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Alejandro Calvillo

12/04/2025 - 12:05 am

¿Quién les mece la cuna?

No nos queda más que concluir que quienes mecen la cuna a favor de la industria y en contra de la salud pública no actúan como servidores públicos, porque no están al servicio del interés público, sino al servicio del interés privado. Actúan como cabilderos.

¿Quién está detrás? ¿Quién mece la cuna a las corporaciones para debilitar las políticas de salud pública dirigidas a enfrentar las emergencias epidemiológicas de obesidad y diabetes de nuestro país? ¿Quién está actuando como en los gobiernos de Peña Nieto en el pasado, o como lo hace Milei en Argentina, para debilitar las políticas de interés público y proteger a las corporaciones sin importar los daños que causen?

Están ocurriendo situaciones muy extrañas en las políticas y regulaciones que se han logrado implementar para reducir el consumo de productos no saludables, que son la principal causa de estas epidemias; políticas que han sido recomendadas por los principales organismos nacionales e internacionales para que enfrentemos una de las mayores epidemias de obesidad y diabetes en el mundo, y dejemos de ser uno de los mayores consumidores de productos ultraprocesados. La propia Organización Mundial de la Salud ha reconocido a México por estas políticas. ¿Quién está detrás de esta estrategia de debilitamiento?

Primero… circuló un documento en donde se habla de la intención de la SEP de debilitar los lineamientos en escuelas, al no dejar clara cuál es la autoridad responsable para que se cumplan esos lineamientos, entre otras cosas. ¿Quién es la autoridad responsable? Justamente eso hicieron en los lineamientos de 2010 y en los de 2014: no dejar clara la responsabilidad de aplicación de los lineamientos y, con ello, volverlos letra muerta. No podemos permitir que se haga esto mismo ahora. Por eso, ahora ya el mandato de los lineamientos se encuentra en la Ley General de Educación, y los lineamientos deben apegarse al espíritu de ese mandato.

Si uno visita las escuelas de varias naciones, no hace falta ver los datos de sobrepeso, obesidad y diabetes para saber si es un problema grave en cada una de esas naciones. Basta con ver qué están consumiendo al interior de las escuelas los estudiantes. Busque usted en las redes qué comen los niños en Francia o en Japón, o cómo se están elaborando los menús en las escuelas de Brasil. Uno puede entender la salud de un país, en gran medida, viendo qué consumen las niñas, los niños y los jóvenes en las escuelas, ya que eso es una representación de su cultura.

Y no estamos hablando de que "estaría bien" que las y los alumnos comieran alimentos saludables. No "estaría bien"; estamos hablando de algo que es urgente hacer en una población con las siguientes características: 1 de cada 6 adultos mayores de 20 años tiene diabetes, y se espera que 1 de cada 2 niñas y niños desarrolle diabetes a lo largo de su vida.

Tenemos ya 9 años de una declaratoria oficial, por parte de la Secretaría de Salud de nuestro país, de emergencia epidemiológica por obesidad y diabetes. El único país en el mundo que ha establecido una declaratoria de emergencia no por un virus, sino por enfermedades causadas por el deterioro de la alimentación. Y este deterioro tiene su principal causa en la invasión de productos ultraprocesados en nuestra dieta: productos que no son alimentos... Hay que ver su composición con químicos como colorantes, saborizantes, estabilizadores, conservadores, edulcorantes artificiales —cócteles químicos—.

Y mencionamos que se están presentando circunstancias que nos recuerdan la interferencia de la industria en las políticas públicas de Peña Nieto, o las actuales en el Gobierno de Milei. Quiero mencionar dos ejemplos más.

Hace unas semanas se puso en consulta pública en la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria un proyecto de reforma a los lineamientos de publicidad de alimentos y bebidas para proteger del poder persuasivo de la publicidad a niñas, niños y adolescentes (NNA). El proyecto, que aparece como elaborado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS), es regresivo: propone reducir el tiempo de la programación en que este sector de la población, NNA, está protegido de la publicidad de productos no saludables. Actualmente, esta publicidad de productos no saludables no puede realizarse durante cinco horas al día, de lunes a viernes, y durante 12 horas y media los sábados y domingos. El proyecto puesto a consulta reduce esa prohibición de cinco horas a solamente dos horas entre semana, y de las 12 horas y media que en sábado y domingo en las que no se puede hacer esta publicidad, el proyecto lo reduce a sólo dos horas. Lo que llama la atención es que, a los pocos días de haberse puesto en consulta, aparece un comentario de la comisionada federal de COFEPRIS pidiendo que se baje. El comentario desaparece por algunos días de la página de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria y vuelve a aparecer. Solicitamos públicamente que se retire ese proyecto por ser regresivo en la defensa de los derechos de la infancia a la salud. Hace un par de días se bajó. Pareciera que ese proyecto no fue elaborado por COFEPRIS, sino por alguien más, porque no se explica que sea COFEPRIS quien pida que se baje en los primeros días de su publicación

La mano que mece la cuna está sobre todas las regulaciones que afectan a las corporaciones. En el caso del etiquetado de advertencia en los productos, se anuncia su revisión a partir de unas supuestas evaluaciones de Economía y COFEPRIS que no se han hecho públicas. Están las evaluaciones que ha realizado el INSP, publicadas en revistas científicas indexadas, es decir, en revisión, y que tienen más de 30 recomendaciones para fortalecer ese etiquetado. Por lo que sabemos, ni el INSP, ni UNICEF, ni la OPS, que tienen estudios y expertos internacionales en la materia, ni organizaciones civiles independientes, no "comparsas" de la industria, que participamos en el Grupo de Trabajo que elaboró el actual etiquetado, hemos sido convocados al Grupo de Trabajo que lo revisará. El etiquetado actual, que ha sido reconocido por la propia OMS, ha servido de modelo para otras naciones.

No nos queda más que concluir que quienes mecen la cuna a favor de la industria y en contra de la salud pública no actúan como servidores públicos, porque no están al servicio del interés público, sino al servicio del interés privado. Actúan como cabilderos. ¿Q tanto se conoce esto en la presidencia? ¿Qué tanto es de interés del actual Secretario de Salud implementar las políticas recomendadas por la OMS para enfrentar estas pandemias? Es importante la atención de la enfermedad, sin duda, es urgente, pero más importante a mediano y largo plazo es evitar las propias enfermedades, que no ocurran, que no crezcan, porque no existen, ni existirán, recursos para enfrentarlas.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.

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