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Los JJOO de Río son formalmente inaugurados con magna ceremonia y en medio de protestas

05/08/2016 - 8:00 pm

El fuego olímpico ardió esta noche en el mítico estadio de Maracaná en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil. Vanderlei Cordeiro de Lima, bronce en Atenas 2014, fue el encargado de encender la preciada llama, luego de que el legendario Pelé anunciara su ausencia. La ceremonia tuvo la presencia de grandes artistas como Caetano Veloso y Gilberto Gil, que dieron una presentación musical, luego del espectáculo de luces, sonido y animación 3D, que resumió la Historia y emblemas del país sede. A pesar de la belleza del evento, las protestas no se hicieron esperar, sobre todo cuando el Presidente interino Michael Temer hizo su aparición oficial.

Río de Janeiro, 5 de agosto (SinEmbargo/AP/EFE).- Vanderlei Cordeiro de Lima, bronce olímpico en maratón en los Juegos de Atenas 2004, ha encendido el pebetero de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, desatando un hermoso juego de luces y fuegos pirotécnicos que alumbraron el Maracaná para dar fin a la ceremonia inaugural.

Lima perdió una probable medalla de oro en aquellos Juegos cuando, yendo en cabeza de la prueba, fue abordado y empujado contra el público por un espectador.

La Llama Olímpica entró en Maracaná de la mano del tenista Gustavo Kuerten, tres veces ganador de Roland Garros (1997, 2000 y 2001) y ex número uno mundial, que se la pasó a la baloncestista Hortencia, plata en Atlanta’96. Ella se la dio a Lima.

 

MAGNA INAUGURACIÓN

Música, historia y belleza, fue la gala de Inauguración de los Juegos Olímpicos, como era de esperarse de un país como Brasil. Y entre un alucinante remolino de colores, la ceremonia de apertura en Río de Janeiro dejó un mensaje de hermandad y conciencia ecológica en una nación que los necesita más que nunca.

Desde la selva amazónica hasta la “Chica de Ipanema” personificada por la supermodelo Gisele Bundchen, el espectáculo en el estadio Maracaná recorrió el amplio espectro de la historia de Brasil, un país tan rico en recursos e historia como plagado de desigualdad y pobreza.

En el palco de honor, el líder olímpico Thomas Bach observaba acompañado por el presidente interino Michel Temer, un recordatorio de la crisis política por la que atraviesa el país y que amenaza con desbancar a la mandataria Dilma Rousseff. Mientras, cerca del estadio, algunos manifestantes chocaron con la policía durante protestas contra unos Juegos que arrancan precedidos por la peor recesión del país desde la década de los 30, escándalos de corrupción y problemas de contaminación del agua.

Los directores del show, entre los que figura el cineasta Fernando Meirelles, echaron mano de la inagotable cantera de ritmos brasileños para pintar un lienzo de bossa nova, samba y funk. Daniel Jobim interpretó al paso de Gisele la canción “La Chica de Ipanema” compuesta por su abuelo Tom Jobim, quizás la melodía más emblemática de este país.

Acto seguido, chicos y chicas vestidos de blanco se contorsionaron en un escenario en forma de favela al ritmo del funk, el ritmo más popular en los barrios humildes de Río y el resto del país. El público se sumó a la celebración al entonar a capela la canción “País Tropical” de Jorge Ben.

El capítulo dedicado a la historia brasileña repasó la génesis misma de los bosques tropicales del país, la colonización portuguesa y posteriores 400 años de esclavitud negra, y el nacimiento de algunas de las metrópolis.

Después del festejo, viene la resaca. En este caso, un sobrio mensaje sobre los efectos del calentamiento global, con imágenes aéreas de algunas de las principales ciudades del planeta y simulaciones digitales del avance de las aguas sobre la tierra a medida que se derriten las capas polares. Mientras se iluminaba la tarima de líneas verdes para simbolizar la reforestación del planeta, las actrices Judi Dench y Fernando Montenegro leyeron un poema del autor brasileño Carlos Drummond de Andrade con un mensaje de esperanza para el futuro.

El calentamiento global, el deshielo de los polos y la subida del nivel del mar se colaron en la celebración, con una llamada a poner remedio y el recuerdo de que hay soluciones, como la que Río 2016 encomendó de manera simbólica a los atletas: la siembra de una semilla que crecerá en el parque olímpico de Deodoro.

Terminado el espectáculo artístico, fue el momento de los verdaderos protagonistas de los Juegos. Los atletas.

Como es la tradición por tratarse del país donde nacieron las olimpiadas, Grecia encabezó el desfile de más de 10 mil 500 deportistas de 205 países, además de una delegación de atletas independientes y, por primera vez, un equipo de 10 refugiados de países en conflicto desfilaronn bajo la bandera olímpica.


CAETANO VELOSO Y GILBERTO GIL

Dos leyendas vivas de la canción brasileña, Caetano Veloso y Gilberto Gil y el estruendo de la samba de las escuelas de samba del Carnaval pusieron hoy el colofón a la fiesta musical de inauguración de los Juegos Olímpicos.

Caetano y Gilberto, acompañados de la cantante Anitta, interpretaron uno de los mayores clásicos de la samba “Isso Aqui, o que É?”, justo después de los discursos, la inauguración de los Juegos y los juramentos de los atletas.

A continuación, las doce escuelas de samba dieron rienda suelta al ritmo frenético de la percusión que caldea todos los años el Carnaval y que puso en pie al público e hizo bailar a algunas delegaciones de deportistas, en especial a la brasileña.

Mientras, cientos de bailarines disfrazados convirtieron el Maracaná en una suerte de “sambódromo”, aunque la famosa pasarela de la samba durante los Juegos ha sido convertida en la sede del tiro con arco y en la meta del maratón.

El colofón de la fiesta se produjo justo antes de la llegada de la llama olímpica al estadio.

KEINO RECIBE EL LAUREL OLÍMPICO

El keniano Kip Keino, doble campeón olímpico de atletismo en 1968 y 1972, ha sido galardonado durante la ceremonia inaugural de los Juegos de Río con el Laurel Olímpico.

Es una nueva distinción creada por el COI para premiar a personas destacadas por su contribución a la cultura, la educación y la paz mediante el deporte.

El presidente del COI, el alemán Thomas Bach, hizo entrega del trofeo a Keino ante los 10.000 deportistas y 70.000 espectadores reunidos en Maracaná.

“Me siento extremadamente honrado”, dijo Keino, que invitó a los presentes a unirse a él en la promoción de la educación entre los jóvenes”.

Keino, actualmente presidente del comité olímpico de su país y miembro del COI, abrió tras su retirada del atletismo un hogar para niños en el que viven hoy más de 100 huérfanos.

También creó la Escuela Kip Keino, en la que reciben educación 300 niños que no tenían acceso a ningún centro de enseñanza.

Además, organizó un campamento de alto rendimiento para las promesas del atletismo keniano.

El Laurel Olímpico se entregará a partir de ahora en cada ceremonia de inauguración de los Juegos.

La base del trofeo es una piedra traída desde Olimpia, cuna de los Juegos

ABUCHEOS A TEMER

El presidente interino de Brasil, Michel Temer, escuchó hoy un sonoro abucheo durante la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.

“Después de este maravilloso espectáculo, quedan inaugurados los Juegos de la XXXI Olimpiada” dijo Temer, que fue respondido con un contundente abucheo que sacudió el Maracaná y con gritos de “Fora Temer”.

La protesta fue acallada de inmediato por la música y por una batería de fuegos artificiales que permitieron recuperar el tono festivo de la ceremonia inaugural.

Dada la crisis política que vive Brasil, los organizadores extremaron las precauciones para evitar sorpresas desagradables que pudieran “aguar” la fiesta.

Temer, presidente interino de Brasil desde el pasado mayo, no fue nombrado al inicio de la ceremonia, como es habitual, tras una jornada marcada por las protestas en Río y en Sao Paulo.

CELEBRACIONES PREVIAS

Los titulares que salen de Brasil desde hace meses son dignos de plagas bíblicas: mosquitos que transmiten un virus capaz de provocar enfermedades congénitas, aguas contaminadas con todo tipo de microbios, la peor recesión en casi un siglo y hasta un juicio político que dejó suspendida a la Presidenta del país.

Años de preparativos, expectativa, escándalos y polémica llegan a su culminación cuando los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro sean inaugurados este viernes en el estadio Maracaná. Y si la historia reciente sirve como indicativo, los brasileños presentarán una fiesta por todo lo alto que hará olvidar, al menos por 17 días, todas las preocupaciones.

Los primeros Juegos Olímpicos en Sudamérica finalmente quedarán inaugurados con una ceremonia en el mismo estadio que albergó la final de la Copa del Mundo hace dos años. Ese torneo también fue precedido por retrasos en las obras, temor por manifestaciones y todo tipo de pronósticos pesimistas, y terminó siendo una fiesta de un mes, incluso a pesar de la humillación del país anfitrión en las semifinales.

“No le doy mucha importancia a lo que dicen las noticias internacionales”, comentó Germán Barbero, un profesor argentino de educación física que ahorró durante dos años para acudir a los Juegos. “Si es por la noticia te quedas en tu casa. Te agarra pánico y te encierras”, agregó el turista de 30 años en su vuelo desde Buenos Aires a Río de Janeiro.

“Este tipo de evento entusiasma a todos y le dan la oportunidad a la humanidad de hacer bien las cosas”, agregó. “Han pasado cosas en los Juegos Olímpicos, pero estamos apostando a unos juegos buenos”.

Las sedes están listas desde hace semanas y, a pesar de algunas quejas iniciales por desperfectos en la villa olímpica, las delegaciones llegaron en los últimos días y en general quedaron satisfechas con los preparativos.

Todavía se desconoce quién encenderá el pebetero, aunque Pelé deslizó que le ofrecieron participar del acto, en las últimas horas reveló que le será imposible asistir por motivos de salud. Después de la ceremonia, la llama será movida a la renovada zona portuaria ya que el Maracaná sólo será utilizado para las instancias finales del futbol. El Estadio Olímpico, también conocido como el Joao Havelange, será el escenario de las pruebas de atletismo que usualmente son el pulso de los Juegos.

Sin duda, la ceremonia tendrá la música y colorido que caracterizan a un país que se rige por la filosofía del “jeitinho”, una manía de dejarlo todo para lo último, para al final salir airoso por medio del ingenio y viveza.

“La ceremonia (de apertura) de Atenas fue clásica, la de Beijing fue grandiosa, fue musical. La de Londres fue bastante inteligente”, dijo el director creativo de la ceremonia de Río, Fernando Meirelles. “Nosotros vamos a ser ‘cool”’.

Como si fueran pocos los problemas del país organizador, el COI lidia con el dolor de cabeza del escándalo de dopaje de Rusia, que probablemente seguirá machacando durante los Juegos.

Apenas 24 horas antes de la ceremonia inaugural, el COI confirmó que habrá 271 competidores rusos en todo tipo de disciplinas, menos atletismo, ya que todo el equipo de pista y campo fue vetado por la federación internacional de esa disciplina por un caso de dopaje masivo.

En total, unos 10 mil 500 deportistas competirán en 28 deportes, incluyendo a leyendas como Michael Phelps y Usain Bolt, que disputan sus últimos Juegos con la esperanza de embolsar más medallas a sus colecciones de oro.

Los competidores de las pruebas náuticas pondrán a prueba las aguas de la Bahía de Guanabara y la Laguna Rodrigo de Freitas, cuyas aguas están altamente contaminadas con materia fecal.

Más allá de algunos incidentes durante el relevo de la antorcha, hasta ahora no se han producido manifestaciones masivas en contra de los Juegos, aunque los brasileños, y especialmente los cariocas, empezarán a sentir la resaca de la cuenta de unos 12 mil millones de dólares que tendrán que pagar tan pronto el COI empaque las maletas y enfile hacia Tokio, la sede de 2020.

El temor por el brote del virus del zika, transmitido por la picada de un mosquito y vinculado a casos de microcefalia, también parece haber pasado a un segundo plano, y más allá de los omnipresentes frascos de repelente, los deportistas, funcionarios y visitantes parecen más preocupados por disfrutar la fiesta que se avecina.

“Por fin la gente empieza a sentir el espíritu olímpico”, comentó Ilene Pessoa, una administradora universitaria que vive en el barrio Copacabana de Río. “Las miradas del mundo están posadas en nosotros”.

MENOS DE VEINTE JEFES DE ESTADO ESTUVIERON PRESENTES

Un total de 36 altas autoridades, entre las que destacan menos de una veintena de jefes de Estado o de Gobierno, participó en la recepción ofrecida por el Presidente interino de Brasil, Michel Temer, a los mandatarios que asistirán a la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos Río 2016.

Se trata de un número muy inferior al casi centenar de jefes de Estado o de Gobierno que prestigió la inauguración tanto de los Olímpicos de Londres 2012 como de los de Pekín 2008.

De los sudamericanos tan sólo acudieron a la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos de Sudamérica los Presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y de Paraguay, Horacio Cartes, de acuerdo con la lista suministrada por la cancillería brasileña.

El Ministerio de Relaciones Exteriores descartó que el bajo número de altas autoridades estuviese relacionado con la situación interina de la presidencia brasileña.

Rousseff, responsable de gran parte de los preparativos para los Olímpicos, fue invitada a la ceremonia pero descartó asistir por considerar que, tras haber sido una de las protagonistas, no puede acudir ahora en una condición de secundaria.

Lo mismo alegó el padrino político y antecesor de Rousseff, Luiz Inácio Lula da Silva, el Presidente de Brasil que convenció en 2009 a los miembros del COI de concederle la candidatura olímpica a Río.

Entre los mandatarios que asistieron a la inauguración destaca el Presidente de Francia, François Hollande, que encabeza una delegación gala dispuesta a hacer un fuerte cabildeo por la candidatura de París para celebrar los Olímpicos de 2024.

El mismo propósito tienen el Presidente de Hungría, János Áder, quien defenderá la candidatura de Budapest, y el Primer Ministro de Italia, Matteo Renzi, representante de Roma, en tanto que las aspiraciones de Los Ángeles quedarán en las manos del secretario de Estado de EU, John Kerry, que representará a Barack Obama.

Otras autoridades que llegaron a Río para prestigiar los Olímpicos fueron el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la directora de la Organización Mundial de la Salud, Margaret Chan.

Entre los grandes ausentes, además de Obama, destacaron los jefes de Estado de Rusia, China e India, grandes economías emergentes y socios estratégicos de Brasil en el foro BRICS.

En Río también se sintió la ausencia de la canciller alemana, Ángela Merkel, una de las más entusiasmadas visitantes de Brasil cuando el país organizó el Mundial de futbol de 2014.

Pese a que no participó en la inauguración, se espera que el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, acuda a la clausura para recibir el relevo, pues Tokio organizará los Olímpicos de 2020.

LAS PROTESTAS PERTURBAN CELEBRACIONES 

Las pocas y aisladas protestas realizadas por movimientos sociales brasileños en momentos en que el país está en la mira de todo el mundo prácticamente no incomodaron la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 y ni se aproximaron al legendario estadio Maracaná.

Una de las dos grandes manifestaciones, convocada por movimientos que se oponen al Presidente interino de Brasil, Michel Temer, reunió a unas 3 mil personas en la playa de Copacabana, y la otra, con militantes contrarios a los Juegos, tan sólo atrajo a unas 500 personas a una plaza ubicada a unos dos kilómetros del Maracaná, escenario de la ceremonia inaugural.

Los segundos fracasaron en su intento de marchar cerca del estadio y pasaron desapercibidos entre las 80 mil personas reunidas en el templo del futbol brasileño, mientras que los primeros tan sólo consiguieron que los organizadores cambiaran el recorrido de la antorcha olímpica.

La escasa movilización, el bajo ruido y la poca atención que despertaron en la prensa brasileña contrastaron con las movilizaciones previas a la Copa de las Confederaciones de 2013 y al Mundial de futbol Brasil 2014, que llegaron a poner en jaque a las autoridades de diferentes ciudades.

Las protestas de entonces movilizaron a millones de brasileños en cientos de ciudades que marcharon contra la corrupción, un aumento en las tarifas de autobuses y el uso de recursos públicos en la construcción de millonarios estadios de futbol.

“No habrá Mundial”, era el grito en la época de los militantes en decenas de protestas que terminaron con violentos choques con la policía, centenas de detenidos y heridos, y cuantiosos daños en edificaciones, vehículos y mobiliario público.

El plan para garantizar la seguridad de los Olímpicos, reforzado tras los atentados terroristas de las últimas semanas en Europa y Oriente Medio, es el mayor ya desplegado por Brasil para un evento, ya que movilizó a 88 mil personas, entre policías, guardias y militares, de los que 41 mil son miembros de las Fuerzas Armadas.

Pese a ese despliegue, la manifestación contra Temer en Copacabana, la playa más emblemática de Brasil, obligó al Comité Organizador de Río 2016 a cambiar el recorrido de la antorcha olímpica pocas horas antes de la inauguración de los juegos.

Los militantes de movimientos sociales, sindicatos y partidos políticos que participaron en la protesta bloquearon las seis pistas de la avenida que bordea la playa de Copacabana, por la que pasaría la antorcha en su camino hacia el Maracaná.

Para evitar un choque entre los manifestantes y la caravana que acompaña la antorcha olímpica, los responsables por el mayor símbolo olímpico cambiaron a última hora su recorrido y prefirieron pasar por las calles internas de Copacabana.

Los manifestantes, partidarios del Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva y de la Presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, marcharon por la Avenida Atlántica para protestar contra Temer y un Gobierno que califican como “golpista”.

 

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