Gustavo De la Rosa
11/05/2025 - 12:04 am
¿Qué fue el Fobaproa?
En síntesis, Zedillo, les avisó a los ricos que se iba a devaluar el peso y estos vaciaron los bancos de dólares.
Frente a la indecente presencia en la política mexicana de Ernesto Zedillo, ha surgido la discusión sobre el latrocinio que cometió en contra de los mexicanos al rescatar a los bancos, que tenían una gran cartera vencida, para que pudieran seguir funcionando con dinero público en 1998.
Tratemos de explicarlo de manera sencilla, porque los robos y delitos se cometen de forma simple. Los delincuentes complican sus explicaciones, pero el que mata, mata; y el que roba, roba.
Desde 1989, el Gobierno de Salinas había vendido Tesobonos en pesos, pero comprometiéndose a recomprarlos en dólares. Empezó con 10 millones de dólares y en 1994 había vendido siete mil millones de dólares a grandes empresarios, inversionistas extranjeros y especuladores,
También los bancos recientemente privatizados, prestaban pesos pero cobraban en dólares y había cuentas de cheques, donde depositaban pesos y retiraban dólares.
A principios de diciembre de 1994, recién inaugurado como Presidente, Ernesto Zedillo se reunió con los hombres (entonces sólo hombres) más ricos de México y les avisó que pronto necesitaría devaluar el peso. Todos ellos al siguiente día vendieron sus Tesobonos y sacaron más dólares de los bancos.
Así las cosas, en diciembre de1994 el peso se devaluó, subió de 3.40 a 7.70 por dólar. Algunos bancos, personas físicas y empresas, habían obtenido préstamos en dólares, por lo que sus deudas se duplicaron; quien debía mil dólares ahora debía dos mil. Muchas de ellas tenían deudas que no habían sido pagadas a los bancos. Había muchos deudores que simplemente no estaban pagando sus préstamos.
Las cosas empeoraron para los deudores hipotecarios, porque la Suprema Corte (recientemente integrada por dedazo de Zedillo) aprobó el anatocismo, es decir se podían cobrar intereses futuros sobre intereses. Las tasas de intereses entonces eran del orden del 30 por ciento anuales, de tal suerte que, si una persona debía 100 mil pesos por una casa, al siguiente año debía 130 mil y al segundo año, la deuda era de 170 mil pesos y así sucesivamente.
Los bancos a través de sus abogados eran inclementes con los deudores hipotecarios, los desalojaron de sus casas y los dejaban en las calles, y fueron igual de terribles con los pequeños empresarios que habían conseguido préstamos, muchos de ellos en dólares, y ya no podían pagar.
Pero los grandes negociantes, que habían comprado dólares antes de la devaluación, seguían endeudándose con los bancos hasta llegar el momento en que le debían tanto dinero que los bancos se quedaron sin recursos para seguir operando eficazmente.
La crisis permanente en el país era insostenible, sobre todo para los trabajadores y la clase media, ya que los primeros seguían ganando un salario de cinco dólares por día.
Para financiar a los bancos, se usó un fondo de Emergencia para apoyar bancos en quiebra, EL FOBAPROA, que les compró los créditos no pagados y que entonces fueron unos 100 mil millones de dólares.
Zedillo y el PAN-PRI acordaron en 1998 que el Gobierno pagaría el adeudo del Fobaproa a los bancos por sus carteras vencidas a un plazo de 70 años, con sus respectivos intereses, y hoy aquellos 100 mil millones de dólares son mil 200 mil millones de dólares, y llevamos pagando con dinero del pueblo 26 años, casi de puros intereses. Hemos pagado casi 200 por ciento de aquellos cien mil millones de dólares a los mismos bancos que se rescataron.
Después, los bancos fueron vendidos a extranjeros y ahora les pagamos por todos los servicios bancarios, hasta por hacer una consulta de nuestro saldo.
En síntesis, Zedillo, les avisó a los ricos que se iba a devaluar el peso y estos vaciaron los bancos de dólares.
Devaluó el peso en un 100 por ciento, convirtió una deuda privada con los bancos en deuda pública pagadera por fondos de Gobierno a los mismos bancos rescatados, ahora extranjeros.
La deuda del Fobaproa se terminará de pagar en 2070.
Y todavía tiene el descaro de venir a declarar que los gobiernos de Andrés Manuel y Claudia son una tiranía. ¡CÍNICO, DESVERGONZADO, LADRÓN!, por decir lo menos.
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