñada comentó a la agencia dpa los motivos que lo animaron a entrar a un proceso electoral. “Bajando de un vuelo de Los Ángeles vi un anuncio de las candidaturas ciudadanas y me dije: voy a ver si es cierto que cualquiera lo puede ser”.

Cienfuegos tiene el aval de la autoridad electoral del estado de Jalisco para hacer campaña como payaso. Para ello se remitió a una resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que en mayo del 2012 aprobó que el candidato que lo solicite podrá utilizar su “alias, sobrenombre, mote, apodo o seudónimo en las boletas electorales”.

“Los políticos tienen puesta la careta de la hipocresía, nosotros somos más auténticos como payasos”, dijo Lagrimita a las aproximadamente 250 personas que se reunieron en su acto de campaña en El Sauz, muchos de ellos niños.

Los dos payasos dedicaron 20 minutos a sus bromas habituales, y cinco minutos para pedir a la gente su firma para lograr las 23 mil necesarias.

¿Y si llegaran a ganar, qué harán con la responsabilidad de gobernar a una de las ciudades más importantes de México? “Vamos a hacer lo que la gente nos diga”, afirma.

En su página oficial, lagrimitapresidente.com, enumera diez propuestas de gobierno como dar trabajo a viejitos cuidando y manteniendo los parques, poner payasos como empleados públicos para que siempre se le dé buena cara al público, tener bella a Guadalajara y que en seguridad se va a tener “la policía más amable del mundo”.

Lagrimita y Costel son populares. Tienen su público, pero también cuentan con detractores porque parte de su programa consiste en hacer burla de doña Mary, una anciana de aspecto humilde, o ser sarcásticos con un obeso llamado El Chahuistle.

Cuestionado al respecto Lagrimita insultó a los reporteros. Los llamó pagados. Dos días después ofreció una disculpa.

Ésta será la primera ocasión que se incorpora la figura de la candidatura ciudadana en el estado de Jalisco, donde se encuentra Guadalajara. Para ello se inscribieron 15 personas que aspiran a una alcaldía o diputación.

Para el politólogo de la Universidad de Guadalajara Andrés Valdez Zepeda, esto es un avance porque “representa una inquietud de una parte de la sociedad: tener una alternativa distinta a los partidos políticos”.

Sin embargo, no es optimista en el caso de Cienfuegos. “Yo creo que en Jalisco va a ser más una anécdota el que un hombre que se dedica a lo cómico esté participando como candidato”.

El analista político añade que “hay dos lecturas, y una es que es una estrategia del propio Partido Revolucionario Institucional (PRI, en el poder) para dividir a la oposición. Divide y vencerás es una estrategia histórica para conservar el poder”.

“La otra lectura es que Lagrimita no tiene la estatura política ni el conocimiento. Es una aventura más. Una anécdota que le pondrá sabor a la contienda”.

En la lucha por Guadalajara el candidato del Movimiento Ciudadano Enrique Alfaro encabeza las encuestas de las preferencias electorales por encima del priista Ricardo Villanueva. En las columnas políticas el comentario es que Lagrimita es alentado por el PRI.