Rubén Martín
22/06/2025 - 12:03 am
Hambruna y destrucción en Gaza
La hambruna no es un efecto colateral de la guerra, sino una estrategia deliberada del Estado de Israel y su Primer Ministro Benjamín Netanyahu.
La escena no puede ser más conmovedora. Un niño de unos diez años se detiene frente a un celular que lo graba en video. A su alrededor, en un páramo en lo que los israelíes han convertido a Gaza, cientos de palestinos caminan hacia el frente. Con vehemencia, el niño dice que no tienen comida, ni harina o pan para comer, y en un acto desesperado se agacha y toma un puño de arena que se lleva a la boca y dice: “No tenemos comida aquí, estamos comiendo arena en lugar de pan” y llorando pide que el mundo muestre compasión. Es una escena desgarradora.
El video del niño comiendo arena fue tomado por j_mohamed_ahmed y difundido en Twitter por la cuenta @OnlinePalEng, y su imagen fue llevada a la portada del diario La Jornada el pasado viernes 20 de junio.
Ojalá fuera una historia inventada o un solo caso, pero es la cruel realidad para más de dos millones de palestinos que viven encerrados en la franja y que desde octubre de 2023 viven una guerra impuesta por el Estado y el ejército de Israel, con la justificación de que Hamás, organización político-militar que gobierna Gaza, atacó a la población civil al sur de Israel el 7 de octubre de ese año.
La población civil de Israel merece ser defendida y vivir en paz, pero también la población palestina. Hay un consenso casi generalizado de que la respuesta de Israel ha sido totalmente desproporcionada. Con el pretexto de combatir a Hamás, no sólo han arrasado con todas las ciudades de la franja de Gaza y casi toda su infraestructura en viviendas, escuelas, hospitales, instalaciones civiles y servicios públicos. La destrucción es deliberada, como admitieron soldados de Israel.
Dos medios independientes de Israel, +972 Magazine y Local Call, recogieron testimonios de soldados y mandos medios del ejército israelí que participaron en las operaciones militares y confirmaron que la intención es destruir toda posibilidad de vida en Gaza y concluyeron que más allá de directrices generales, las brigadas militares decidieron por sí mismas arrasar con bulldozer con todas las edificaciones que no habían sido demolidas por los bombardeos: “Pero lo que comenzó en las periferias de Gaza pronto se convirtió en un método ampliamente extendido por toda la Franja ligado al plan más general de Israel de convertir gran parte de Gaza en un lugar inhabitable para los palestinos”.
En el reportaje publicado el pasado 15 de mayo de 2025 recogen las declaraciones de Makor Rishon, comandante del Batallón 74, al periódico un israelí en diciembre de 2024: “Al final no estamos luchando contra un ejército, estamos luchando contra una idea. Si mato a los combatientes, la idea puede seguir existiendo. Pero quiero hacer que la idea sea inviable. Cuando miren a Shuja'iyya y vean que allí no hay nada –sólo arena–, de eso se trata. No creo que puedan volver aquí en al menos cien años” (la versión en español de este reportaje se puede consultar aquí: https://cutt.ly/erEsknlY).
La desbocada idea lanzada por Donald Trump a comienzos del año de repoblar y reconstruir Gaza a imagen y deseos de Occidente está siendo llevada a cabo por los propios soldados israelíes atizados por una ideología de destrucción, según este testimonio recogido por los medios de Israel +972 Magazine y Local Call: “Los soldados también comprendieron el significado más amplio de estas demoliciones ritualizadas. A falta de un objetivo operativo, cumplían un objetivo político e ideológico: hacer de Gaza un lugar inhabitable para las generaciones venideras. ‘Al final no estamos luchando contra un ejército, estamos luchando contra una idea’, dijo el comandante Makor Rishon en diciembre de 2024. 'Si mato a los combatientes, la idea puede seguir existiendo. Pero quiero hacer que la idea sea inviable. Cuando miren a Shuja'iyya y vean que allí no hay nada –sólo arena–, de eso se trata. No creo que puedan volver aquí en al menos cien años'”.
Mientras la destrucción de lo que haga posible la vida en Gaza sigue en marcha, el genocidio en Gaza que ya es investigado por la Corte Penal Internacional, a petición del Gobierno de Sudáfrica. La guerra desproporcionada de Israel contra Gaza ha dejado en 20 meses más de 61 mil muertos, más de 100 mil heridos y miles de personas desaparecidas o pulverizadas bajo los escombros de los edificios destruidos por las bombas lanzadas por la fuerza aérea israelí.
Los ataques continúan en estos días, a pesar del frente abierto por Israel al atacar a Irán. El ejército de Israel sigue matando población civil. El Centro de Información Palestino informó que el 17 de junio “drones cuadricópteros dispararon contra multitudes de civiles hambrientos que esperaban ayuda cerca de la estación de Abu Hujair en la calle Salah al-Din, en el centro de la Franja de Gaza.
El viernes 20 de junio, la agencia EFE informó de al menos 70 palestinos muertos en diferentes ataques israelíes lanzados contra diversas zonas del enclave palestino. Muchos de estos palestinos han caído mientras buscaban comida. En esta nota, la agencia EFE reportó que del total de fallecidos el viernes, al menos 25 murieron por disparos del ejército cuando esperaban para acceder a un punto de distribución de ayuda humanitaria de la Fundación Humanitaria para Gaza, instalado cerca del corredor de Netzarim. Se les atacó mientras buscan comida para no morir de hambre.
“Unicef y el Programa Mundial de Alimentos informan de que el 93 por ciento de los habitantes de Gaza se enfrenta actualmente a niveles de inseguridad alimentaria en fase de 'crisis' o peor, y más de un tercio de los niños del norte de Gaza padece desnutrición aguda. La totalidad de los 2.1 millones de habitantes de Gaza se enfrenta a una prolongada escasez de alimentos, con casi medio millón de personas en una situación catastrófica de hambre, desnutrición severa, inanición, enfermedad y muerte. Se trata de una de las peores crisis de hambre del mundo que se desarrolla en tiempo real, según la Organización Mundial de la Salud” ( https://cutt.ly/qrEdFX6l).
Mahmoud Mushtaha, periodista nacido en Gaza, ahora en el exilio, ha documentado esta catástrofe. “En noviembre de 2024, la ingesta diaria media de los gazatíes ya se había desplomado hasta entre 187 y 454 gramos por persona –informó un cooperante de la IHH Humanitarian Relief Foundation, una organización de ayuda turca, a +972–. Aquello ya era una catástrofe. Ahora, la crisis es todavía peor: las panaderías están cerrando por falta de harina, que se vende hoy a mil 500 séqueles [siete mil ,665 pesos] el saco de 25 kilos” (fuente: https://cutt.ly/arEdLDJd).
Pero la peor parte de la guerra la están llevando los niños, que no sólo han sido asesinados, heridos o mutilados, sino que son los que más sufren la hambruna. El secretario general de la ONU, António Guterres, reportó el viernes que más de cinco mil 100 niños de entre seis meses y cinco años fueron admitidos para recibir tratamiento por desnutrición aguda sólo en el mes de mayo.
La hambruna no es un efecto colateral de la guerra, sino una estrategia deliberada del Estado de Israel y su Primer Ministro Benjamín Netanyahu para diezmar y castigar a la población civil palestina. El mismo secretario de la ONU, António Guterres, denunció que Israel continúa bloqueando la entrada de ayuda humanitaria a la Franja hasta el punto de retener cerca de mil camiones de ayuda y alimentos.
La destrucción, el genocidio y hambruna cometido contra la población palestina en Gaza es soslayada y solapada por Occidente, especialmente por Estados Unidos que sigue apoyando y patrocinando este exterminio en Palestina.
Israel está diseñando una estrategia perversa en la que combina la destrucción de todas las infraestructuras, la hambruna deliberada para mermar la resistencia, la cooptación de bandas de delincuentes palestinos a los que se les deja operar para debilitar a Hamas y quienes tolera el robo de ayuda humanitaria y su venta a sobreprecio en el mercado negro. Todo esto apuntala la estrategia del colapso total de la sociedad en Gaza.
Esta situación ha generado muchas muestras de solidaridad en la sociedad mundial. Hace dos semanas se organizó una Marcha Global por Gaza. Dolores Pérez Lazcarro, vocera de la delegación mexicana, lamentó que el Gobierno de Egipto retuviera a más de tres mil manifestantes en la frontera con Gaza. Y no sólo eso, se les persiguió y reprimió en ese país. Urge parar el genocidio y en primer lugar detener urgentemente la hambruna que está diezmando a la población civil, especialmente a los niños. El mundo no puede permanecer indiferente ante escenas como la de este niño palestino comiendo arena.
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