PATISHTÁN QUEDA LIBRE 13 AÑOS DESPUÉS

31/10/2013 - 4:20 pm
Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.
“Si dejo de reír, es un día perdido para mí”, dijo Patishtán luego de ser liberado. Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

Ciudad de México, 31 de octubre (SinEmbargo).– “¿Quién es Patishtán? Patishtán soy yo. Una persona que no sólo oigo, sino escucho. Soy una persona que está perdiendo la vista, pero lo veo claramente”.

“Es uno que solamente vio lo que estaba pasando, quedó mirando, quedó viendo lo que estaba pasando en aquellos años, en que nuestros gobernantes han dicho que ya no hay esclavitud. Pero me topé que como indio existe el olvidó y la marginación de los pobres”.

“¿Qué significa la libertad? Yo sentí que desde el primer día que llegué a la cárcel estoy libre… estoy libre en conciencia, y ante los ojos de Dios. Si dejo de reír, es un día perdido para mí”.

Esas fueron las primeras palabras públicas en libertad del profesor tzotzil Alberto Patishtán Gómez, libre después de 13 años de cárcel por el asesinato de siete policías que la justicia mexicana nunca comprobó, pero aun así tampoco lo declaró inocente.

Patishtán habla con dificultad el español.

En una conferencia de prensa en la Ciudad de México, en la que fue recibido con música de marimba, el maestro originario de la comunidad de El Bosque, Chiapas, denunció que en el 2000 y antes, la gente pobre, la gente que no sabe español, ignorante, se refugiaba en las personas que saben un poco más o saben leer un documento o puede expresarse.

“En aquel tiempo, me acuerdo, que me topé con una autoridad, o tirano en otras palabras, quiso esclavizar a la gente. Dije: ‘hasta aquí nomás’. No me queda otra que alguien tiene que salir por ellos, y salí a defender a mi pueblo cuando el Presidente Municipal, Manuel Gómez Ruiz, hacia malos actos… esa fue la causa por la que fui a la cárcel”, recordó.

Todo estaba listo para destituir al Alcalde en mayo de 2000, pero 15 días después vino la emboscada y a consecuencia de eso lo llevaron a la cárcel y lo sentenciaron, narró.

“Pero soy inocente ante los ojos de Dios y ante mí mismo”, afirmó. Ahí comenzó una batalla por no aceptar esas cosas, sino por defender al pueblo oprimido, añadió.

“Pero para esas personas que siempre tienen el poder para joder consiguieron dejarme en la cárcel”, agregó.

“Encontré llantos”, dijo. “Tuve que desempeñarme como sacerdote para orar por los enfermos”. Fue sicólogo, abogado, doctora, cosas que no es, pero lo hizo para ayudar a los presos indígenas.

En la cárcel, dicen las autoridades, “se acabó la ley, pero eso no es cierto. Es el comienzo para iniciar la lucha”, afirmó.

“Somos espurios dentro de la cárcel”, añadió, “pero no es cierto… somos cosa sagrada. A lo bueno le llaman mal y a lo mal le llaman bien.

Por eso me sacaban de una cárcel a otra, agregó. Mucha gente tacha a los que están en la cárcel de delincuentes, pero no todos: “Habremos la mitad que sí cometió mal, y la mitad que estamos de pilón”.

Nunca había subido en un avión, “mi estreno fue cuando me llevaron a Guasave”, bromeó.

Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.
Foto: Francisco Cañedo, SinEmbargo.

“Gracias. Sigamos construyendo, pero lo importante es que no estamos comenzando, sólo hay que continuar… Y otro: que aprendamos a amarnos los unos  los otros. Pero podrán decir: ‘¿pero eso no basta?’. Ustedes han escuchado lo del indulto: me están dando la libertad no por el delito, sino por las graves violaciones a los derechos humanos en mi proceso”, expuso.

“Como agregado puedo decirles: siempre digamos la verdad, si no perdemos credibilidad en nosotros mismos… Gracias a todos”, concluyó.

Alberto Patishtán llegó en un auto particular a la conferencia de prensa en la Casa de la Solidaridad, en el auditorio “Tatic” Samuel. Llegó acompañado de sus hijos.

Los fotógrafos se arremolinaron entorno a él, evitando por unos momentos que pudiera iniciar la conferencia. Los camarógrafos protestaron: “¡Bajen esas cámaras, tranquilos!”, mientras la que fungía como presentadora, rogaba: “A los compañeros de la prensa les pedimos de verdad que cumplan el acuerdo. Compañeros, ¡compañeros!”.

Muchos aplausos. Vivas, consignas coreadas: “¡El pueblo organizado / su libertad logró / a Alberto Patishtán / nadie lo indultó!”, gritaron algunos los asistentes.

Fue una espera larga para muchos: activistas, familiares, amigos. Tan larga como 13 años. Pero fue más larga para Alberto Patishtán.

“¡Alberto vive!”, gritó alguien. Corearon: “¡La lucha sigue, sigue!”

Alberto Patishán, con amplia sonrisa, seguía con la vista aquél remolino de reporteros y activistas.

El profesor chiapaneco recibió varios machetes. La mayoría saludando su liberación, otros coreando las consignas tradicionales de los pueblos, como “Zapata vive, la lucha sigue”. También corearon: “¡Viva el EZLN, viva el Subcomandante Insurgente Marcos!”.

CUIDADOR DEL PUEBLO

Los organizadores dieron la bienvenida a Alberto a la Casa de la Solidaridad, al Auditorio “Tatic Samuel”, a una persona que “de defender su causa pasó a defender los casos de otros”. Es ya “un cuidador de su pueblo, un cuidador de su espíritu”, dijeron.

La Ley de Indulto no es un perdón, es un reconocimiento a las violaciones de los derechos humanos, expusieron.

Martín Ramírez López, representante de la comunidad de El Bosque, dijo que levantaba la bandera de lucha, libertad y justicia. La bandera de lucha, expuso, nació un día 19 de junio del 2000, fecha que no se olvida. Un día, añadió, a un compañero inocente que no debía nada y que no debe nada.

A nombre de mi pueblo, agregó, 2es el resultado de muchas acciones, de las voces que salieron a las calles, a las carreteras, al pueblo de El Bosque. En ese lugar, la mayoría son indígenas hablantes de la lengua tzotzil y aun así el movimiento se hizo más grande a nivel estatal, nacional e internacional”.

Gabriela, la hija del profesor Patisthán, afirmó que fueron 13 años de larga lucha y tener a su lado a su padre era una satisfacción inolvidable.

Dio gracias a todos los que apoyaron al maestro y dijo: “Quizá no pueda recuperar los 13 años que no tuve conmigo a mi padre, pero ahora tengo una hija que espero disfrute a su abuelo”.

Héctor, su otro hijo, afirmó que era un día especial para él y su familia, y dijo que regresará a su pueblo, a su casa, con un papá “pero sobre todo con un luchador”.

“En estos 13 años aprendí a luchar, a no quedarme callado y a estar de lado de los pobres”. Nadie le dio el indulto, añadió, “lo liberó el pueblo”.

APLICAN EPN LEY DE INDULTO

Una hora antes de que Patisthán se presentará ante la prensa, el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob), oficializó la libertad del profesor por medio de la Ley de Indulto, la cual fue promulgada el día de ayer.

“El Presidente reconoce la trascendencia de esta reforma y ordenó por ello su inmediata publicación en el Diario Oficial de la Federación y su entrada en vigor ocurre el día de hoy”, dijo el funcionario federal.

Osorio Chong recordó que Alberto Patishtán fue sentenciado a 60 años de prisión hace más de 10 años. Después de ello, el profesor agotó todos los medios de impugnación que le permite la ley.

Por ello, “el Presidente Enrique Peña Nieto en ejercicio de sus facultades contenidas en la Constitución y en el Código Penal, ha determinado otorgar el indulto al profesor Alberto Patishtán y notificarle su libertad inmediata”, afirmó.

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