Christopher Domínguez

La historia siempre habita en la historia y se autodevora: Christopher Domínguez

Christopher Domínguez

La historia siempre habita en la historia y se autodevora: Christopher Domínguez

Christopher Domínguez

La historia siempre habita en la historia y se autodevora: Christopher Domínguez

30/11/2022 - 12:00 am

Christopher Domínguez Michael tuvo una entrevista por escrito con SinEmbargo con motivo de su más reciente libro, en el que hace un examen sobre la literatura moderna del siglo en curso.

Ciudad de México, 30 de noviembre (SinEmbargo).– Christopher Domínguez Michael, uno de los críticos literarios hispanoamericanos más reconocidos, está de vuelta con Maiakovski punk y otras figuras del siglo XXI (Taurus), donde prosigue con su análisis sobre la literatura moderna, en específico en la centuria en curso.

Domínguez Michael examina novelas, cuentos, ensayos y poemas de Benedetti, Piglia, Fumaroli, Parra, Christa Wolf, Oscar del Barco, Lowell, Zurita o Vila-Matas con su conocido estilo.

En ese sentido, la crítica literaria, expone en entrevista, “es la herramienta para entender la creación artística. Sin crítica (que empieza, pero sólo empieza, en el leer, mirar, escuchar…) no hay creación perdurable”.

Es así que en este libro el lector podrá conocer sus ensayos y artículos sobre “la lamentación por las ruinas de Palmira hasta las consecuencias de la ‘intervención’ en la obra de Borges, pasando por una radiografía posmoderna del ateísmo proclamado por Hitchens y Onfray, la criminal inverecundia de Handke, la reposición de Camus realizada por Kamel Daoud, el neogótico rockero de Mariana Enriquez, la lucrativa farsa del llamado Arte Contemporáneo”, entre otros temas, como expone la reseña sobre su trabajo.

—En un momento en el que los nacionalismo están de vuelta, así como la polarización acrecentada por los extremos ideológicos, ¿cree que en el primer tramo de este siglo XXI habitan los fantasmas de la centuria pasada? —se le cuestionó a Christopher Domínguez Michael.

—El nacionalismo nunca se ha ido pero ha sido en la globalización (que tampoco es la primera, hubo –en la edad moderna– una en el Renacimiento y otra en la Ilustración y una más con los romanticismos), la que ha exacerbado la identidad como obsesión y los populismos de izquierda y derecha. La historia siempre habita en la historia y se autodevora —señaló.

A continuación, la entrevista completa que SinEmbargo tuvo por escrito con él.

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—¿Por qué su crítica literaria se configura como una mirada que cuestiona —más allá de la obra en turno— al mundo del hombre?

—Porque esa es la escuela de críticos en la que me eduqué leyendo: Walter Muschg, Octavio Paz, Albert Béguin, Barthes, Edmund Wilson, Connolly y un largo etc. Alguno de ellos decía que la crítica es la más bella de las bellas artes.

—¿Es la crítica literaria la herramienta necesaria para diseccionar al hombre, a sus ideas y al mundo al que le ha dado forma?

—Es la herramienta para entender la creación artística. Sin crítica (que empieza, pero sólo empieza, en el leer, mirar, escuchar…) no hay creación perdurable. ¿Qué habría sido de Eliot sin Pound o de Occidente sin Voltaire?

—En un momento en el que los nacionalismo están de vuelta, así como la polarización acrecentada por los extremos ideológicos, ¿cree que en el primer tramo de este siglo XXI habitan los fantasmas de la centuria pasada?

—El nacionalismo nunca se ha ido pero ha sido en la globalización (que tampoco es la primera, hubo –en la edad moderna– una en el Renacimiento y otra en la Ilustración y una más con los romanticismos), la que ha exacerbado la identidad como obsesión y los populismos de izquierda y derecha. La historia siempre habita en la historia y se autodevora.

—Christopher, ¿usted advierte un riesgo ante el apogeo de los extremos ideológicos?

—Piense usted en Hitler y Stalin. Hoy tenemos tiranos menos poderosos y menos sanguinarios, más mediáticos, adheridos como rémoras a formas “liberales” de democracia. Pero para la literatura y las artes siempre son una amenaza los López Obrador, los Trump, los Bolsonaro, los Orban, los Putin, los Maduro, los Ortega…

Unos cancelan, otros destruyen instituciones culturales y científicas indispensables para nuestras culturas y para el interminable proceso de civilización.

Maiakovski punk y otras figuras del siglo XXI, de Christopher Domínguez Michael.

—Partiendo de la idea de “lo que antes era Revolución, ahora es acontecimiento”, le preguntaría, si me lo permite: ¿la misma crítica ha sucumbido a esta idea?

—Buena pregunta. Creo que fue primero la estética que hizo de ciertas obras “acontecimientos” llamados a cambiar el mundo, con verdad o sin ella, desde Los Beatles hasta Archipiélago Gulag, por hablar de unas décadas atrás tan sólo. Pero el Acontecimiento de Zizek es la fracasada y sangrienta Revolución presentándose como acción perfomática porque para mas no les alcanza. Creyeron que la pandemia era el Acontecimiento y todo terminó, gracias a Dios, en los bolsillos de la Pzifer, para beneficio de la humanidad. El mundo nunca se va a acabar porque es rentable, terminó por decir Nicanor Parra a los cien años tras venir de regreso de todo y de todos.

—En una sociedad hiperconectada, en la que los más niños se ven volcados hacia las pantallas, ¿cuáles son los desafíos que usted alcanza a discernir para la Literatura? ¿Hay tales desafíos?

—Mi generación pasó la infancia pegada a la TV. Las nanas empezaron a salir sobrando, o la abuelita. Y algunos sobrevivimos y leímos y hasta escribimos. La literatura siempre ha sido en beneficio de la “inmensa minoría” como dijo Juan Ramón Jiménez. Así es.