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23/12/2018 - 7:43 am

AMLO y las “mañaneras” / Centralismo militar / Esfuerzos fallidos

AMLO y las “mañaneras” En Milenio, el periodista Álvaro Cueva, escribe que: “yo no estoy de acuerdo con que el Presidente se ponga a dar ruedas de prensa todos los días. La ruedas de prensa son algo que se organiza cuando hay nota, son de carácter extraordinario, excepcional. Ver a Andrés Manuel López Obrador haciendo […]

AMLO y las “mañaneras”
En Milenio, el periodista Álvaro Cueva, escribe que: “yo no estoy de acuerdo con que el Presidente se ponga a dar ruedas de prensa todos los días. La ruedas de prensa son algo que se organiza cuando hay nota, son de carácter extraordinario, excepcional. Ver a Andrés Manuel López Obrador haciendo esto todos los días es un acto de vanidad, una rutina. El mensaje es: yo soy la nota, todo lo que yo diga marca la agenda, todo lo que yo haga es superior a cualquier cosa. Y esto no es bueno. Por el lado de la prensa hay un punto en que, de tan choteado, ya no hay nada qué preguntar. El juego es: opine usted de lo que quiera. Siempre será chistoso, divertido, ocurrente y, perdón, ya tuvimos demasiado de eso en los últimos sexenios. ¿O no? ¿Cuál es el problema de esta peculiar estrategia de comunicación? Que las ruedas de prensa van a terminar perjudicando a AMLO, se van a convertir en el equivalente nacional de los tuits de Donald Trump, en un lamentable arrebato de color. Ya desde el momento en que aquello se llama la mañanera, estamos mal. ¿Dónde está el prestigio? ¿Dónde está el respeto? ¿Dónde está el evento periodístico? ¿Entonces por qué le funcionaban tan bien las ruedas de prensa diarias a López Obrador cuando era jefe de Gobierno de Ciudad de México? Porque entonces el Presidente era Vicente Fox y el hecho de que AMLO hablara todos los días era lo máximo a nivel oposición. Andrés Manuel le robaba atención a Fox y lo dejaba muy mal parado al crear la sensación de que como él hablaba más que el Presidente, él sí era sincero, él sí era valiente y él sí no tenía nada qué esconder. Ahora que El Peje está en la Presidencia, todo esto es innecesario. ¿Contra quién está compitiendo? ¿A quién le quiere robar la atención? ¿Quién es el cobarde en esta historia? Ojo: no estoy diciendo que nuestro Presidente sea malo o incompetente. Estoy diciendo que por la más elemental dignidad política sus asesores deberían invitarlo a que ya no se expusiera tanto. Los reporteros que están yendo a verlo a Palacio Nacional, de tan comunes que se están volviendo estas charlas, ya no son los mejores. Los ratings de los canales de televisión y de las estaciones de radio que se animan a pasarlas completas, ya no son los más altos. Y hasta los mismos colaboradores que don Andrés Manuel invita para que le hablen a los periodistas sobre asuntos como las afores o el futuro de la educación, se nota que no siempre tuvieron tiempo para preparar sus participaciones. Lo que pudo haber sido algo fabuloso para la opinión pública, acaba perdiéndose en la inmensidad de la costumbre. Bueno, ya, el colmo. ¿Me creería si le dijera que hay medios que están revisando las agendas diarias de López Obrador para ver si el señor en verdad está trabajando o no de tanto que se presenta ante los reporteros? Es como si esas empresas le estuvieran diciendo a México: qué necesidad tenemos de enlazarnos con el Presidente todas las mañanas, pero no nos queda de otra. Tenemos que hacerlo. Ojalá que el grupo de especialistas que rodea a López Obrador encuentre una fórmula para el señor siga siendo tan popular y transparente sin perjudicarlo como irremediablemente pasará con las mañaneras. Aquí hay algo que se tiene que corregir. ¿A poco no?”.

Centralismo militar
En el Reforma, el columnista Juan Pardinas, escribe que: “estamos en un mal siglo para defender al federalismo mexicano. Este precepto constitucional engendró a gobernadores que asumieron la soberanía de sus estados como una licencia para el despojo de la propiedad pública y privada. Cuando se ponen sobre la mesa los nombres de Javier Duarte, Roberto Borge o Guillermo Padrés, la bandera del federalismo se vuelve una causa indefendible. En su versión más teórica e inspirada, el federalismo es un laboratorio de soluciones locales de política pública. Con la creación de la Guardia Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador decidió cerrar la red regional de laboratorios de seguridad pública e imponer un solo experimento para un territorio de dos millones de kilómetros cuadrados. La crisis transexenal de violencia arroja cifras crecientes de crimen y miedo. Sin embargo, los promedios nacionales confunden el diagnóstico. La realidad de la inseguridad en México es la suma de muchas realidades, que se parecen muy poco entre sí. La dinámica de homicidios en Saltillo es dramáticamente distinta que en Acapulco. Los problemas en Mérida no se parecen en nada a los que sufre Tijuana. Esto parece muy obvio, pero la estrategia de la Guardia Nacional ha ignorado esta obviedad. A fines del sexenio de Felipe Calderón, la zona de La Laguna, en la frontera entre Coahuila y Durango, era considerada como una de las regiones más peligrosas del planeta. Esto ha cambiado para bien. El periodista lagunero Javier Garza Ramos nos recuerda la trayectoria de las cifras que van del pavor a la esperanza: en 2012 había un promedio de tres homicidios diarios, para 2018 la cifra se redujo a un homicidio cada tres días. La Zona Metropolitana de Monterrey es otra región del país donde se logró frenar y revertir la espiral de inseguridad y violencia que marcó el final del gobierno de Calderón. Las historias de la Comarca Lagunera o Monterrey son motivos para el anhelo de que México puede darle la vuelta a esta etapa sangrienta de nuestra historia. Sin embargo, la moraleja en ambos casos es que las soluciones de largo plazo en seguridad pública pasan por tener una visión regional, la participación de la sociedad y la construcción de las policías locales. La reciente iniciativa para crear una Guardia Nacional, cuya discusión fue postergada en la Cámara de Diputados para enero, es una apuesta al centralismo militarizado. La lectura del dictamen legislativo revela una serie de contradicciones graves. Primero se define la política de seguridad pública de Calderón y Peña Nieto como una “estrategia rotundamente equivocada”. Sin embargo, el cambio constitucional impulsado por AMLO busca darle permanencia jurídica a esa rotunda errata de sus antecesores. Luego se reconoce que “los cuerpos civiles de seguridad pública no mejoraron” pero se omite una discusión sobre el abandono político y presupuestal de las fuerzas policiales en todos los niveles de gobierno. Luego viene la contradicción textual más evidente sobre la formación militar y el trabajo policial: “Se propone que la creación de la Guardia Nacional tenga disciplina militar en lo relacionado a su organización, pero en cuanto hace a las funciones ligadas al contacto permanente con la ciudadanía se desempeñará bajo medidas de autoridad civil”. La capacitación, estructura jerárquica, la disciplina, los ascensos y la profesionalización estarán a cargo de los militares, pero en el instante en que la Guardia Nacional se tope con un ciudadano súbitamente se transformarán en policías. Una de las instituciones más abandonadas y despreciadas por la sociedad y el Estado mexicano es el Ministerio Público. Esos oficiales del MP serán ahora los responsables de conducir jurídicamente a esta amalgama entre marinos, militares, policías y profesionales de la investigación criminal. ¿Soldados transformados en criminólogos? Esas son las peculiares metamorfosis de la 4T”.

Esfuerzos fallidos
En El Universal, su Editorial, asegura que: “la liberación de Jesús Reyna García, ex gobernador interino de Michoacán (preso desde 2014 luego de aparecer en un video al lado de Servando Gómez Martínez, alias La Tuta, líder de la organización criminal autodenominada Caballeros Templarios), ha puesto en entredicho una vez más la confiabilidad en el sistema judicial mexicano, así como los esfuerzos de las distintas presidencias por extirpar los cánceres y la descomposición moral que de cuando en cuando surgen al interior de la federación mexicana. Algo de lo que ha carecido la procuración de justicia en México es de su capacidad de investigación y de presentar expedientes sólidos ante la justicia. Así lo han documentado expertos y organizaciones nacionales e internacionales. Son varios los ejemplos en los que el acusado sale libre al poco tiempo por lo endeble de pruebas o, peor, por tratarse de casos en los que predominó un interés político. Los espectaculares operativos de aprehensión de funcionarios estatales suelen constituir con el tiempo duros reveses contra quienes los ordenaron, frecuentemente por lo débil y mal estructurado de las pruebas reunidas y presentadas contra los acusados, pese a lo evidente —o en ocasiones por su inocencia— de la culpabilidad o complicidad en ilícitos de diversa índole, con especial acento en el desvío o la malversación de fondos públicos. Tan mala ha sido la recabación de pruebas, que los encargados de dictar sentencia no encuentran sustento sólido sobre el cual emitir un juicio, lo cual redunda, tarde o temprano, en liberaciones como la de Reyna García, que dejan en ridículo todo el esfuerzo y amplia difusión puesta por el aparato federal en su aprehensión y presentación ante la justicia. El nuevo mandatario y su equipo tiene la oportunidad de cambiar el paradigma que ha imperado los últimos 12 años de “guerra contra el crimen”. La incursión del gobierno federal con la intención de poner orden en el plano estatal, pocas o ninguna vez ha salido bien librada. El fracaso de las pasadas gestiones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en la persecución de actos de corrupción y de nexos de los gobiernos estatales con el crimen organizado, debe ser tomado por la nueva administración del presidente Andrés Manuel López Obrador como una señal de alerta y un ejemplo de lo que no debe hacerse en este terreno. La discusión de la Guardia Nacional abre la puerta para tener este sano debate.

Taibo ocupado
En Milenio, su columna de trascendidos Trascendió, asegura que: “no es que desairara a José Carreño Carlón con su ausencia en la entrega-recepción del Fondo de Cultura Económica, pero el nuevo director del sello, Paco Ignacio Taibo II, anda muy ocupado esta semana con la promoción de la lectura y acompañamiento de la brigada itinerante. Nada menos anoche, a un día del fin de la Feria del Libro Reforma, entre el Ángel y la Glorieta de La Palma, el autor de Patria se dio tiempo para dar una conferencia con motivo de los 43 años de su personaje Héctor Belascoarán Shayne, detective por correspondencia que protagoniza una decena de novelas”.

Dificultades hacendarias
En el diario Reforma, su columna de trascendidos Templo Mayor, asegura que: “mientras en la Cámara de Diputados la bancada de Morena está pasando las de Caín para concretar la aprobación del presupuesto para el 2019, en Hacienda las cosas tampoco están sencillas. Dicen que a pesar de la imagen de estabilidad y de optimismo que tratan de reflejar desde la dependencia que encabeza Carlos Urzúa, tras bambalinas están viviendo una tormenta. El desgaste del secretario en las primeras tres semanas del sexenio por temas como la recompra de los bonos del NAIM, la baja en el presupuesto a las universidades públicas y el jaloneo por el paquete económico 2019, se ha agravado por el enfriamiento de su relación con Andrés Manuel López Obrador. Cuentan que a Urzúa no le gustó nada que no le dejaran elegir al Administrador General de Grandes Contribuyentes, puesto clave para reducir la evasión y la defraudación de los llamados ‘peces gordos’ que quedó en manos de Antonio Martínez Dagnino. Las cosas están tan complicadas que hay quienes ya hacen quinielas sobre cuánto tiempo más aguantará el titular de Hacienda en el cargo y si romperá el récord de Jaime Serra Puche, conocido como el “Cetes” por aquello de que en 1994 su nombramiento en la SHCP tuvo vencimiento a los 28 días

Diputados están a punto de perder su Navidad
En El Universal, su columna de trascendidos Bajo Reserva, asegura que: “los integrantes de Morena en la Cámara de Diputados están tomando las cosas con calma y aún no hay alarma, pero sí preocupación, porque no se ha podido aprobar el Presupuesto de Egresos de la Federación por las protestas en San Lázaro y por la oposición a los recortes en diversos rubros. Pero nos adelantan que ya se están analizando sedes alternas si este domingo los diputados no pudieran sesionar debido al bloqueo de los integrantes de Antorcha Campesina. Nos detallan que hay, al menos, tres opciones para que la Cámara pueda sesionar y aprobar el primer Presupuesto para el presidente, Andrés Manuel López Obrador. Nos dicen que lo ideal es aprobar el documento este domingo para que los diputados ya se liberen para Navidad y Año Nuevo, porque se complicaría mucho el escenario si tuvieran que regresar para la última semana del año a dictaminar. Veremos”.

Papá gobierno
En el Excélsior, su columna de trascendidos, Frentes Políticos, asegura que: “otro de los signos de que los nuevos tiempos han llegado es la figura de Gobernación. Una secretaría tradicionalmente rígida, cuya histórica aportación ha consistido en ser el brazo duro del sistema y representar la severa figura que dicta las reglas de conducta social a las que hay que someterse. Ahora, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, pugna porque se sepa la verdad sobre lo que sucedió a los estudiantes de Ayotzinapa. La abogada se muestra solidaria con su género, ya que apoya, irrestrictamente, la lucha de las mujeres por la igualdad. La funcionaria también sostiene que no hay democracia efectiva sin acceso a los derechos y respalda la legalización de la canabbis. Su agenda es prioridad para el desarrollo de la nación. Con lupa”.

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